27

Los favores que en los apuros y dificultades de este viaje recibió del dios le ganaron a éste más confianza que los oráculos dados después; o, por mejor decir, por ellos se tuvo después en cierta manera más fe en los oráculos. Porque, en primer lugar, el rocío del cielo y las abundantes lluvias que entonces cayeron disiparon el miedo de la sed; y haciendo desaparecer la sequedad, porque con ellas se humedeció la arena y quedó apelmazada, dieron al aire las calidades de más respirable y más puro. En segundo lugar, como, confundidos los términos por donde se gobernaban los guías, hubiesen empezado a andar perdidos y errantes por no saber el camino, unos cuervos que se les aparecieron fueron sus conductores volando delante, acelerando la marcha cuando los seguían y parándose y aguardando cuando se retrasaban. Pero lo maravilloso era, según dice Calístenes, que con sus voces y graznidos llamaban a los que se perdían por la noche, trayéndolos a las huellas del camino. Cuando pasado el desierto llegó a la ciudad, el profeta de Amón le anunció que le saludaba de parte del dios, como de su padre; a lo que él le preguntó si se había quedado sin castigo alguno de los matadores de su padre. Repúsole el profeta que mirara lo que decía, porque no había tenido un padre mortal; y entonces él, mudando de lenguaje, preguntó si había castigado a todos los matadores de Filipo, y en seguida, acerca del imperio, si le concedería el dominar a todos los hombres. Habiéndole también dado el dios favorable respuesta, y asegurándole que Filipo estaba completamente vengado, le hizo las más magníficas ofrendas, y a los hombres allí destinados, los más ricos presentes. Esto es lo que en cuanto a los oráculos refieren los más de los historiadores, y se dice que el mismo Alejandro, en una carta a su madre, le significó haberle sido hechos ciertos vaticinios arcanos, que a ella sola revelaría a su vuelta. Algunos han escrito que, queriendo el profeta saludarle en griego con cierto cariño, diciéndole “Hijo mío” se equivocó por barbarismo en una letra, poniendo una s por una n, y que a Alejandro le fue muy grato este error, por cuanto se dio motivo a que pareciera le había llamado hijo de Zeus, porque esto era lo que resultaba de la equivocación. Dícese asimismo que, habiendo oído en el Egipto al filósofo Psamón, lo que principalmente coligió de sus discursos fue que todos los hombres son regidos por Dios, a causa de que la parte que en cada uno manda e impera es divina, y que él todavía opinaba más filosóficamente acerca de estas cosas, diciendo que Dios es padre común de todos los hombres, pero adopta especialmente por hijos suyos a los buenos.

Share on Twitter Share on Facebook