A montevideo VI

Noble hermana que en blanco y celeste,

Igualándose á la otra revela,

Simple gracia de hermana gemela

Que se viste del mismo color;

Nuestro rio natal te apellida

De Argentina en la épica innata,

Y ese claro vocablo de plata

Nos sonríe cariño en su albor.

Abundado de lauros el triunfo

Que los dias mejores afama,

Sepa el mundo que nuestro se llama

Por divisa de excelsa virtud;

Desde el día en que el astro paterno,

Encendió con histórico rayo,

Sus dos frescas estrellas de Mayo

Sobre el pálido abismo del Sud.

San José, La Colonia y Las Piedras

Por el Himno cordial celebradas,

En las proto-victorias ganadas

Al impulso del Grito inicial;

Son decoro feliz de tu pueblo,

Que al unir nuestras almas amigas,

Nos revive en la gloria de Artigas

Un orgullo de Patria Oriental.

A la luz del romántico sino

Que hermoseó tu arrogancia morena,

Nuestros vates de noble melena

Te quisieron como á una mujer;

Sin que el caso de amarte impidiese

Que en tu gracia admiraran lo mismo,

El perenne ideal de heroismo

Que embandera de gloria al deber.

Fiel á Mayo, las libres ideas

En tu ley se anticipan triunfantes,

Como á fuer de oriental gozas antes

La ventaja del día viril,

Que con ojo de sol ve tu monte

Limitar la marítima zona,

Como un seno dispar de amazona

En beldad peligrosa y gentil.

Para la alta equidad del futuro

Que prolongue la gloria pasada,

Cual la prez de la llama dorada

En el claro tenor del metal;

Nuestras manos son fuertes hermanas,

Y, corona del triunfo sereno,

Sobre el mundo más justo y más bueno,

Ha de ser nuestro abrazo inmortal.

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