NOTAS

[1] Así se llamaba a los puritanos.

[2] El doctor Johnson, que se complacía en divulgar esta calumnia contra Milton, así como algunos otros, suponía que Milton no pudo olvidar jamás aquel ultraje, y que indirectamente lo confesó en una de sus poesías latinas, cuando, hablando de Cambridge y declarando que no le lisonjeaba la idea de volver a ver aquella Universidad, escribía:

«Nec duri libet usque minas preferre magistris,

Cæteraque ingenio non subeunda meo.»

Este último verso lo traduce el malicioso crítico así: «y otras cosas insufribles para un hombre de mi temple.» Pero ingenio lo que aquí expresa propiamente es la constitución intelectual, al paso que la degradación que impone el castigo personal afecta a la constitución moral. Milton alude aquí a los enojosos certámenes del aula, que tan repugnantes eran a la delicadeza de su genio poético.

[3] Por esto escribía a los dos años de residir en el colegio: «Verdaderamente, según he podido averiguar, apenas habrá aquí uno o dos, entre tantos como somos, que no tengan cierta tintura de teología, y que ignorando la filología, lo mismo que la filosofía, no se contenten con parecer un poco teólogos, lo bastante para hilvanar un breve sermón, o llenarlo de retazos de otra cualquiera cosa.» Carta a Alejandro Gill. Julio 2 de 1628. Este disgusto de los hombres y de las cosas no era para granjearse muchos amigos; pero de que opinase así ¿quién ha de maravillarse?

[4] Salmasio dejó en respuesta a la de Milton, una obra manuscrita que se imprimió en la época del mayor fervor de la Restauración, ocho años después de su muerte. Su extraordinaria virulencia revela la profunda herida que había recibido; pero el libro llamó poco la atención.

[5] Quiere decir del Paraíso, que como veremos más adelante, formaba parte del Edén.

[6] El Oreb y el Sinaí formaban una sola montaña con dos eminencias distintas, de las cuales la más alta era el Sinaí.

[7] Moisés, que guardaba los ganados de su cuñado Jethro.

[8] Era un riachuelo que pasaba cerca del templo de Jerusalén.

[9] Monte de Beocia, que como todos los demás de este país, estaba consagrado a Apolo y las Musas.

[10] Beelzebub, el príncipe de los demonios, inmediato en dignidad a Satanás o Satán, que era el soberano.

[11] Satán quiere decir enemigo, el Enemigo por antonomasia, así de Dios como de los hombres.

[12] Hijo del Cielo y de la Tierra, hermano de Saturno, padre de los Titanes o Gigantes que hicieron guerra a los dioses.

[13] Llamado también Egeón; dícese que tenía cien brazos.

[14] Tifón o Tifeo, que nació de Titán y de la Tierra.

[15] Ciudad de Cilicia, de la cual hablan Píndaro y Pomponio Mela.

[16] Este Leviatán, según Job, era el cocodrilo, y Milton parece que lo confirma después atribuyéndole escamas; pero por lo que añade, y porque en los mares de Noruega no existen cocodrilos, es de suponer que más bien alude a la ballena, a la cual conviene la apariencia de isla y la anécdota que refiere.

[17] El Peloro era uno de los tres grandes promontorios de Sicilia, que ahora se llama Cabo del Faro (Capo di Faro) y está poco distante del monte Etna.

[18] Pueblo de Toscana, próximo a Florencia.

[19] Es este un valle muy celebrado por su antiguo monasterio y por su pintoresca situación, y se halla situado a unas diez y ocho millas de Florencia.

[20] Constelación que se representa bajo la figura de un hombre armado, y que se supone ser anuncio de tempestades.

[21] Algunos escritores dan este nombre a Faraón.

[22] Región de Egipto, próxima a la Palestina, donde habitaban los israelitas.

[23] Moisés. V. Exodus, X, 13, 14, 15.

[24] Moloc era el inmediato en dignidad a Satán y Belzebú. Su nombre quiere decir rey, y a este se añadía la calificación de horrible, por los sacrificios humanos que se le hacían. Era un ídolo de bronce; representábanle sentado, ciñendo corona, con la cabeza de becerro y los brazos extendidos, en ademán de recibir en ellos a las miserables víctimas que se le sacrificaban. Adorábanle los Ammonitas en Rabbá o Rabat, su capital, llamada la ciudad de las aguas, y como añade el texto, en los países que se extendían hasta el río Arnón, límite de aquellos dominios por la parte del mediodía.

[25] Así se llamaba el monte de las Olivas (I Regum, XI, 7).

[26] Jeremías, VIII, 31. Hinnón o Tophet, del hebreo Toph, tambor o atabal, por los instrumentos ruidosos que tocaban para que no se oyesen los gritos de los niños que sacrificaban a aquel ídolo.

