Luego que volvió con ellos y puso a unos en las puertas y a otros les confió la guardia de la ciudadela, temieron los trescientos que iba a tomarse venganza de su mudable conducta; por lo que enviaron rogadores a Catón, pidiéndole encarecidamente que pasase a oírles; pero rodeándole los senadores, no se lo permitían, diciendo que no era razón dejar a su salvador y protector a la discreción de unos traidores desleales. Porque, a lo que parece, todos cuantos se hallaban en Utica conocían, deseaban y admiraban igualmente, la virtud de Catón, no quedándoles duda que nada había en sus obras que no fuese puro y sin doblez. Así es que un hombre que muy de antemano tenía resuelto quitarse la vida, se tomaba por los otros los mayores trabajos, cuidados y afanes, para poder, después de haberlos sacado a todos a salvo, sacarse a sí mismo de entre los vivientes, pues era bien clara su decisión de darse la muerte, aunque él no lo dijese. Prestóse, pues, a los deseos de los trescientos, después de haber tranquilizado a los senadores, y se dirigió solo a ellos; éstos se le mostraron agradecidos, rogándole que en todo lo demás se valiera y dispusiera de ellos con entera confianza, pero si no eran Catones, ni tenían el espíritu de Catón, compadeciera su debilidad. Dijéronle, además, que estaban resueltos a enviar quien suplicase a César, siendo su principal y primer ruego a favor del mismo, y que si no fuesen atendidos, no admitiría la gracia que se les dispensase, sino que pelearían por él mientras les durase el aliento. Catón, agradeciendo su buena voluntad, dijo que en cuanto a sí mismos y a su propia salud convenía no perdieran tiempo en hacer sus ruegos; mas que por él no pidieran, porque las súplicas son de los vencidos y las excusas de los que han agraviado; y él, no sólo se había conservado invicto por toda su vida, sino que había vencido hasta donde había querido, habiéndose sobrepuesto a César en las cosas honestas y justas, siendo éste el cautivo y el sojuzgado; porque ahora estaban bien claros y manifiestos los criminales proyectos que había negado tener contra la república.