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A pesar de esto, habiendo proporcionado Agis, que Lisandro fuese nombrado Éforo, pasó inmediatamente una retra suya a los ancianos, cuyos capítulos eran: que los deudores quedarían libres de sus deudas; que se dividiría el territorio, y de la tierra que hay desde el barranco de Pelena al Taígeto, a Malea y a Selasia, se formarían cuatro mil quinientas suertes, y de la que cae fuera de esta línea, quince mil, y ésta se repartiría entre los colonos que pudieran llevar armas, y la de dentro de la línea entre los mismos Espartanos; que el número de éstos se completaría con aquellos colonos y forasteros que se recomendasen por su figura y su educación liberal, y que estando en buena edad tuviesen la conveniente robustez; y, finalmente, que estos nuevos Espartanos se dividirían en quince mesas o banquetes de doscientos a cuatrocientos, observando el mismo método de vida que sus progenitores.

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