[27] Moloc y Chamós solían figurar juntos, como una transición natural del dios de los ammonitas al de los moabitas. San Jerónimo y otros expositores creen que Chamós y Baal-Péor eran uno mismo con diferentes nombres, y hasta suponen la identidad de ambos con el Príapo de los gentiles, al cual alude nuestro autor en lo de obsceno numen de los hijos de Moab.

[28] La Escritura los cita juntos con frecuencia. Con estos nombres se conocían generalmente los dioses y diosas de Siria y Palestina. Parece que significaban el sol y el astro que presidía los cielos.

[29] La Luna, a quien los fenicios tributaban culto, y llamaban reina del cielo.

[30] Salomón.

[31] Tamuz, como si dijera Adonis, dios de los sirios, el cual suponían que moría y resucitaba todos los años.

[32] I. Sam. V, 4.

[33] El siriaco Naaman, que fue curado de la lepra por Eliseo, y que en agradecimiento se propuso no ofrecer en adelante ni incienso ni sacrificio a ningún otro dios más que al Señor.

[34] Acaz o Ahaz, habiéndose hecho dueño de Damasco, ayudado por el rey de Asiria, vio un altar del que envió un modelo o copia a Jerusalén para que por él hiciesen otro, y a su regreso a aquella ciudad sacrificó sobre él y se entregó del todo a la idolatría.

[35] Osiris e Isis se cree probable que fuesen en su origen representaciones del Sol y de la Luna. Orus se decía hijo de ambos. Estos y otros dioses de los egipcios eran adorados bajo las monstruosas formas de toros, perros, gatos, etc., y la causa de esta superstición se derivaba de la fábula tradicional de que cuando asaltaron el cielo los gigantes, se amedrentaron los dioses de tal manera que huyeron a Egipto encubriéndose bajo formas de varios animales; a lo cual, agradecidos los egipcios, comenzaron a tributar culto a los dioses en las figuras que habían tomado.

[36] Jeroboam, a quien hicieron rey los israelitas rebelados contra Roboam.

[37] Como el primero era Moloc, este por su fiereza, y Belial por lo torpe y por lo medroso.

[38] Judices, XIX, 25.

[39] Supónese que Javán, cuarto hijo de Jafet, se estableció en la parte sudoeste del Asia menor; que sus descendientes fueron los jonios y griegos, y sus principales dioses el cielo y la tierra. Los que de estos dos últimos nacieron, empezando por Titán, lo declara el texto a continuación.

[40] Valle de Tesalia en que los Gigantes pelearon contra los Dioses.

[41] En la guerra entre los hijos de Edipo en Tebas, y entre los griegos y troyanos en Ilión (Troya) se vieron los héroes ayudados por los dioses, y por esta razón se llama a los segundos auxiliares.

[42] El rey Arturo, cuyas proezas intentó alguna vez celebrar Milton en un poema épico.

[43] Nombres y alusiones tomadas de los romances y libros caballerescos, a que fue el mismo Milton muy aficionado en su juventud.

[44] Nombre al parecer siriaco, que significa riquezas; y en efecto, algunos suponen dios de ellas a Mammón, como los gentiles a su Pluto.

[45] Italia.

[46] Era conocido también con los nombres de Hefestos y Vulcano.

[47] Aquí indica el autor las dos especies de combates que se verificaban en las antiguas estacadas o campos cerrados de la Edad media, la justa y el duelo a muerte.

[48] Alusión a las supersticiosas creencias en duendes y brujas que tan comunes eran en todas partes, y a quienes se atribuía grande influencia sobre la Luna.

[49] Se refiere a las piedras preciosas procedentes de la India, y cuyo principal emporio se hallaba en Ormuz, isla del golfo Pérsico.

[50] Era costumbre y ceremonia en Oriente, cuando se coronaban sus reyes, echar polvos de oro y perlas sobre sus cabezas.

[51] Supone aquí Milton que los tormentos de los condenados no son continuos, sino que tienen algunas intermisiones.

[52] The sounding alchemy, la sonante alquimia, dice el original; pero la alquimia se toma aquí por la mezcla de todos los metales.

[53] Los juegos Olímpicos, en parte descritos en el texto, habían degenerado en costumbre desde los primitivos tiempos de Grecia, y se celebraban cada cuatro años. A este espacio de tiempo se daba el nombre de olimpiada en la cronología griega.

[54] Gigante, que fue herido por el rayo de Júpiter.

[55] Nombre con que se designaba a Hércules.

[56] Ciudad de la Beocia, donde estaba el palacio de Eurito. Destruyola Hércules, porque habiéndole Eurito ofrecido su hija, rehusaba dársela.

