Notas a Pie de Página

[892]

Saca el Arcipreste la moraleja y doctrina de la comedieta, ensañándose contra las trotaconventos, que es lo que indica con decir los nonbles del alcayueta. Syn orejas e syn coraçón, porque se las comió el lobo (c. 901). Acaya, acaezca, como caya de caer.

[893]

Tiesta ó testa del vulg. lat. tĕsta, lat. liter. tēsta(m). Enfiesto ó enhiesto, como sonaba, del ant. portug. festo altura, cima, del antiguo alemán first, alem. First, alzado, erguido. Mejia, Vid. Fed. II, 4: Fué derribada y allanada por el suelo, sin dejar cosa enhiesta. Enhest-ar ó alzar salió de él. Barahona, p. 742: Enhiesta el lomo y el pecho con tablillas. En la siesta, en la hora después de comer, cuando aprieta el calor. Véase modificado este ejemplo en Hern. Pulgar, Cart. 23.

[894]

Hicieron que fuese el bufón y hazmereir o juglar de los presentes. Tañendo su atambor quiere decir rebuznando.

[895]

Cazurrias, chocarrerías del cazurro, como las trobas cazurras. Baena, p. 452: Pierden ya su melodia, | burleria e casurria | rrebuelta con cagajones, | muy baldia, mucho fria. Quiso el león abrirlo en canal, pero el otro se fué y no paró más alli (mas y non estudo).

[897]

Y ahora todos ellos, sin vos, no valen una haba, están muy sosos.

[898]

Albuerbola, que corrijo por el albuerbila de G; en S, abbuelbola, pronunciado á la arábiga, por alborbora, alborbola, albuerbola, arborbolla, arborbola, que de todas estas maneras se matizó, y significaba vocería, algazara, bullicio, comúnmente en señal de regocijo. Quev., Tac., 16: Fui llevado abajo, donde me recibieron con mucha arborbola y placer los camaradas y amigos. J. Pin., Agr., 32, I: Con estas albuerbolas entre Castilla y Portugal. Cabr., p. 368: Jubila significa una voceria, que es señal de mucho placer y regocijo, cuando no se puede explicar con palabras, que es lo que llaman los rústicos hacer alborbolas con gritos, y los moros algazara. Sonete. A. Veneg., Agon., 3, 10: Allí se verán las limosnas, si se dieron con titulo de caridad ó por sonete de magnificencia y liberalidad. Timon., p. 186: En gentil sonete | os entonais. Tabor en G, atanbor en S. Tabur en la Chanson de Roland, del siglo XV (véase E. Yanguas). En la c. 899, atabor, con el artículo arábigo at—.

[899]

El burro no sabía la manera ó gusto de su señor el león ni sus mañas crueles, y pagó como necio juglar el tocar su tambor. Escotar es pagar lo que le toca ó en general. Oña, Postrim., 1, 12, 3: El contento o satisfacción, que le dá el pecador, lo ha de escotar con fuego eterno.

[900]

Monteros, remeda a la corte de Castilla con sus Monteros de Espinosa. Como eran castigados, como se les había instruído de antemano. Espantáronse todos del modo que tenía aquel rey de cumplir el seguro o segur-ança, que al burro le había dado.

[901]

Todo, aquí por enteramente, muy mucho, y úsase en Galicia. Mejor que no guardaba las ovejas. Trasponer, Dos doncell.: Después que ellos hubiesen traspuesto una montañuela. Uñas parejas en S, por derechas de G: guardadoras del derecho y justicia, como buen corchete de justicia.

[902]

Saborado, como a-sabor-ar ó dar sabor, cosa que lo tiene, como debe tenerlo la carne del orejudo. Villen., Cis., 7: Estas cosas solas enterneçen e asaboran.

[903]

Que así, sin orejas ni corazón, había nacido, pues á tener uno y otro hubiera sido más cauto.

