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Sabiendo, a poco de ejecutadas estas cosas, que Flaco, elegido cónsul de la facción contraria, atravesaba con tropas el Mar Jonio, según se decía, contra Mitridates, pero en realidad contra él mismo, se encaminó hacia Tesalia, como para salir a recibirlo; pero habiendo llegado a Melitea, le vinieron avisos de muchas partes de que estaban talando el país que dejaba a la espalda tropas del rey, en no menor nú- mero que antes. Porque Dorilao, que había llegado a Calcis con grande aparato de naves, en las que traía ochenta mil hombres del ejército de Mitridates, ejercitados y muy en orden, sin detenerse había pasado a la Beocia, y apoderado del país procuraba atraer a Sila a una batalla, desatendiendo los consejos de Arquelao, que trataba de contenerle, y aun reconviniendo en cierta manera a éste sobre la anterior batalla, como que sin traición no podían haber sido deshechas tan considerables fuerzas. Mas Sila, que tuvo que retroceder a toda priesa, hizo conocer a Dorilao que Arquelao era hombre prudente y tenía experiencia de lo que era el valor romano, pues con sólo haber tenido con Sila unos ligeros encuentros cerca de Tilfosio, fue ya el primero en no tener por conveniente que la contienda se decidiera en una batalla, sino que la guerra se alargase y se fatigase a Sila a fuerza de tiempo y de gastos. Mas, sin embargo de esto, dio cierta confianza a Arquelao el país de Orcómeno, en que estaban acampados, por ser muy ventajoso, en caso de venir a las manos, para los que prevalecían en caballería; porque entre las llanuras de la Beocia es la más bella y la más espaciosa la que empieza en la ciudad de Orcómeno, porque ella sola se dilata anchamente y está despejada de arboledas hasta las lagunas en que se pierde el río Melas, el cual, naciendo debajo de Orcómeno, caudaloso y navegable desde su fuente, en lo que es único entre todos los ríos de la Grecia, tiene además la particularidad de que crece como el Nilo en el solsticio del verano, y lleva plantas semejantes a las de aquel sitio que no dan fruto ni llegan a la misma altura. No va tampoco muy lejos, sino que la mayor parte se pierde muy pronto en lagos ciegos y pantanosos, y después la otra parte, que es bien escasa, se mezcla con el Cefiso en aquel punto donde la laguna produce la caña de flautas.

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