[57] Monte entre la Tesalia y la Macedonia, donde murió y fue sepultado Hércules.

[58] Siervo de Deyanira, a quien Hércules arrojó al mar, y fue convertido en peña, por haber llevado a aquel héroe la túnica teñida con la sangre del centauro Neso.

[59] Isla del Archipiélago, así llamada.

[60] Dos de las islas Molucas.

[61] Claro es que alude al de Buena Esperanza.

[62] Como si dijera: que separa a la Calabria de Sicilia. La historia de Scila puede verse en el libro XIV de las Metamorfosis de Ovidio.

[63] Creíase en otro tiempo que la magia ejercía grande influencia sobre la luna. Lo demás que aquí indica el autor pertenece también a la época en que se daba por segura la existencia de las brujas.

[64] Alúdese a Jesucristo.

[65] Desiertos del Egipto, cubiertos de menuda arena, que los vientos agitan sin cesar arriba y abajo, de suerte que tan pronto se ven los valles convertidos en alturas, como las alturas en valles.

[66] El natural de la Sarmacia asiática en Moscovia. Supónese que los arimaspos, semejantes a los cíclopes, tienen solo un ojo en la frente, y que pelean con los grifos.

[67] Orco, Pluto; Ades, lugar tenebroso; Demogorgón, deidad cuyo solo nombre producía terribles efectos, por lo que no se atrevían a pronunciarlo. Milton personifica aquí las ideas que sugiere el Caos.

[68] Este mundo no era la tierra, que todavía no estaba al alcance de su vista, sino el creado nuevamente, el Cielo, la Tierra y el Firmamento de estrellas fijas, en comparación del cual, la Tierra era un mero punto.

[69] El lector recordará que Milton era ciego cuando componía su Paraíso perdido; la literatura no tiene nada tan sublime y conmovedor como la sentida queja que sale del corazón del inspirado vate.

[70] Tamiris era un poeta de la Tracia, citado por Homero; Meónides era un nombre que se dio al mismo Homero, tomado del de su padre, que se llamaba Meón.

[71] El primero fue rey de Tebas y el segundo de la Arcadia, célebres ambos en la antigüedad porque profetizaron en verso cuando quedaron ciegos.

[72] Montañas del Himalaya.

[73] Alusión al Ariosto, en su Orlando furioso. La ficción, en efecto, es más propia de un poema caballeresco, que de uno verdaderamente épico.

[74] Joven griego, tan apasionado de la doctrina de Platón acerca de la inmortalidad, que se arrojó al mar con la esperanza de conseguirla.

[75] Los Carmelitas, los Dominicos y los Franciscanos.

[76] Reminiscencias de la antigua astronomía, adoptada por Ptolomeo. Los siete planetas son el sistema planetario o solar; las estrellas fijas, el firmamento; la esfera cristalina, el cielo, claro como el cristal, al que los secuaces de Ptolomeo atribuyen un movimiento de trepidación que explica la irregularidad con que se mueven algunas estrellas; y la esfera superior o primer motor (primum mobile) primera que adquiere movimiento y lo comunica a las esferas inferiores.

[77] Montaña de la Armenia cerca de la cual coloca Milton el Paraíso.

[78] Ciudad de Mesopotamia, próxima al río Éufrates.

[79] Seleucia, ciudad edificada por Seleuco, uno de los sucesores de Alejandro el Grande, sobre el Tigris.

[80] Provincia y ciudad de los hijos de Edén, colocada por Ptolomeo en Babilonia, sobre el Tigris y el Éufrates.

[81] Esto es, a derecha e izquierda, según observa Hume, citando el texto de Tito Livio: Declinare ad hastam vel ad scutum.

[82] Sara, cuya historia es bien conocida.

[83] El país es la isla de Grecia, en el mar Jónico (golfo de Venecia), llamada un tiempo Feacia, después Corcira, y últimamente Corfú.

[84] Los críticos desaprueban estas grotescas baladronadas de Satán, y las no menos extravagantes que se ponen en boca de Belial a continuación. Impropias son, en electo, del lugar, de la ocasión y de los personajes; pero aliquando bonus dormitat Homerus.

[85] Belerofonte, hijo de Glauco, rey de Corintia, o de Neptuno, que habiendo vencido a la Quimera en el caballo Pegaso, quiso con este subir al cielo, y Júpiter le despeñó en castigo de su temeridad; después de lo cual anduvo errante por los campos aleyos o de Alé, en la Licia.

[86] Monte de Tracia.

[87] Orfeo, hijo de Apolo, o de Mercurio, según otros, y de Calíope.

[88] Del Behemot y el Leviatán se habla en el libro de Job. El primero parece ser el elefante y el segundo la ballena.