[904]

El rromançe, el cuento, la glosa de Pamphilus, cuya moraleja saca. Bien clara está aquí la explicación del titulo de este libro y su intento, que es el mismo que el del Corvacho. Tranzar es como trenzar, esto es, hacer trenza. Madrigal, Missus, 3: Acostumbran las mujeres trenzar sus cabellos con una cinta de seda colorada porque no se caiga con desorden. Valdría, pues, como enlazar; pero no conozco texto en que tranzar valga enlazar propiamente, y asi, prefiero interpretar aqui este verbo por tronchar y cortar, que en algunas partes se dice del gusano á fuerza de carcomer la planta, y asi responde a lo que el león hizo con el asno, que quiso abrillo todo y abriol' por los costados. Tranza, su posverbal es, en Ecija por ejemplo, el gusano de la leña de olivo fermentada al secarse, que la carcome poniéndola asi. A. Alv., Silv. Dom. 1 adv., 5 c., § 1: Golpe que tranzará toda un alma entera. Id., Dom., 4 adv., 2 c.: Ya el segur ò destral está puesto á la raiz del arbol para tranzarle por ella y plantarle de nuevo. Id., Magd., 7 c., § 3: Ellos seran comidos del gusano y de la polilla, como el paño se tranza della... Por el mismo caso le condena al gusano y polilla que le trancen la vida... El no puede sufrirlos ni dejar de tranzarlos de su propia cepa. Valderr., Ej. Fer. 6 pas.: Tienen tan fortísimos dientes, que tranzan el roble y la encina recia y durísima.

[905]

Desaventura en S, por aventura en G y T, desdicha. Cast., Canc., 1, p. 197; La triste desaventura | es vecina de su gloria. Menguada, faltosa. Orden. Sev., 229: Que el tal paño es malo o menguado de varas, diciendo en que está la maldad del paño y cuanta es la mengua del.

[906]

Non asomen; por el consonante hago plural el asome del texto, de donde resulta transitivo, empezar á mostrar. D. Vega, Disc. 2 Fer. 2 Ram.: Encrespen el cuello y van poco a poco asomando las uñas. A. Alv., Silv. S. Andr. 4 c., § 2: No anda pues nuestro Dios amagando las mercedes que ha de hacer, ni asomándolas a los ojos, del hombre. Asno... Corr., 54, Refr. glos., Comed. Eufros. 6. y L. Grac., Crit., 3, 6. Se concomen, rebullirse cual si le comieran piojos, meneando hombros y espaldas, consumirse. Quev., Tac., II: El porque concomiendose dijo: Aina estan con virgo mis espaldas. A. Alv., Silv. Fer. 6 cen. 16 c., § 9: Concomiendose y estrizandose entre si mismos. Quiere decir que andan por ahí algunas niñas engañadas por el loco amor, como Doña Endrina, cuyas orejas y corazón les comieron los lobos, esto es, que por mostrarse risueñas, etc., etc., cayeron en las garras de los lobos de los clérigos, porque la que hace de asno con sus risas y juglarías, sus dengues y sus atavíos, lobos la comen. Estos clérigos ó lobos le comen orejas y corazón, quitándoles la prudencia y vergüenza que guardan a la mujer. Y dígolo, aunque rabien y me maldigan los lobos ó clérigos tales. Alude claramente a los de Talavera, contra quienes principalmente va todo el libro, como fué el boceto primero (c. 1690).

[907]

Falagera, que halaga, es hoy vulgar. J. Enc., 264: Con sus falagueras mañas | mama las suyas y extrañas, | como el hijo de la cabra. Nogera, nogal. Mosquea, 4, 64: El avellano, el pino y la noguera | le dieron los costosos materiales. Çevera, trigo, de cebo.

[908]

Non t' asañes, no te ensañes ó enojes. Don Sancho, Cast., 10: Si aguijón hobiese e se asañase contra ellas, matarlas hia. Fasañas, alude al libro compuesto con todo lo en él hecho para disuadir del loco amor, como se ve por lo que sigue.

[909]

Doña Endrina, hija de Don Endrino y de Doña Rama, como lo es esta frutilla. No te la conté porque á mí me acaeciera, pues falsa ó artísticamente me atribuí el papel de mal vesino ó Don Melón. Nin te llegues a quien te pueda dañar y espinar como el espino. Avenir, suceder. Non te enfies en G y T, por fies. Saltan estos mismos códices á la copla 950.

