Siendo talada la parte marítima por Mición, que con gran número de macedonios y estipendiarios había desembarcado en Ramnunte, y todo lo asolaba, condujo a los Atenienses contra él. Empezaron a presentársele unos por una parte y otros por otra a querer dar disposiciones: “Debe tomarse- le decían- tal collado: la caballería ha de enviarse a aquel punto, aquí se ha de tomar posición”; lo que le hizo exclamar: “¡Por vida mía, que aquí veo muchos generales y pocos soldados!” Formado que hubo la infantería, uno se adelantó largo espacio a los demás; después, por miedo, saliendo contra él un enemigo, retrocedió a la formación, y Foción le dijo: “¿No te avergüenzas, oh joven, de haber dejado dos puestos, aquel en que te colocó el general y después aquel en que tú te habías colocado?” Acometió a los enemigos, y los venció de poder a poder, con muerte de Mición y otros muchos. Al mismo tiempo derrotó en la Tesalia el ejército griego a Antípatro, después de habérsele incorporado Leonato y los Macedonios venidos del Asia, muriendo Leonato en la batalla en la que Antífilo mandó la infantería y la caballería Menón, natural de Tesalia.