[89] Es decir, aproximándose al occidente.

[90] Asunto de la Ilíada, de Homero.

[91] Alude a la Eneida, de Virgilio.

[92] La Odisea, el otro poema de Homero.

[93] Para los que no comprendan claramente estos conceptos, diremos su sentido. Satán gastó tres días en dar vuelta a la Tierra desde oriente a ocaso; cuatro en atravesar de Norte a mediodía; y después de emplear en esto una semana, a la octava noche se introdujo a hurtadillas en el Paraíso.

[94] Aquí describe el autor la excursión de Satán geográficamente, como lo ha hecho antes en lenguaje astronómico.

[95] Cadmo y su esposa Hermione, fundadores de Tebas, en Beocia, la cual abandonaron después de varias vicisitudes, se dirigieron a Iliria y fueron convertidos en serpientes, por haber dado muerte a una consagrada a Marte, según dice Ovidio. En el texto de Milton han notado algunos críticos cierta anfibología, porque de su construcción no se deduce bien si Cadmo y Hermione fueron convertidos en serpientes, o las serpientes se trocaron en aquellas dos personas:

... not those that in Illyria chang’d

Hermione and Cadmus.

Pero en castellano se salva este inconveniente, pues la preposición a distingue bien el acusativo del nominativo.

[96] Esculapio, dios de la Medicina, que en efecto recibía culto en Epidauro, y que habiendo ido a Roma en tiempo de una peste, tomó la figura de una serpiente, como lo refiere la historia en el libro 11.º de Tito Livio, y Ovidio en el libro 15.º de sus Metamorfosis, «In serpente Deus», y bajo la forma de tal siguió siendo adorado en Roma.

[97] Júpiter Ammón y Júpiter Capitolino, el Júpiter Libio y el Romano, este último llamado así por su templo del Capitolio en Roma; el primero, supuesto padre de Alejandro el Grande, que le hubo de su madre Olimpias bajo la forma de una serpiente; el segundo, que se convirtió en otra al hacerse padre, según refería la fábula, de Escipión el Africano, que tanta gloria supo adquirir para sí y para su patria.

[98] Alude a los hombres convertidos en fieras por la encantadora Circe.

[99] Llama a Sansón danita, porque era de la tribu de Dan.

[100] Por la descripción que hace Milton de la higuera, tal como se conoce entre los indios, y con la advertencia de que no es la que nosotros distinguimos con este nombre, dicen los comentadores que alude al plátano o al nopal, y alegan con tal motivo citas y descripciones de autores y viajeros antiguos y modernos que convienen en un todo con la idea que sugiere la lectura del texto.

[101] El mar Glacial, conforme a estas palabras de Plinio (Nat. Hist. lib. 4, cap. 16): «A Thule unius diei navigatione mare concretum a nonnullis Cronium apellatur.»

[102] La parte de la Moscovia que caía más a la del nordeste.

[103] El Catay, tan célebre en las crónicas y relaciones de la Edad media, situado en Asia y al norte de la China.

[104] Sabido es que en esta isla del Archipiélago se decía que nació Apolo.

[105] Este símil, de que se vale Milton, es tan exacto como oportuno. Salió Jerjes, dice, de Susa, residencia de los monarcas persas, llamada Memnonia por Herodoto, y echando un puente sobre el Helesponto, el estrecho de Constantinopla, que divide a Europa del Asia, para dar paso a su ejército, incurrió en la insensatez de mandar azotar al mar porque había echado a pique algunas de sus embarcaciones.

[106] Con arte pontifical, dice aquí el autor, jugando ridículamente del vocablo, porque pontifex viene de pons y facere, y según Varrón, quia sublicius pons a pontificibus factus est primum, et restitutus sæpe. Y si, como otros creen, alude aquí al poder papal, la ocurrencia es todavía de peor gusto.

[107] Sigue aquí el poeta la opinión de Gasendo y otros, que afirman ser el Empíreo o Cielo de los Cielos cuadrado, así como el mundo es circular.

[108] Astracán, de los dominios del Zar, era en otro tiempo un reino de Tartaria, con su capital del mismo nombre, cerca de la embocadura del Volga, cuando entra en el mar Caspio.

[109] El emperador de Persia se llamaba también de Bactria, por ser una de la mayores y más ricas provincias de aquella región.

[110] La Armenia mayor, dicha Aladule por su último rey, de este nombre, muerto por Selim I en su retirada al Tauris o Ecbatana.

[111] Casbin, populosa ciudad también de Persia, corte de aquellos monarcas después de la pérdida de Tauris.

[112] Nombres dados en diferentes regiones y por diversos autores a varias especies de culebras o serpientes más o menos conocidas.

