Discípulos de Epicuro

16. Tuvo muchos y muy sabios discípulos, como Metrodoro (Ateneo, Timócrates y Sandes)(710) Lampsaceno, el cual, desde que lo conoció, jamás se apartó de él, excepto seis meses que estuvo en su casa, y se volvió luego. Fue Metrodoro hombre en todo bueno, como escribe Epicuro en su testamento inserto arriba, y en su Tercer Timócrates. Siendo tal como era, casó a su hermana Batide con Idomeneo, y recibió en concubina a la meretriz Ática Leontio. Era constantísimo de ánimo contra las adversidades y contra la misma muerte, según dice Epicuro en el Primer Metrodoro. Dicen que murió siete años antes que aquél, a los cincuenta y tres de su edad. En efecto, Epicuro mismo, en el testamento puesto arriba, lo supone ya muerto, encargando encarecidamente el cuidado de sus hijos. Tuvo Metrodoro en su compañía a su arriba dicho hermano Timócrates. Los libros que escribió Metrodoro son: A los médicos, tres libros; De los sentidos, a Timócrates; De la magnanimidadDe la enfermedad de EpicuroContra (711) los dialécticosContra los sofistas, nueve libros; Aparato para la sabiduríaDe la transmutaciónDe la riquezaContra DemócritoDe la nobleza.

17. Fue también discípulo suyo Polieno de Lampsaco, hijo de Atenodoro, hombre benigno y amable, como lo llamó Filodemo. Lo fue igualmente su sucesor Hermaco Mitileneo (hijo de Agemarco, hombre pobre), el cual al principio seguía la oratoria. De éste quedan excelentes libros, que son éstos: veintidós Cartas acerca de EmpédoclesDe las Matemáticas, contra Platón y contra Aristóteles. Murió en casa de Lisias este varón ilustre. También lo fueron Leonteo Lampsaceno y su mujer Temista, a la cual escribió Epicuro. Fuéronlo asimismo Colotes e Idomeneo, también lampsacenos.

18. Estos fueron los discípulos más ilustres de Epicuro, a los cuales se añaden Polístrato, sucesor de Hermaco (a éste sucedió Dionisio, Basílides), Apolodoro, el apellidado Κηποτύραννος (cepotyrannos) (712), que también fue célebre, habiendo escrito más de quinientos libros; los dos Tolomeos Alejandrinos, el negro y el blanco. Zenón Sidonio, oyente también de Apolodoro, hombre que escribió mucho; Demetrio, el apodado LacónDiógenes Tarsense, que escribió Escuelas selectas (713); Orión, finalmente, y otros, a quienes los verdaderos epicúreos llaman sofistas. Hubo además otros tres epicúreos: uno, hijo de Leonteo y Temista; otro, natural de Magnesia, y otro fue el gladiador.

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