Cuando Zaratustra pronunció estas palabras, se encontraba cerca de la entrada de su cueva; sin embargo, al pronunciar las últimas palabras, se escabulló de sus invitados y huyó por un rato al aire libre.
"¡Oh, olores puros a mi alrededor!", gritó, "¡Oh, bendita quietud a mi alrededor! ¿Pero dónde están mis animales? ¡Aquí, aquí, mi águila y mi serpiente!
Decidme, animales míos: estos hombres superiores, todos ellos, ¿no huelen acaso bien? ¡Oh, olores puros a mi alrededor! Ahora sólo sé y siento cómo os amo, animales míos".
-Y Zaratustra dijo una vez más: "¡Os amo, animales míos!" El águila, sin embargo, y la serpiente se acercaron a él cuando pronunció estas palabras, y le miraron.En estaactitud estaban los tres juntos en silencio, y olfateaban y sorbían el buen aire entre ellos. Pues el aire aquí afuera era mejor que con los hombres superiores.