CARTAS

CARTAS DEL CABALLERO DE LA TENAZA

donde se hallan muchos y saludables consejos para guardar la mosca y gastar la prosa.

A LOS DE LA GUARDA

HABIENDO considerado con discreta miseria M la sonsaca que corre, me ha parecido advertir á los descuidados de bolsa para que, leyendo mis escritos, restriñan las faltriqueras y que procuren ántes merecer el nombre de guardianes que el de datarios, y el dar sea las mujeres, y nó á las mujeres, para que así merezcan el nombre de cofrades de la Tenaza de Nihildemus ó Neque-demus, que hasta ahora se decia Nicodemus por el poco conocimiento desta materia. Y sea su nombre de todo enamorado Avaro-Mathias (llámese cómo se llamare, aunque no se llame Matías), y sea su abogado el ángel de la Guarda, que con razón se llaman dias de guardar los dias que son de fiesta, y todos son de fiesta para guardar.

EJERCICIO CUOTIDIANO

que ha de hacer todo caballero para salvar su dinero á la hora de la daca.

En levantándose, lo primero conjurará su dinero porque no se lo pidan, y alegraráse que le han dejado amanecer, diciendo: Yo me alegro, aunque soy caballero de la Tenaza, porque me han dejado dormir los embestidores y pedigones, y ofrezco firmemente de no dar, ni prestar ni prometer, por palabra, obra ni pensamiento. Y luego dirá aquellas palabras:

Solamente un dar me agrada,

Que es el dar en no dar nada.

Al sentarse á comer mirará la mesa, y viéndola sin pegote, moscon ni gorra, echará la bendición, diciendo: Bendito sea Dios, que me da comezon, y no comedores, considerando que los convidados en las mesas son cuchillos de los tenedores.

Al irse á acostar, ántes de dormir se llegará al talegon vacío que tendrá colgado á la cabecera de su cama por calavera de los perdidos, con rótulo que diga:

Tú, que me miras á mí

Tan triste, mortal y feo,

Mira, talegon, por tí,

Que como te ves me vi,

Y veráste cual me veo.

Y empezando á dormir dirá: Bendito seáis vos, Señor, que habéis permitido que me desnude yo y que no me haya desnudado otro ántes. Y no dormirá á sueño suelto porque no se le desperdicie nada.

TRIACA DE EMBESTIMENTOS MASCULINOS

Es cierto que piden tanto las barbas como las tocas, y ha parecido conveniente anticipar el remedio. ¡Oh tú, caballero de la Tenaza! en viendo que te buscan ó te vienen á ver, sea quien fuere, ántes de los cumplimientos, á Dios y á la ventura dirás: ¡Oh señor mió! el mundo está para dar un estallido; no se halla un cuarto: y luego grandes ofrecimientos; que eso es desjarretar la bribia. Pero si de antuvión te embistiere un pedidor de avenida y repentino, con la misma priesa has de decir: Estaba agora yo pensando en pedir á vuesamerced me socorriese con esa cantidad para cumplir una necesidad de honra. Esto se llama atragantar embelecos. Y si te alabaren (como se suele hacer) algunas prendas ó joyas, dirás que por esto la estimarás en un tesoro de ahí adelante. Permítese dar pascuas, y no aguinaldo. Y en los dias de feria damos licencia que en las tiendas, Platería, calle Mayor, el verdadero caballero de la Tenaza amague, y no dé. Y al fin ha de tener costumbre de reloj de sol, que muestra y no da. Y si se alargare y señalare, sea con la sombra y no con otra cosa. Y entre los dichos caballeros siempre se ha de jugar á tengamos y tengamos; no se ha de jugar á los dados, ni se ha de leer en el Dante, ni se han de comer dátiles, ni han de saber otro refrán sino quien guarda halla. Y con esto y con aquello, y sin dar nada, aquí tendrán y serán tenidos, y allá será lo que Dios quisiere, como lo demás.

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