LXVII

Llegados, pues, a Atenas todos los que llevo referidos, sacando solamente a los parios, pues éstos, habiéndose quedado en Cidno, se mantuvieron neutrales esperando a ver en qué pararía la empresa; llegados, repito, todos los demás a Falero, bajó el mismo Jerjes en persona hacia las naves con el intento de conferenciar con su marina y a fin de explorar de qué sentir eran los de sus escuadras. Acercado a la playa, y sentado en un lugar eminente, íbansele presentando los señores de sus respectivas naciones y los oficiales llamados de sus naves, y tomaban asiento según el lugar y preferencia que el rey a cada uno de ellos había señalado, siendo entre todos el primero el rey de Sidonia, el segundo el de Tiro y así de los demás. Sentados ya todos por su orden, Mardonio, pasando por medio de ellos de orden de Jerjes, iba tomando los pareceres de cada uno en particular sobre si sería del caso dar la batalla naval.

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