9

Volvieron los tribunos de la plebe a suscitar la ley de la repoblación; pero sobrevino a tiempo la guerra contra los Faliscos, y dio comodidad a los patricios para celebrar los comicios a medida de su deseo. Designaron, pues, a Camilo para tribuno militar con otros cinco, por creer que los negocios pedían un general que a la dignidad y la gloria reuniese la experiencia. Sancionado así por el pueblo, y encargado Camilo del mando, se dirigió al país de los Faliscos, y puso sitio a Falerios, ciudad fortificada y bien pertrechada de todo lo necesario para la guerra, no porque la empresa de tomarla le pareciese fácil y de poco tiempo, sino con la mira de quebrantar y tener distraídos a los ciudadanos, para que no les quedara vagar, detenidos en casa, de revolver y alborotar; remedio de que siempre solían usar con fruto, echando fuera, como los médicos, los humores perturbadores del gobierno.

Share on Twitter Share on Facebook