- J -

JACOB. Complacencia de sus mujeres, I.

JAIME DE BORBÓN, rey de Nápoles. Sencillez de su persona y fausto de su cortejo, II.

JARNAC (batalla de), I.

JASÓN, de Feres. Cómo curó de una apostema, I.

JERJES. Azota al Helesponto, y envía al monte a Athos un cartel de desafío, I. Por qué se siente acometido por la alegría y la tristeza a la vista de sus innumerables tropas. Propuso un premio a quien inventara un placer nuevo II.

JOINVILLE (Sire de), I.

Jóvenes. Los hay de buena familia que se dan al robo, y por qué razones, I.

JUAN DE AUSTRIA (Don). Vencedor de los turcos, I.

JUAN I, rey de Castilla, I.

JUAN II, rey de Portugal, I.

JUAN SEGUNDO, poeta latino moderno. Lo que Montaigne pensaba de sus Besos, I.

JUANA I, reina de Nápoles. Por qué hizo estrangular a Andreosse, su primer marido, II.

Judíos. Inhumanamente tratados por los portugueses, con el fin de que mudaran de religión, I. Celosos por la suya se matan y matan, asimismo a sus propios hijos.

Jueces. Juramento que los hacían prestar los reyes de Egipto, II. Jueces de la China, instituidos lo mismo para recompensar las buenas acciones que para castigar las malas.

Juego. Para acertar en él precisa ser moderado en ganancias y pérdidas, II.

Juegos de manos. Son odiosos, I.

Juegos y ejercicios públicos. Provechosos a la sociedad, I.

Juicio. Es un instrumento propio para todas las cosas, y que interviene en todas ellas, I. Apenas hay una sola hora de nuestra vida en que nuestro juicio se encuentre en su natural asiento.

JULIANO, Emperador. Diferentes castigos que aplicó a los soldados pusilánimes, I. Por qué le importaban poco las alabanzas de sus cortesanos. Era enemigo de la religión cristiana, pero muy grande hombre, adornado de virtudes excelentes, II. Su castidad y su justicia. Lo que respondió a un prelado que se atrevió a llamarle perverso y traidor a Cristo. Su aplicación al trabajo, y su destreza en el arte militar. Su muerte semejante a la de Epaminondas. Por qué se le llamó Apóstata. Fue muy apasionado por el culto de los falsos dioses, y extremadamente supersticioso. Si es verdad que dijo al sentirse herido: «Venciste Nazareno». Quería restablecer el paganismo. Por qué se mostró generalmente tolerante con los diversos partidos que dividían el cristianismo. Prueba evidente de su actividad y comedimiento.

Justicia. Vender la justicia es costumbre feroz, I. Lo que significaba la espada mohosa de Marsella. Las ejecuciones de la justicia debieran limitarse a la simple muerte, sin ninguna marca de rigor. Justicia maliciosa que por engaño y engañosas esperanzas de perdón lleva al criminal a descubrir su delito, II. Justicia universal, mucho más profunda que particular y nacional. La justicia es la virtud más propia de los reyes. Para el inocente no es cosa segura ponerse en manos de la justicia humana.

JUSTO LIPSIO. Su elogio, I.

Share on Twitter Share on Facebook