Al Egipto el uno se encaminó en huída por necesidad, y el otro ni honesta ni precisamente por interés, para tener con que hacer la guerra a los Griegos con lo que ganara luchando con los bárbaros. Después de esto, de aquello mismo de que nosotros, en cuanto a Pompeyo, hacernos cargo a los Egipcios, hacen éstos cargo a Agesilao; pues si aquel fue injustamente asesinado por fiarse, éste abandonó a los que se fiaban de él y se pasó a los que hacían la guerra a aquellos mismos a quienes, había ido a dar auxilio.