[113] Ofiusa, pequeña isla del Mediterráneo, llamada así por los griegos, y por los latinos Colubraria.

[114] Ninfa, hija de Océano y de Tétis, esposa de Orcamo, rey de Asiria, y madre de Leucotoe. Llama a Eva dominadora, porque pretendió ser superior a su marido, elevarse a la condición de diosa.

[115] Rea, Ops, como la llama Milton, o Cibeles, hermana de la Tierra, hija del Cielo y Vesta y esposa de Saturno, o hija del Cielo y de la Tierra, según otros, y hermana y mujer de Saturno.

[116] Sobrenombre de Júpiter, por el monte Dicta, y de Creta o Candia, donde fue criado. Yerran a nuestro juicio los que interpretan este pasaje diciendo «antes que Dicta viese nacer a Júpiter.»

[117] Perros, dice el autor, no monstruos; mas aun cuando sea homérica, no nos parece la expresión muy del gusto de nuestro tiempo.

[118] El autor incurre aquí en los desvaríos de la jerga astrológica que tan común era en aquella época, y sacrifica la grandeza del asunto y de la expresión al prurito de ostentar una erudición enfática y ridícula.

[119] El Estotiland es un país de la América del Norte situado hacia el polo Ártico y la bahía de Hudson. El Estrecho de Magallanes sabido es que se halla en la América meridional.

[120] De Tiestes, dice el autor, pero Tiestes no hizo más que acudir al banquete que le ofreció su hermano Atreo, cuando para vengarse de su incestuoso crimen, le dio a comer la carne de los hijos que aquel había tenido en su esposa Europa; y el sol retrocedió al ver espectáculo tan horrible. En el mismo sentido activo, aun cuando es pasivo, decimos hoy la espada de Damocles.

[121] Norumbeca, territorio de la América del Norte.

[122] La Samoyeda estaba situada al nordeste de Moscovia, en el Mar Glacial.

[123] Todos estos nombres de vientos, antiguos unos, modernos otros, tan pronto latinos como italianos, no prueban en el épico inglés más que el intemperante deseo de dar a conocer su instrucción, prescindiendo de todo género de defectos e inconvenientes.

[124] Creen algunos autores que Adán tenía trece costillas en el lado izquierdo, sobrándole una del número prefijado, de la cual fue formada Eva; y a esta opinión sin duda alude Milton.

[125] Sabida es la fábula de Deucalión, el Noé de la mitología, que habiéndose salvado del Diluvio en una nave que le llevó al monte Parnaso, juntamente con su esposa Pirra, instaron con tales ruegos al oráculo de Temis, que para que no pereciese la raza humana, se les mandó que arrojasen piedras por detrás de ellos, las cuales a medida que iban cayendo, se convertían en hombres y mujeres. Censuran algunos críticos a Milton por las frecuentes alusiones que hace a la mitología pagana; pero otros le defienden observando que las emplea meramente como símiles y como recurso y ornato poéticos, que en su tiempo constituían una especie de tradición clásica de que no era dable prescindir, y un lenguaje convencional admitido por todo el mundo.

[126] Esta es la idea del poeta, que expresa artificiosamente con la palabra dimensionless, esto es, sin dimensiones, incorpóreas, inmateriales.

[127] La traducción de este pasaje, tan recargado de figuras como se ve, necesita algunas explicaciones. La imagen de Jano, a quien, para denotar su gran previsión y sabiduría, se representaba con dos caras, una que miraba a lo pasado y otra a lo futuro, da una idea exacta de los querubines, que tenían cuatro. Argos, el pastor de los cien ojos, encargado de vigilar a Ío, convertida en vaca, cedió al encanto de la música de Mercurio, que consiguió dormirle completamente, al son de su zampoña o flauta. Hermes es el mismo Mercurio, y su varilla mágica o soporífera (opiate), como dice el original, significa su célebre caduceo. Toda esta acumulación de símiles y metáforas se reduce a encarecer lo imposible que era burlar la vigilancia de los querubines, que tenían el cuerpo cubierto de ojos, more wakeful than to drouse, más despiertos que para ser adormecidos: expresión censurada como en extremo vulgar por algún crítico, que la ridiculiza diciendo: esto es lo mismo que poner, demasiado habladores para ser mudos, o demasiado blancos para ser negros; sin reparar en que el sentido de la frase no termina en lo de ser adormecidos, sino que tiene el complemento en la idea que sigue: no dejarse adormecer ni por la flauta arcadia, ni por el caramillo, etc.

[128] Leucothea, Diosa blanca, en griego, Matuta, en latin; de donde procede el adjetivo matutina, la primera luz que anuncia la aurora. Era la del último día que veían nuestros padres en el Paraíso.

