Bajo este supuesto, tomaron así las medidas. Escogieron 200 naves de la armada, y las enviaron, a fin de que no fuesen vistas de los enemigos, por detrás de Esciato a dar la vuelta de Eubea, queriendo que por delante de Cafarea y por cerca de Geresto navegasen hacia el Euripo. El designio que tenían era el coger en medio y cerrar a los griegos, llegando por aquella parte las 200 naves que les cortasen el paso para la retirada, y embistiendo las demás de la armada por la parte contraria. Tomada esta resolución, hicieron partir a las naves más ligeras destinadas ha hacer aquel rodeo: las demás no tenían ánimo de acometer aquel día a los griegos, ni de hacerlo absolutamente hasta que las que daban la vuelta les hiciesen señal de que ya se acercaban. Entretanto, pues, que iban a hacer su giro las 200 naves, pasaban revista los bárbaros, y contaban las que restaban en Afetas.