Noble hermana que en blanco y celeste,
Igualándose á la otra revela,
Simple gracia de hermana gemela
Que se viste del mismo color;
Nuestro rio natal te apellida
De Argentina en la épica innata,
Y ese claro vocablo de plata
Nos sonríe cariño en su albor.
Abundado de lauros el triunfo
Que los dias mejores afama,
Sepa el mundo que nuestro se llama
Por divisa de excelsa virtud;
Desde el día en que el astro paterno,
Encendió con histórico rayo,
Sus dos frescas estrellas de Mayo
Sobre el pálido abismo del Sud.
San José, La Colonia y Las Piedras
Por el Himno cordial celebradas,
En las proto-victorias ganadas
Al impulso del Grito inicial;
Son decoro feliz de tu pueblo,
Que al unir nuestras almas amigas,
Nos revive en la gloria de Artigas
Un orgullo de Patria Oriental.
A la luz del romántico sino
Que hermoseó tu arrogancia morena,
Nuestros vates de noble melena
Te quisieron como á una mujer;
Sin que el caso de amarte impidiese
Que en tu gracia admiraran lo mismo,
El perenne ideal de heroismo
Que embandera de gloria al deber.
Fiel á Mayo, las libres ideas
En tu ley se anticipan triunfantes,
Como á fuer de oriental gozas antes
La ventaja del día viril,
Que con ojo de sol ve tu monte
Limitar la marítima zona,
Como un seno dispar de amazona
En beldad peligrosa y gentil.
Para la alta equidad del futuro
Que prolongue la gloria pasada,
Cual la prez de la llama dorada
En el claro tenor del metal;
Nuestras manos son fuertes hermanas,
Y, corona del triunfo sereno,
Sobre el mundo más justo y más bueno,
Ha de ser nuestro abrazo inmortal.