[129] El sueño y la escala de Jacob.

[130] Alude a la guerra que movió el rey de Siria al de Israel por la revelación del profeta Eliseo, de que habla el Libro de los Reyes en el cap. IV.

[131] Era Melibea una ciudad de Tesalia, famosa por el pescado que se cogía en sus aguas, llamado ostrum, con el cual se teñía la púrpura más selecta.

[132] La grana o púrpura de Sarra, que también se decía de Tiro, debía su nombre fenicio, al pez llamado Sar o Sarra, procedente de aquellos mares y cuya sangre daba el hermoso color purpúreo.

[133] No estará de más recorrer con Adán los diferentes puntos que el Arcángel le va indicando, hasta abarcar ambos hemisferios, el del Antiguo y el del Nuevo mundo, porque, a favor de algunas aclaraciones, se comprenderá mejor la especie de itinerario que sigue Milton. Empieza por la región más antigua, el Asia, «por su parte septentrional, Cambalu, residencia del Can, y capital del Catai, provincia de Tartaria; por Samarcanda, orillas del Oxo, la ciudad principal de la Tartaria Zagataya, cerca del río Oxis, trono de Temir, patria y corto del gran Tamorlán. Del norte, pasa al oriente y mediodía de la misma región, a Paquín o Pekín, residencia de los reyes de la China, capital de esta región, que era la de los antiguos Sinas, mencionados por Ptolomeo. De aquí pasa a Agra y Lahor, las dos ciudades más notables del imperio del gran Mogol; al Quersoneso Áureo, es decir a Malaca, el promontorio más meridional de las Indias orientales; a la Ecbatana de Persia, su capital primitiva, o Hispahan, que lo fue posteriormente; a la ciudad donde impera el zar ruso, el zar de Moscovia, Moscú, metrópoli que era de todas las Rusias; y donde ejerce su soberanía el Sultán de Bizancio, el gran señor de Constantinopla, antes llamada Bizancio, hija del Turquestán, porque de esta provincia de Tartaria procedían los turcos: puntos todos pertenecientes al Asia, como que formaban la parte más importante de sus territorios.

Trasládase después al África, y aparecen ante su vista el imperio de Nego, la Etiopía superior o tierra de Abisinia, sometida a un soberano, llamado en la lengua de aquel país Nego o rey, y por los europeos el preste Juan, hasta su puerto más distante, Ereco, Ercoco o Erquico en el mar Rojo, fronterizo por el nordeste del imperio de Abisinia, y los pequeños estados marítimos, los reinos menores de la costa meridional. Montbaza, Quiloa y Melinde, próximos todos al Zanguebar, dilatada región de la Etiopía inferior, al este del mar de la India, colonia de los portugueses, y Sofala, creída Ofir, otro reino y ciudad del mismo mar, que Purchas y otros equivocaron con Ofir, de donde Salomón sacaba el oro, hasta el reino del Congo, que era asimismo un reino de la Etiopía inferior, en la costa occidental, como otros se hallaban en la oriental, y Angola más hacia el sur, otro país al mediodía del Congo. Y desde aquí, desde el Níger, que divide la Nigricia en dos partes, al monte Atlas, en lo más occidental de África, a los reinos de Almanzor, es decir, a Fez y Sus, Marruecos, Argel y Tremecén, todos ellos de Berbería.

De África pasa a Europa, y al lugar donde Roma había de dominar al mundo; sobre la cual se detiene menos por ser más conocida.

Vio también en su imaginación —y no podía verla de otro modo, porque América estaba en la parte opuesta del globo—, la opulenta Méjico, en la América del norte, imperio de Moctezuma y conquista de Hernán Cortés, y Cuzco en el Perú, de la América meridional, espléndido trono de Atabalipa, a quien Pizarro arrebató su cetro, y la Guyana no despojada aún, que pertenecía también a la América del sur, y que todavía no había sido invadida ni conquistada, a cuya principal ciudad, llamada Manhoa, dieron los hijos de Gerión, es decir los españoles de Gerión, antiguo rey de España, el nombre de El Dorado o ciudad del oro, por la abundancia que allí había de este precioso metal.

Y así fue recorriendo Milton las cuatro partes del globo, descubiertas y por descubrir, entreteniéndose en una digresión que será más o menos oportuna, pero que indudablemente es un gran alarde de erudición, y no carece de poesía.

[134] La eufrasia tenía la virtud de aclarar la vista, y así se llama también en inglés eyebright (aclara ojos); la ruda se usaba en los exorcismos; por lo que Shakespeare (Rich. II. A. 3.º Esc. 4.ª) le da el nombre de yerba de gracia (herb of grace).

[135] Ni pecado con tu pecado, dice aquí Milton, conservando su sabor bíblico a la frase.

