Queriendo dar idea de una gran mudanza en cuanto a lo desmedido y lujoso de los donativos de Nerón, parece que se apartó bastante del blanco del decoro; porque habiendo ido a tañer a palacio durante la cena el flautista Cano, cuya habilidad era entonces muy apreciada, y habiéndole alabado y ponderado mucho, hizo que le trajeran el bolsillo y le dio algunos áureos, diciendo que del caudal propio, y no del publico, le daba aquella propina. Dio una orden ejecutiva para recoger las donaciones que Nerón había hecho a la gente del teatro y de la palestra, a excepción de la décima parte, y como fuese muy poco y de ninguna entidad lo que le traían, porque los más, que eran nombres derrochadores y de los que no piensan sino en el día presente, habían consumido lo que recibieron, mandó hacer pesquisa de los que se lo habían comprado o adquirido en otra forma, y de ellos pretendía recobrarlo. No tenía esto fin y se extendía muy lejos, comprendiendo a una infinidad; y si semejante conducta perjudicaba a su gloria, la envidia y el odio recaían sobre Vinio, diciéndose de él que, haciendo para los demás escaso y mezquino al emperador, en tanto se aprovechaba sin término, ocupándolo y vendiéndolo todo. Porque máxima es de Hesíodo: Al principio y al fin de la tinaja la sed debe saciar el cosechero; mas Vinio, viendo a Galba delicado y viejo, se apresuraba a gozar de la fortuna que a un tiempo empezaba y concluía.