«Doy todo cuanto tengo a Aminomaco de Bate, hijo de Filocrates, y a Timócrates de Pótamo, hijo de Demetrio, al tenor de la donación hecha a entrambos en el Metroo (708), con la condición de que den el jardín y sus pertenencias a Hermaco de Mitilene, hijo de Agemarco, a los que filosofan con él, y a los que Hermaco dejare sucesores en la escuela para filosofar allí. Y a fin de que procuren conservar perpetuamente en lo posible los que filosofan bajo mi nombre con Aminomaco y Timócrates la escuela que está en el jardín mismo, se lo entrego en depósito a ellos y a sus herederos del modo más valedero y firme, para que también ellos conserven el dicho jardín del mismo modo que aquellos a quienes éstos lo entregaren, como a discípulos y sucesores de mi escuela y nombre.
12. »La casa que tengo en Mélite la entregarán Aminomaco y Timócrates a Hermaco, para habitarla durante su vida, y los que con él filosofen. De las rentas que hagan los bienes que he dado a Aminomaco y a Timócrates, de acuerdo con Hermaco, tomarán la parte que se pueda, y la invertirán en sacrificios por mi padre, madre y hermanos, y por mí en el día de mi nacimiento que, según costumbre, se celebra ya cada año en la primera decena de Gamelión. Y también se empleará en gastos de los confilosofantes que concurran el día 20 (709) de cada mes, que está señalado para mi memoria y la de Metrodoro. Celebrarán también el día destinado a mis hermanos en el mes de Posidón, como yo he practicado, y el de Polieno en el mes de Metagitnión.
13. «Cuidarán igualmente Aminomaco y Timócrates de Epicuro, hijo de Metrodoro, y del hijo de Polieno, mientras estudian filosofía y viven con Hermaco. Igual cuidado tendrán de la hija de Metrodoro, la cual, llegada a la edad competente, la casarán con quien Hermaco eligiere de los que filosofan con él, siendo ella arreglada en costumbres y obediente a Hermaco. Entonces, Aminomaco y Timócrates les darán anualmente de mis rentas, para su mantenimiento, lo que les pereciere bastante, consultándolo con Hermaco. Harán dueño a Hermaco de las rentas, para que cada cosa se haga por su dirección y consejo, puesto que ha envejecido filosofando conmigo, y ha quedado director y principal de mis discípulos y escuela. La dote que se dará a la muchacha, ya núbil y llegada coyuntura de casarse, lo deliberarán Aminomaco y Timócrates, tomándola de los bienes, y con acuerdo de Hermaco.
14. »Cuidarán asimismo de Nicanor, según yo lo he practicado, para que cuantos han filosofado conmigo, puesto sus bienes en uso propio de todos nosotros, y dándonos prueba de un sumo y estrecho amor han querido envejecer con nosotros en la filosofía, nada les falte de lo necesario en cuanto mis facultades alcancen. Entregarán todos mis libros a Hermaco. Si éste muriese antes que los hijos de Metrodoro lleguen a la edad adulta, Aminomaco y Timócrates les darán, siendo ellos de vida arreglada, lo que de mis bienes les parezca necesario, atendido el alcance de la herencia. Y en suma, tomarán a su cuidado el que se hagan debidamente todas las demás cosas como quedan ordenadas. De mis esclavos, doy libertad a Mus, a Nicias y a Licón, como también la doy a Fedrilla mi esclava.»
15. Estando ya para morir, escribió a Idomeo la carta siguiente: «Hallándonos en el feliz y último día de vida, y aun ya muriendo, os escribimos así: tanto es el dolor que nos causan la estranguria y la disentería, que parece no puede ser ya mayor su vehemencia. No obstante, se compensa de algún modo con la recordación de nuestros inventos y raciocinios. Tú, como es razón, por los testimonios de amor a mí y a la filosofía que me tienes dado desde tu mocedad, tomarás a tu cargo el cuidado de los hijos de Metrodoro.» Hasta aquí su testamento.