Advertencia preliminar


La guerra de las ranas y de los ratones, que esto signifiea la voz Batracomiomaquia, es uno de los poemas burlescos que produjo en su período más brillante la literatura helénica: poema que no tuvo rival en la antigüedad, y que supera, en sentir de juiciosos críticos, á las numerosas composiciones del mismo género, ensayadas por los poetas de los últimos siglos. He aquí en breves líneas su sencillo argumento.

Un ratón que ha escapado felizmente de la sagacidad y vigilancia de los gatos, sus naturales enemigos, dirígese y llega, ansioso de apagar su sed, á un estanque inmediato. Acierta á verlo una vocinglera rana, y entablándose entre ambos un diálogo en toda forma, danse cuenta de sus altos linajes, y ponderan el bienestar y los regalos que disfrutan en sus viviendas respectivas, dejando ver en todas sus frases cierto espiritu de vanidad y de soberbia.

Queriendo la rana que su interlocutor y huésped viese por sus propios ojos y admirase la grandeza y maravillas de su morada, le ofreció conducirło sobre sus hombros; y una vez aceptada invitación tan generosa, saltó el ratón sobre el cuerpo de la rana, y después de colocarse y asegurarse lo mejor que pudo, viósele cruzar regocijado las ondas, sin que le turbase el menor recelo. Percances y averias que no era para él ni preverlas, ni mucho menos remediarlas, ocasionaron muy en breve su naufragio; y aquel infeliz, víctima de su insensata curiosidad, vino à morir en medio de las aguas, no sin haber pasado por la más horrible agonia.

Noticiosos los ratones del suceso, y dejándose llevar de su cólera, desafian sin más averiguaciones á las ranas, estallando entre uno y otro pueblo la guerra más espantosa, en la cual, así como en las guerras heroicas cantadas en los poemas grandes y serios, tuvieron su intervención las divinidades del Olimpo. Júpiter, que antes de sonar la hora del combate se mostraba dispuesto á ayudar y defender å los ratones, viendo después que llevaban lo peor las ranas, se declaró su protector, y tentados inútilmente otros recursos, envió por fin en su socorro una hueste de animales tan raros y monstruosos en su figura, como formidables por sus armas y agresión inesperada y violenta. Considerando los ratones que su đerrota era inevitable, à toda prisa abandonaron el campo, y con un hecho de tanta ignominia, vióse acabada aquella guerra en que se peleó con valor y empeño dignos de ser cantados por el primer poeta del mundo, pero que costó la vida á tantos ilustres héroes.

Los debates sostenidos por eminentes belepistas sobre el verdadero autor de la Batracomiomaquia y sobre la edad en que fué compuesta, asi como los comentarios, traducciones é imitaciones que de este pequeño poema se han hecho en todas las lenguas modernas, acreditarian bastantemente su mérito, si no lo probasen hasta la evidencia su plan, su desarrollo y proporciones, su complexión y forma elásica, la propiedad y corrección de sus descripciones, y más que todo su noble y levantado estilo, que es la condición primera y el carácter esencial de la parodia épica.

Aun cuando está persuadido el traductor de que en este juguete literario quedan muy deslucidas las bellezas del original, se atreve no obstante á ofrecerlo al público, alentado por la benévola aprobación de personas entendidas, y en la creencia de que, aun con todos sus defectos, tal vez pueda proporcionar un rato de agradalble entretenimiento á sus indulgentes lectores.