XXXII

Pero dejada ya la Dórida y entrados en la Fócida, no pudieron haber a las manos a los focenses; pues una parte de éstos se habían subido a las eminencias del Parnaso, cuya cima, puesta enfrente de la ciudad de Neona, es tan capaz que parece hecha de propósito para dar acogida a mucha gente. A esta cima, llamada Titorca, donde antes ya habían puesto en seguridad sus cosas, habíase, como digo, subido y refugiado una parte de los focenses; pero otra más crecida de los mismos, habiendo pasado hacia los Locros Ozolas, se acogió a la ciudad de Anfisa, que está situada sobre la llanura Crisea. No pudiendo, pues, los bárbaros dar con los focenses, hicieron correrías por toda la tierra de Fócida, guiando los tesalos el ejército, y cuanto a las manos les venía todo lo incendiaban y talaban, pegando fuego a las ciudades y a los templos.

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