Sin embargo, cuando Zaratustra dio la vuelta a una roca, vio en el mismo camino, no muy por debajo de él, a un hombre que lanzaba sus miembros como un loco, y al final cayó al suelo sobre su vientre. "¡Alto!", dijo entonces Zaratustra a su corazón, "ese debe ser seguramente el hombre más alto, de él salió ese espantoso grito de angustia, veré si puedo ayudarlo". Sin embargo, cuando corrió al lugar donde el hombre yacía en el suelo, encontró a un anciano tembloroso con los ojos fijos; y a pesar de todos los esfuerzos de Zaratustra por levantarlo y ponerlo de nuevo en pie, todo fue en vano. El infortunado, además, no parecía darse cuenta de que había alguien a su lado; por el contrario, miraba continuamente a su alrededor con gestos de movimiento, como alguien abandonado y aislado de todo el mundo. Al final, sin embargo, después de muchos temblores, convulsiones y de enroscarse, comenzó a lamentarse así:
¿Quién me calienta, quién me ama todavía?
¡Debe dar dedos ardientes!
¡Deje que se calienten las brasas!
Prono, extendido, temblando,
Como él, medio muerto y frío, cuyos pies uno warm'th-
Y sacudido, ¡ah! por fiebres desconocidas,
Temblando con flechas afiladas y heladas,
¡Por ti perseguido, mi fantasía!
¡Inefable! ¡Recóndito! ¡Doloroso-tembloroso!
¡Cazador detrás de los bancos de nubes!Ahora, golpeado por un rayo por ti,
Ojo burlón que me mira en la oscuridad:
-Así miento yo,
Doblarme, retorcerme, convulsionar
Con toda la tortura eterna,
Y se ha quedado prendado...
Por ti, cruel cazador,
No estás familiarizado con Dios...
¡Golpea más profundo!
¡Golpea una vez más!
¡Atraviesa y desgarra mi corazón!
¿Qué significa esta tortura?
¿Con flechas sin filo y dentadas?
¿Por qué te ves aquí?
Del dolor humano no te canses,
¿Con miradas de picardía y de Dios?
No asesinarás,
Pero la tortura, ¿tortura?
Por qué... mi tortura,
¿Amante de las travesuras, Dios desconocido?
¡Ja! ¡Ja!
Robas cerca
En la hora sombría de la medianoche...
¿Qué quieres?
¡Habla!
Me aglomera, presiona...
¡Ja! ahora demasiado cerca!
Me oyes respirar,
Oyes mi corazón,
¡Tú, siempre celoso!-¿De qué, por favor, alguna vez celoso?
¡Fuera! ¡Fuera!
¿Por qué la escalera?
¿Entrarías?
¿A la cámara del corazón?
A mi propio secreto
¿Concepciones en la cámara?
¡Sinvergüenza! ¡desconocido! - ¡Ladrón!
¿Qué es lo que te busca por tus robos?
¿Qué buscas con tu atención?
¿Qué buscáis con vuestras torturas?
¡Torturador!
¡Tú... ahorcado... Dios!
O lo haré, como hacen los mastines,
¿Revolcarme antes que a ti?
Y encogido, embelesado, frenético,
Mi cola se mueve amistosamente.
¡En vano!
¡Anímate a seguir!
¡Cruel cabrero!
No perro- tu juego solo soy yo,
¡Cruel cazador!
Su más orgulloso de los cautivos,
Robas detrás de los bancos de nubes...
¡Habla por fin!
¡Tú, el de los relámpagos! ¡Tú, el desconocido! ¡Habla!
¿Qué vas a hacer tú, salteador de caminos, de mí?
¿Qué harás, Dios desconocido?
¿Qué?
¿Ransom-oro?
¿Cuánto de oro de rescate?¡Solicita mucho, eso es mi orgullo!
¡Y ser concisa- que bid'th mi otro orgullo!
¡Ja! ¡Ja!
Yo... ¿quieres? ¿yo?
-Entire...
¡Ja! ¡Ja!
Y me torturas, tonto que eres,
¿Muerto-tortuoso bastante mi orgullo?
Dame amor, ¿quién me calienta todavía?
¿Quién me ama todavía?
Dar dedos ardientes
Regalar calderas de carbón,
Dame, el más solitario,
El hielo (¡ah! siete veces congelado
Por muy enemigos que sean,
Para los enemigos, haz una sed).
Da, cede ante mí,
Enemigo cruel,
-¡Tú mismo!
¡Fuera!
Allí huyó seguramente,
Mi último y único camarada,
Mi mayor enemigo,
El mío no es familiar...
¡Mi verdugo-Dios!...
-¡No!
¡Vuelve!
Con todas tus grandes torturas Para mí el último de los solitarios,
¡Oh, vuelve!
Todas mis lágrimas calientes en chorros gotean
¡Su curso a usted!
Y todo mi fervor final...
¡Arriba el brillo para ti!
Oh, vuelve tú,
¡Mi Dios desconocido! ¡Mi dolor!
¡Mi felicidad final!