Obras y escritos de Aristóteles

8. Dicen que en su herencia se halló mucho cobre (310). Y Licón asegura que se lavaba en un labro (311) con aceite tibio, y luego vendía aquel aceite. Algunos afirman que se ponía sobre el estómago un pellejito de aceite caliente. Y que cuando se echaba a dormir tomaba en la mano una bola de bronce, poniendo debajo un cuenco, para que cuando le cayese la bola en el cuenco se despertase al ruido. Atribúyensele los bellísimos apotegmas siguientes. Preguntado qué ganancia es la de los mentirosos, respondió que «cuando dicen verdad no son creídos». Como le notasen de haber dado limosna a un hombre malo, dijo: «No socorrí las costumbres, sino el hombre.» Solía decir a los amigos y concurrentes en cualquier lugar que estuviese que «la vista recibe la luz del aire que nos circunscribe, y el alma la recibe de las ciencias». Muchas veces, cuando se enardecía contra los atenienses, decía que «habían sido los inventores de los granos y de las leyes, pero que usaban de los granos, mas de las leyes no». Decía que «las ciencias tienen las raíces amargas, pero dulces los frutos». Preguntado qué cosa envejece presto, respondió: «El beneficio». Preguntado también qué cosa es la esperanza, dijo: «El sueno de un hombre despierto.»

9. Dábale Diógenes en cierta ocasión un higo seco, y suponiendo que si no lo tomaba le diría algo punzante, lo tomó, diciendo: «Diógenes ha perdido su higo con su meditada sentencia.» Habiéndole dado otro higo, lo recibió; y levantándolo en alto como hacen los muchachos, dijo: «Grande Diógenes», y se lo volvió. Decía que «los muchachos necesitan de tres cosas: talento, enseñanza y ejercicio». Habiendo oído decir que uno había hablado mal de él, respondió: «Estando yo ausente, mas que me azote.» También que «para la recomendación es la hermosura más poderosa que las cartas.» Otros quieren que esta sentencia sea de Diógenes; y que Aristóteles llamó don a la hermosura; que Sócrates la llamó tirano de breve tiempo; Platón, prerrogativa de la Naturaleza; Teofrasio, tácito engaño; Teócrito, daño de marfil, y Carnéades, reino sin guardas.

10. Preguntado en qué se diferencian los sabios de los ignorantes, respondió: «En lo que los vivos de los muertos.» Decía que «el saber, en las prosperidades, sirve de adorno, y en las adversidades de refugio. Que los padres que instruyen a sus hijos son preferibles a los que solamente los engendran; pues éstos les dan la vida, pero aquéllos la vida feliz» (312). A uno que se gloriaba de ser de ciudad grande, le dijo: «No conviene atender a eso, sino a si uno es digno de una gran patria.» Preguntado qué cosa es el amigo, respondió: «Un alma que habita en dos cuerpos.» Decía que «unos hombres son tan parcos como si fuesen eternos, y otros tan pródigos como si luego hubieran de morir». A uno que le preguntaba por qué con los hermosos conversamos más largo tiempo, le dijo: «Esa pregunta es de ciego.» Preguntándosele qué ganancia finalmente le había dado la filosofía, respondió: «Hacer espontáneamente lo que otros hacen por miedo de las leyes.» Preguntado asimismo de qué modo aprovechan los estudiantes, respondió: «Siguiendo a los ágiles y no esperando a los perezosos.» A un grande hablador, que después de haberlo mortificado con dicterios le preguntó si lo había molestado mucho, le respondió: «Por Dios que no te estuve atento.» Objetándole que había dado limosna a un hombre malo (pues también se refiere así), respondió: «No le he dado al hombre, sino a la humanidad.» Preguntado cómo debemos portarnos con los amigos, respondió: «Como deseamos se porten ellos con nosotros.» Llamaba a la justicia «virtud del alma que distribuye las cosas según el mérito de cada uno»; y al saber «excelente viático para la vejez». Dice Favorino en el libro II de sus Comentarios que solía decir muchas veces: «¡Oh amigos!, no hay ningún amigo.» Lo cual se halla también en el libro VII de los Morales. Éstas son, en suma, las sentencias que se le atribuyen.