[136] Las alusiones encubiertas bajo esta alegoría son fáciles de interpretar. Después de estos, es decir de los descendientes del hermano menor, aunque no a mucha distancia, porque Caín había sido desterrado a un país no lejano de aquel, bajaron a la llanura, donde vivían los Cainitas, desde la cima de los altos montes en que moraban, los montes próximos al Paraíso, otros hombres de diferente raza, la familia de Seth, completamente distinta de la de Caín. Indicaban en su apariencia ser hombres justos, que ponían su estudio en adorar sinceramente a Dios. De ellos hace mención la Escritura, atribuyéndoles el culto del verdadero Dios; y Josefo y otros escritores dicen que eran dados a los estudios de la filosofía natural, y especialmente de la astronomía; pero de su bajada a la llanura y de su corrupción y trato con las hijas de Caín, los que más hablan son los escritores orientales, y especialmente los Anales de Eutiquio, de los que parece que tomó Milton estas ideas.

[137] Refiérese el autor a Enoch, cuyo tránsito se verificó a los 365 años, edad que entonces se reputaba como mediana.

[138] Conforme al texto del Génesis, cap. VII: «Ex omnibus animantibus mundis tolle septena et septena, masculinum et feminam: de animantibus vero inmundis duo et duo, masculum et feminam.»

[139] El gran río es el Tigris o el Éufrates, y el golfo es el golfo Pérsico. Ambos ríos eran del Edén, y el Éufrates en particular se llama en la Escritura gran río. Gen. XV, 18.

[140] Ventanas, dice aquí Milton, conforme el texto bíblico; y si antes las ha llamado cataratas, según la expresión común, es porque este nombre se encuentra en varias versiones, y principalmente en la Vulgata. Génesis, VII, 11.

[141] Before the Lord, ante el Señor, en presencia del Señor dice el original; pero se ha interpretado muy diversamente esta expresión por los comentadores. Unos creen que significa contra el Señor; otros bajo el Señor, es decir dependiente de su poder, idea que se repite después más claramente; y otros, por fin, en el sentido que se ve hemos dado a nuestra versión.

[142] A propósito de la torre de Babel, un autor moderno, que goza de grande autoridad como crítico y erudito, se expresa así: «La tradición más generalmente admitida entre los Caldeos, de conformidad con la Biblia, situaba la célebre torre en las inmediaciones de Babilonia (en las llanuras de Sennaar o de la Caldea), y veía sus restos en la gran pirámide de siete cuerpos de Borsippa. Hace algunos años que se encontró y tradujo una inscripción del rey Nabucodonosor, el cual se gloría en ella de haberla reparado y acabado en honor de uno de sus dioses. La llama «torre de siete pisos, mansión eterna, templo de las siete lumbreras de la tierra (los siete planetas) que consagra el más antiguo recuerdo de Borsippa, construida por el primer rey el cual no pudo llevarla a su conclusión.» Y añade el mismo Nabucodonosor: «Los hombres la habían abandonado desde los días del diluvio, hablando (profiriendo sus palabras) desordenadamente. El temblor de tierra y el trueno deshicieron el ladrillo crudo y quebraron el ladrillo cocido de sus revestimientos; el ladrillo cocido de sus muros se derruyó formando colinas.» El descubrimiento de esta inscripción permite reconocer las ruinas, gigantescas aún, del monumento que en tiempo de Nabucodonosor se consideraba como la torre de Babel, entre los restos que se conservan alrededor del espacio que ocupó la antigua Babilonia. Es la misma que los habitantes del país llaman actualmente Birs-Nimrud, «torre de Nemrod,» y que se levanta como una montaña en medio de la llanura. La descripción que hace Nabucodonosor del estado en que se hallaba cuando la reparó, conviene perfectamente con el aspecto que presenta ahora. No es más que un enorme y confuso montón de ladrillos o adobes secados al calor del sol y que al desmoronarse han quedado formando colinas.» (Manual de Historia antigua de Oriente, por Lenormant. París: 1869. Quinta edición Tom. I, pág. 35.)

[143] Babel en hebreo significa confusión.

[144] Así como Terah, padre de Abraham, era idólatra, es de presumir que Abraham fuese criado en la religión de su padre, aunque posteriormente renunciase a ella, y que según todas las probabilidades, convirtiese también a su mismo padre, pues este se trasladó con Abraham a Harán, donde murió al cabo.

[145] Ur, ciudad de Caldea, el país de Abraham y de Terah. Caldea, provincia de Asia, al oriente del Éufrates y al poniente del Tigris. El río Éufrates era vadeable, y Milton creía que Harán caía hacia su parte occidental; otros afirman que era un lugar al presente desconocido, fuera ya de la Mesopotamia, en la Siria de Sobach y camino de la tierra de Canaán.

