1.

AQUÍ me siento y espero, con viejas tablas de leyes rotas a mi alrededor y también con nuevas tablas de leyes a medio escribir. ¿Cuándo llega mi hora?

-La hora de mi descenso, de mi bajada: porque una vez más iré a los hombres.

Esa hora la espero ahora, pues primero deben llegarme las señales de que es mi hora, es decir, el león que ríe con la bandada de palomas.

Mientras tanto, me hablo a mí mismo como quien tiene tiempo. Nadie me cuenta nada nuevo, así que me cuento mi propia historia.

 

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