En esto, según refiere Heródoto, hizo Pausanias a Aristides la proposición de que los Atenienses tomaran el ala derecha formando contra los Persas, pues era mejor que pelearan contra ellos los que ya estaban aguerridos y habían adquirido osadía con anteriores triunfos; y que a él se le diera el ala izquierda, contra la que habían de combatir aquellos Griegos que se habían hecho partidarios de los Medos. Tenían los demás caudillos de los Atenienses por inconsiderado e injusto a Pausanias, por cuanto, dejando quieto el resto del ejército, a solos ellos los traía arriba y abajo como hilotas, exponiéndolos a los mayores peligros; pero Aristides les hizo presente que iban errados del todo, pues que antes habían altercado con los Tegeatas por tener el ala izquierda, y estaban ufanos con haberlo conseguido, y ahora, cuando los Lacedemonios se desistían voluntariamente del ala derecha, y en algún modo les entregaban el mando, no tenían en precio esta gloria ni se hacían cargo de lo que ganaban en no tener que pelear con sus compatriotas y deudos, sino con los bárbaros, sus naturales enemigos. En consecuencia de esto, hicieron ya los Atenienses de muy buena voluntad con los Espartanos el cambio propuesto; siendo muchas las conversaciones que entre sí tenían de que los enemigos ni traían mejores armas ni ánimos más esforzados que los de Maratón, sino los mismos arcos, los mismos vestidos ricos y los mismos adornos de oro en cuerpos muelles y en almas cobardes, cuando nosotros tenemos también las mismas armas y los mismos cuerpos, pero mayor aliento con nuestras victorias; y de que la contienda no era sólo por su país y por su ciudad, como entonces sucedió, sino por los trofeos de Maratón y de Salamina, para que se viese que habían sido, no de Alcibíades y de la fortuna, sino de los Atenienses. Estaban, pues, muy solícitos en la mudanza de puestos; pero habiéndolo entendido los Tebanos por relación de algunos tránsfugas, lo participaron a Mardonio, y éste, al punto, bien fuese por temor a los Atenienses, o bien porque desease contender con los Lacedemonios, trasladó los Persas a su ala derecha, dando orden de que los Griegos que estaban con él quedaran formados contra los Atenienses. Túvose noticia de esta mudanza, y Pausanias fue otra vez a tomar el ala derecha y Mardonio tomó inmediatamente la izquierda, quedan- do colocado contra los Lacedemonios. En esto el día se pasó sin hacer nada; y formando los Griegos consejo, determinaron ir a acampar a bastante distancia, ocupando terreno provisto de agua, porque los arroyos que había en las cercanías habían sido enturbiados y ensuciados por la numerosa caballería de los bárbaros.