Tomó ésta de entre sus amigos para que la acompañase al siciliano Apolodoro, y embarcándose en una lanchilla se acercó al palacio al mismo oscurecer; mas como dudasen mucho de que pudiera entrar oculta de otra manera, tendieron en el suelo un colchón, y, echada y envuelta en él, Apolodoro lo ató con un cordel, y así la entró por las puertas hasta la habitación de, César; dícese que ésta fue la primera añagaza con que le cautivó Cleopatra, y que, vencido de su trato y de sus gracias, la reconcilió con el hermano, negociando que reinaran juntos. Después ocurrió que, asistiendo todos a un festín, dado con motivo de esta reconciliación, un esclavo de César que le hacía la barba, hombre el más tímido y medroso de los mortales, mientras lo examina todo, escucha y curiosea, llega a percibir que se habían puesto asechanzas a César por el general Aquilas y el eunuco Potino. Averiguólo César, por lo que puso guardias en su habitación y dio muerte a Potino; pero Aquilas huyó al ejército. El primer peligro que corrió en esta guerra fue la falta de agua, porque los enemigos tapiaron los acueductos. Interceptáronle después la escuadra, y se vio precisado a superar este peligro por medio de un incendio, el que de las naves se propagó a la célebre biblioteca y la consumió. Fue el tercero que, habiéndose trabado batalla junto a Faro, saltó desde el muelle a una lancha, con el objeto de socorrer a los que peleaban; pero acosándole por muchas partes a un tiempo los Egiptos, tuvo que arrojarse al mar, y con gran dificultad y trabajo pudo salir a salvo. Dícese que, teniendo en esta ocasión en la mano varios cuadernos, como no quisiese soltarlos aunque se sumergía, con una mano sostenía los cuadernos sobre el agua y con la otra nadaba, y que la lancha al punto se hundió. Finalmente, habiéndose el rey incorporado con los enemigos, marchó contra él, y trabando batalla le venció, siendo muchos los muertos y no habiéndose sabido qué fue del rey. Dejó con esto por reina de Egipto a Cleopatra, que de allí a poco dio a luz un hijo, al cual los de Alejandría dieron el nombre de Cesarión, y marchó a la Siria.