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Finalmente, con el hambre se juntó la peste, como suele suceder cuando en extrema necesidad se toman cualesquiera alimentos; y habiendo perdido unos ocho mil hombres, retrocedió con los que le restaban. Bajaba hacia Tarso con ánimo de no tocar en aquella provincia, que entonces pertenecía a Seleuco, para no dar a éste motivo ninguno de ofensa; mas siéndole imposible, por estar los soldados reducidos a la más estrecha necesidad, y porque Agatocles tenía tomadas todas las gargantas del monte Tauro, escribió a Seleuco una carta llena de quejas contra su fortuna, y concebida con las más encarecidas expresiones de ruego y de súplica, para que tuviera lástima de un deudo suyo, sujeto a tales desgracias, que debían alcanzar compasión aun de los enemigos. Habíase conmovido Seleuco, y escribió a los generales que allí mandaban dándoles orden de que a Demetrio se le hiciera en todo un tratamiento regio, y a sus tropas se las proveyera abundantemente de víveres; pero representóle Patrocles, hombre que pasaba por muy juicioso y era amigo fiel del mismo Seleuco, que aun cuando se prescindiera del gasto que había de hacerse con los soldados de Demetrio, el que éste hubiera de permanecer y detenerse en sus estados era negocio en que debía mirarse mucho, pues que siendo por sí Demetrio el más violento y emprendedor de todos los reyes, ahora había caído en tales infortunios que aun a los que son por naturaleza moderados los impelen a la violencia y a la injusticia. Como hubiesen hecho fuerza a Seleuco estas reflexiones movió para la Cilicia con un grande ejército; y Demetrio, que se sorprendió de esta repentina mudanza de Seleuco, concibiendo temor, se retiró a los puntos más inaccesibles del monte Tauro, desde donde le envió a rogar que le dejara tomar el país de alguno de aquellos reyes bárbaros que eran independientes, donde pasaría su vida en quietud, sin tener que andar errante y fugitivo; y cuando no, le diera con qué sostener sus tropas aquel invierno, y no lo despidiera desnudo y falto de todo, arrojándole así en las manos de sus enemigos.

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