Vosotros, los más altos, estáis llegando a la medianoche: entonces os diré algo al oído, como esa vieja campana de reloj me lo dice a mí...
-De forma tan misteriosa, tan espantosa y tan cordial como me lo dice la campana del reloj de medianoche, que ha experimentado más de un hombre:
-Que ya ha contado las punzadas de los corazones de vuestros padres- ¡ah! ¡ah! ¡cómo suspira! ¡cómo ríe en su sueño! ¡la vieja y profunda medianoche!
¡Silencio! ¡Silencio! Entonces se oyen muchas cosas que no se pueden oír de día; ahora, sin embargo, en el aire fresco, cuando incluso todo el tumulto de vuestros corazones se ha aquietado,-
¡-Ahora habla, ahora se le oye, ahora se cuela en las almas nocturnas y despiertas: ¡ah! ah! ¡cómo suspira la medianoche! ¡cómo ríe en su sueño!
-¿No oyes cómo te habla misteriosa, espantosa y cordialmente, la vieja y profunda medianoche?
¡Oh, hombre, ten cuidado!