LVI

Lo mismo fue oír los griegos que se hallaban en Salamina juntos en consejo lo que pasaba en la ciudadela de Atenas, que moverse entre los mismos un gran alboroto y confusión, tal que algunos de los jefes principales, sin esperar que se viniese a la votación y último acuerdo de lo que se deliberaba, saltaron de repente a sus galeras e iban desplegando las velas para partir luego, y los demás que se quedaron en la junta acordaron que se diese la batalla delante del istmo. Vino en fin la noche, y disuelto el congreso, retiráronse a las naves.

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