[146] Usa aquí Milton del adjetivo double founted aplicado al Jordán, porque se dice que está formado por varios manantiales y torrentes, por dos en especial, y que su nombre se compone de Jor y Dan, que así se llaman dos fuentes poco distantes de él.

[147] Nec ultra vocabitur nomen tuum Abram, sed apellaberis Abraham; «y no será en lo sucesivo tu nombre Abram sino que te llamarás Abraham.» (Gen. XVII, 5.) Abram significa alto padre, padre excelso; y Abraham es una especie de aumentativo, equivalente a padre de muchas naciones.

[148] En el dragón del río parece que se alude a Faraón, imitando a Ezequiel, XXIX, 3.

[149] Moisés murió en el monte Nebo, tierra de Moab, con la esperanza de llegar a la de Promisión, mas no logró posesionar de ella a los israelitas; este honor le cupo a Josué.

[150] Los griegos traducían el nombre hebraico de Joshua por Jesús, y así se ve en la versión de los Setenta. Lo mismo acontece alguna vez en el Nuevo Testamento. Joshua o Jesús quiere decir Salvador.

[151] No había visto Adán tales muros, pues el Arcángel se los pintó en profecía, refiriéndose a cosas que habían de suceder mucho después; pero no debe tomarse la expresión literalmente. Has visto quiere decir aquí, has oído como fueron entregados, etc.

[152] Creemos que nuestros suscriptores nos agradecerán que les ofrezcamos la traducción de este breve Poema de J. Milton, como el más digno complemento del Paraíso perdido.—(N. de los E.)

[153] Ciudad de Macedonia en la que nació Alejandro el Grande, el cual no hizo aprecio de las mujeres hasta pocos años antes de su muerte.

[154] Escipión el Africano. Habiéndole presentado sus soldados una doncella de extraordinaria belleza después de la toma de Cartago, mandó llamar a su amante, príncipe celtíbero, y se la entregó, sin haber pensado en ofender su honor.

[155] Agar e Ismael.

[156] El profeta Elías, a quien por dos veces ofreció manjares el ángel del Señor en el desierto de Horeb, a dónde se había retirado huyendo del rey Acab.

[157] Héroes fabulosos de las leyendas caballerescas de la edad media.

[158] Nobles romanos que adquirieron una justa celebridad por haber sacrificado voluntariamente su vida en pro de su patria.

[159] Este joven fue Saúl, el cual, buscando unas pollinas de su padre, encontró a Samuel, y oyó de los labios de este profeta que sería rey de Israel.

[160] Rey de Siria, que subyugó la Samaria y puso término al reino de Israel llevándose cautivo al pueblo hebreo y a su rey.

[161] Nabucodonosor, rey de Babilonia y de Nínive.

[162] Antiguas y florecientes ciudades de la Siria, la Media y la Persia, regiones que más tarde formaron parte del gran imperio de los Seléucidas, a quienes califica el poeta de libertinos a causa de sus vicios, y cuya capital era Antioquía.

[163] A este fabuloso sitio se alude con frecuencia en el poema Orlando furioso, de Ariosto.

[164] Habiendo mandado David verificar un censo de la población de Israel, llevado de un sentimiento de vanidad, irritose el Señor, y a fin de castigarle, diole a escoger entre el hambre, la persecución de sus enemigos o la peste. David eligió esta última, y en tres días perecieron setenta mil personas.

[165] Egipto.

[166] La actual península de Malaca, en el Asia oriental.

[167] La isla de Ceilán.

[168] La península de Crimea.

[169] Era este Tiberio Claudio Nerón, que a la sazón contaba unos 74 años.

[170] El filósofo Aristóteles.

[171] Alude a una opinión de Pitágoras, según el cual, los números eran el principio de todas las cosas, y al mismo tiempo sus elementos y causas eficientes.

[172] Anteo fue un gigante, hijo de Neptuno y de la Tierra. Habitaba una gruta en Libia, y obligaba a todo pasajero a luchar con él; mientras tocaba la tierra, su madre le daba siempre fuerzas y vencía; pero provocado Hércules al combate por el gigante, y advirtiendo el encanto que hacía a Anteo invencible, le estrechó entre sus brazos, y le ahogó levantándolo del suelo.

[173] La Esfinge, que era un monstruo fabuloso, estaba en el camino de Delfos a Tebas, y proponía a los caminantes enigmas para que los resolviesen; los que no los acertaban eran arrojados al mar; Edipo logró hallar el sentido del enigma, y entonces la Esfinge, vencida, se precipitó en las ondas.

Share on Twitter Share on Facebook