Parece asimismo que el modo de terminar la vida de unos y otros constituye otra diferencia en su virtud: porque aquellos, combatiendo con sus ciudadanos, y huyendo después, así es como perecieron; y de éstos, Agis por no causar la muerte de ninguno de los suyos, casi puede decirse que murió víctima voluntaria; y Cleómenes, viéndose maltratado e injuriado, intentó vengarse; pero habiéndole sido la suerte contraria, con la más loable resolución se quitó la vida. Examinando todavía las contraposiciones y diferencias, Agis en el orden militar no ejecutó hazaña ninguna, porque se lo impidió su temprana muerte; pero con las victorias de Cleómenes, que fueron muchas y gloriosas, pueden compararse la toma de las murallas en Cartago por Tiberio, que no dejó de ser acción insigne, y su tratado de Numancia, por el que salvó a veinte mil soldados romanos, que no tenían otro medio de salud. Gayo dio también, militando allí y en Cerdeña, grandes muestras de valor, de manera que habrían podido compararse con los primeros generales romanos, si no hubieran sido arrebatados por una anticipada muerte.