LV

Ahora quiero yo decir lo que me ha movido a referir esta particularidad. Hay en la ciudadela un templo de Erecteo, de cuyo héroe se dice que fue hijo de la tierra30, y en el templo hay un olivo y un mar o pozo de agua marina, los que son monumentos de la contienda que entre sí tuvieron Neptuno y Minerva sobre la tutela del país, según lo cuentan los atenienses. Sucedió, pues, que dicho olivo quedó abrasado juntamente con los demás del templo en el incendio de los bárbaros. ¡Cosa singular! un día después del incendio, cuando los atenienses por orden del rey subieron al templo para hacer los sacrificios, vieron que del tronco del olivo había ya retoñado un vástago largo de un codo. Así al menos lo dijeron.

Share on Twitter Share on Facebook