[910]

Seer, estar sentada, se(d)er(e). ¿Quién va a tomar por verdad este otro enamoricamiento del Arcipreste? Los que se empeñan, contra su repetida afirmación, en sostener que este libro es autobiográfico.

[911]

Fijadalgo, noble, por fijadalga, ó fidalga, que después se dijo, pues se entendía aún el valor etimológico de los componentes de algo, de bienes. Sy, así, optativa, ojalá me dé Dios tanta salud como eso eso es verdad. Del si(c) latino, que dió también el afirmativo . Alex, 172: Fijo, yo vos bendigo, si faga el Criador. Libr. engannos, p. 44: Non ayas fiusa ninguna en ella, si te vala Dios.

[912]

Vi-aje, de vi-a, vale lo que decimos dirección, y en este sentido lo emplean los oficiales, los carpinteros, por ejemplo, hablando de la dirección del corte de una tabla al sesgo ó á bisel, etc. Santo pasaje, es irónica metáfora del pasaje a Roma, Tierra Santa, etc., recordada en él por lo del viaje.

[913]

El Ferrand Garçía, que antes le birló la otra moza panadera. Mensajería. J. Pin., Agr., 33, 22: Notificó al mundo la mensajería de la redención. Hallarse con, en y hallarse bien con, en, fué clásico; con de no lo conozco, y acaso sea errata, aunque de hacía a todos guisos y no me atrevo a quitarlo. D. Vega, Parais. S. Clara: Que tomes de mí este consejo, que te hallarás bien con él. L. Grac., Crit, 3, 6: Mas para que se vea cuán hallados están los más con el embuste. Marq. Tr. Jer., 4, 2: Hay hombres tan hallados en su vida. Id.: Se halla el pájaro tan bien en la jaula.

[914]

Llegava, por llevaba, clásico. Pleytesía, trato, como pleito. En el arrabal solían vivir estas tías, como la Celestina.

[915]

Adamares, infinitivo sustantivado; adamar es hacer el amor, de modo que serían regalos de cortejadores y amantes. Quij., 2, 1: Y anduvo discreto de adamar antes la blandura de Medoro, que la aspereza de Roldán. Idem, 2, 54: Siempre tuve yo mala sospecha de que ese caballero adamase á mi hija. Adamar díjose de dama, y no de adamare, que no hubiera dado adamar. Almajar, tela, toca o manto, del arábigo المعحر almighdjar, nombre de una estofa que se fabricaba en Almería, de la cual hacen mención el Idrisí (p. 197) y Almacarí (Anal., 1, 102); de la tela tomó el nombre de vestidura. D. Sancho, Cast., página 145: E con grand pasciencia lo tomó desque fué nascido e lo envolvió en su almajar.

[916]

Encantalla, metafóricamente, atraérsela para el amante, de uso común. Tras esta hay una laguna. Si no me descubrís á otros. Pastija, y pastraña y patraña es todo uno, cuento moral.

[917]

A que, al cual, para el cual. Esta villa, probablemente Alcalá de Henares.

[918]

De guisa, que, de manera que. Oviedo, H. Ind., 50, 2: La socorrió Dios de guisa, que dobló el cabo. Somover, mover de abajo arriba, aquí de lo hondo afuera. Ya cuanto, algo. J. Pin., Agr., 18, 23: Y con esto se allanaron ya cuanto. Adeliñar, aliñar, enderezar, disponer. Test. Alf. X, Crón., 76, pl. 54: Que le convenía bien de lo hacer y de lo adeliñar por muchas razones. Cinta, cinturón, que le ciñó, se lo puso.

[919]

Çedaçuelo..., refrán. F. Silva, Celest., 21. Porque no se eche á perder lo dejan colgado de la estaca clavada en la pared; y dícese de todo lo nuevo, que se cuida más. Rapaça, que roba, de rapar, aludiendo á su nombre Urraca, o picaza, que todo lo va apañando, y á su oficio de ir sonsacando con sus menesteres celestinescos.