11. Escribió muchos libros; y juzgo preciso traerlos aquí para que se vea el talento de este hombre en todo género de ciencias: De la Justicia escribió cuatro libros; De los Poetas tres; De la Filosofía tres; De la Política dos; De la Retórica uno titulado Grilo; otro titulado Nerinto; otro El sofista; otro Menexemo; otro Erótico; otro El convite; otro La riqueza; otro Exhortatorio; otro Del alma; otro Del ruego; otro De la nobleza; otro Del deleite; otro titulado Alejandro o De las colonias; otro Del reinar; otro De la enseñanza; tres De lo bueno; tres De las leyes de Platón; dos De la República del mismo Platón; uno De economía; otro De la amistad; otro Del sufrir o Del sufrimiento; otro De las ciencias; dos De las cosas disputables; cuatro De soluciones de argumentos; cuatro De divisiones sofísticas; uno De contrarios; otro De las especies y géneros; otro De los propios; tres De comentarios epiqueremáticos; tres De proposiciones acerca de la virtud; uno titulado Objeciones; otro De las cosas que se dicen de muchos modos o bien según el propuesto; otro De la pasión de la ira; cinco De los Morales; tres De los elementos; uno Acerca de la ciencia; otro Del principio; diecisiete De divisiones; uno De los divisibles; dos Del preguntar y responder; dos Del movimiento; uno titulado Proposiciones; cuatro Proposiciones contenciosas; uno Silogismos; nueve Primeros analíticos; dos Segundos analíticos mayores; uno Problemas; ocho Del método; uno De lo mejor; otro De la idea, siete De definiciones antes de los Tópicos; dos De los silogismos; uno titulado Silogístico y Definiciones; otro De lo elegible y Del accidente, uno De lo precedente a los Tópicos; dos De Tópicos antes de las definiciones; uno De las pasiones; otro De lo divisible; otro titulado Matemático; trece De definiciones; dos De epiqueremas; uno Del deleite; otro De proposiciones; otro De lo espontáneo; otro De lo bello; veinticinco De cuestiones epiqueremáticas; cuatro de Cuestiones amatorias; dos de Cuestiones acerca de la amistad; uno de Cuestiones acerca del alma; dos de Política; ocho de Conversaciones de política como la de Teofrasto; dos De lo justo; dos De la introducción a las artes; dos Del arte oratoria; uno titulado Arte; dos con el título Otra arte; uno llamado Metódico; otro Introducción al arte de Teodecto; dos de Disertaciones del arte poéticaEntimemas retóricos; un libro De la magnitud; otro De la elección de entimemas; otro De la dicción; otro Del aconsejar; dos De las colecciones; tres De la física; uno titulado Físico; tres Acerca de la filosofía de Arquitas; uno De la de Espeusipo y Jenócrates; otro De las cosas tomadas de Timeo y Arquitas; otro Contra los dogmas de Meliso; otro Contra los de Alcmeón; otro Contra los pitagóricos; otro Contra los dogmas de Gorgias; otro Contra los de Jenócrates; otro Contra los de Zenón; otro De los pitagóricos; nueve De los animales; ocho De Anatomía; uno De elección anatómica; otro De los animales compuestos; otro De los animales fabulosos; otro Del no engendrar; dos De las plantas; uno De fisonomía; dos De las cosas medicinales; uno De la unidad; otro De las señales de las tempestades; otro De Astronomía; otro De Óptica; otro Del movimiento; otro De la Música; otro titulado Memorial; seis De las ambigüedades de Homero; uno De Poética; treinta y ocho De Física, ordenados alfabéticamente; dos de Problemas revistos; dos de Disciplina encíclica; uno De mecánica; dos De Problemas de Demócrito; uno De la piedra (313); dos de Justificaciones (314); uno de Parábolas; doce de Misceláneas; catorce De las cosas explicadas según sus géneros; uno De los Juegos Olímpicos; uno Acerca de la música de los Juegos Píticos; uno titulado Pítico; otro El catálogo de dichos Juegos Píticos; otro De las victorias dionisíacas; otro De las tragedias; otro titulado Doctrinas; otro Proverbios; otro La Ley comendaticia; cuatro De las leyes; uno De los predicamentos; otro De la interpretación; ciento cincuenta Del gobierno de las ciudades, y en particular de las que lo tienen democrático, oligárquico, aristocrático y tiránicoCartas a FilipoCartas a los selimbrios; cuatro Cartas a Alejandro; nueve a Antípatro; una a Mentor; otra a Aristón; otra a Olimpia; otra a Efestión; otra a Temistágoras; otra a Filóxeno; otra a DemócritoUnos versos; cuyo principio es:

Oh casto Dios, y anciano,
diestrísimo flechero, etc.

Escribió también elegías, cuyo principio es:

Hija de madre hermosa, etc.

que en todo ascienden a 445.270 versos.

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