Fueron, pues, muchos los peligros que corrió en aquellos encuentros, y graves las heridas que recibió; pero el mayor mal le vino a su expedición de la falta de los objetos de necesidad y de la destemplanza de la atmósfera. Por lo que a él respecta, hacía empeño en contrarrestar a la fortuna con la osadía, y al poder con el valor, pues nada le parecía ser inaccesible para los osados, ni fuerte y defendido para los cobardes. Dícese, por tanto, que teniendo sitiado el castillo de Sisimitres, que era una roca muy elevada e inaccesible, como ya los soldados desconfiasen, preguntó a Oxiartes qué hombre era en cuanto al ánimo Sisimitres; y respondiéndole éste que era el más tímido de los mortales: “Eso es decirmele -repuso- que puedo tomar la roca, pues que el que manda en ella no es fuerte, tomóla, pues con sólo intimidar a Sisimitres. Mandó contra otra igualmente escarpada a los más jóvenes de los Macedonios, y saludando a uno que se llamaba Alejandro: “A ti te toca -le dijo- el ser valiente, aunque no sea más que por el nombre.” Peleó, efectivamente, aquel joven con gran denuedo, pero pereció en la acción, lo que causó a Alejandro gran pesadumbre. Ponían los Macedonios dificultad en acometer a la fortaleza llamada Misa, por estar bañada de un río profundo; y estando presente: “Pues, miserable de mí -dijo-, ¿no he aprendido yo a nadar?”; y teniendo ya el escudo embrazado, se disponía a pasar. Detuvo la acción por venir a él con ruegos embajadores de la ciudad sitiada, los cuales ya desde luego se maravillaron viéndole sobre las armas sin ningún acompañamiento. Trajéronle después un almohadón, y tomándole mandó que se sentara en él el más anciano de aquellos, que se llamaba Acufis. Admirado más éste todavía con tales muestras de benignidad y humanidad, le preguntó qué harían para que los tuviese por amigos; y como respondiese que lo primero nombrarle a él mismo por caudillo y príncipe de todos, y lo segundo, enviarle en rehenes ciento de los mejores, echándose a reír Acufis: “Mucho mejor ¡oh rey! mandaré -le repuso- enviándote los más malos que los mejores.”