Publicado el bando, de nada hubo luego en la escuadra tanta falta como de barcos en que pasar a Termópilas: tantos eran los que querían concurrir al espectáculo. Pasados allá, miraban los cadáveres discurriendo por medio de ellos, bien asegurados todos de que eran dichos muertos lacedemonios y tespienses, pues veían en otro traje a los ilotas, tendidos allí mismo. Pero a nadie se le pasó por alto el artificio y disimulo que usó Jerjes con sus muertos; parecióles antes a todos una cosa ridícula que se dejasen ver 1.000 de sus soldados tendidos, y que los enemigos, en número de 4.000, estuviesen allí juntos y recogidos en un mismo sitio. Este día entero lo gastaron en aquel espectáculo, pero el día después dieron unos la vuelta para sus naves a Histiea, y los del ejército de Jerjes se dispusieron para la marcha.