[920]

Parla-dera, parlar, como parla-dora. No dejes el camino trillado y fácil, que ya conoces, por el estrecho y torcido, sigue en tu oficio. No falta buey á quien tiene mieses que labrar y trillar.

[921]

Parl-ylla, parla, como fablilla, refrán. Juga jugando como burla burlando, como sin querer, se le escapa al hombre una inconveniencia. Fue descobrilla, sin la á, ya embebida en el infinitivo.

[922]

Con haberlo publicado la vieja, guardó más á la dueña su madre, de modo que apenas lograba yo verla. El no aperçeb-udo ó apercibido, yerra más presto. Muy común fué el -udo por el -ido en cualquier participio en la Edad Media; después quedó en algunos ya adjetivados.

[923]

Mal le avino al Arcipreste el haberle dicho en juego lo que la puso sañuda. No eches nada en cara á nadie ni en secreto (á furto) ni en público (en conçejo), que no hay cosa que tanto moleste ni pique como la verdad. Trebejo, aquí por cosa, instrumento, un trasto cualquiera; tan mal, que molesta.

[924]

Maça, mala, propiamente negra, y de aquí noramaza, como noramala. Orden Sev., 172: Salvo si no fueren peñas veras y grises y mazas, que traen los mercaderes por la mar. S. Badaj., 1, p. 109: A su costa, noramaza | mos libró de las cadenas. Aut. s. xvi, 2, 85: Ea, calla, noramaza. Quij., 1, 5: Mirá en hora maza. Síguense nombres y motes de la alcahueta. Picaça, como Urraca, que hurta y guarda; señuelo, que atrae como el de la caza; cobertera, que encubre; almadana ó martillo para quebrantar peñas, y aquí corazones; coraça, con que defienden su cuerpo los enamorados, tratando sus cosas bien á salvo; altaba o aldaba, que llama á la puerta, física y metafóricamente, de la dueña; traynel ó criado de rufián en Germanía, que trae y lleva recado. Cerv., Nov., 3: Me envió á pedir con Cabrillas su trainel treinta reales. Cabestro, que va delante del pretendiente guiándole hacia la dueña; almohaça, que atusa á ésta y la halaga hasta atraérsela.

[925]

Garavato ó gancho que coge con maña; tya, apodo despectivo de la mujer vulgar, sobre todo de la que se quedó para vestir imágenes, sin casar, y no visten pocas estas tías; cordel, que la sujeta; cobertor, que encubre el trato; escofina ó lima grande que desbasta y quita azperezas en ella; avancuerda ó cabo con que se coge primero; rascador, como escofina, ó almohaza ó que rasca la bolsa; pala, ya por ingenio y astucia, ya por paliar y encubrir á los amantes, como el ladrón que hace pala en Germanía, que se pone delante del que otro ha de robar; agusadera ó piedra de amolar, y en la cual se queda no poco de los bienes del amante con el roce y trato de ella; freno, que retiene á éste, no se desboque; corredor ó tercero en tratos; badil, que atiza y coge fuego; tenasas, ídem de lienzo, no menos que ansuelo, para ansolar, que de tales tías anzoleras ó anzuelos dicen por Asturias.

[926]

Canpana, que da señales para juntarse los amantes; taravilla, que llama. Es la tarara ó cítola del molino, que advierte al molinero. Villeg., Erot., 2, 7: Has visto taravilla de molino? Pues tal era su lengua de contino. Alcahueta ó guiadora en arábigo; porra ó cara en Germania, porque es la que la da por el amante; xáquima que lleva a la bestia ó amador como del cabestro; adalid, que le guia; guya ó guía; handora ó andorra que andorrea y anda callejeando. Trotera, correo.

[927]

Aguijón, que aguija y pincha; escalera que hace subir al amante hasta su amada, escalando dificultades; abejón, que zumba y da vueltas en torno de ella, zuñiéndole en los oidos la pretensión y que te da el soplo de lo que pasa; losa ó trampa que la coge; traylla que la lleva amarrada; trechón, que sabe de trechas ó tretas para engañar. Barahona, p. 618: Busque de nuevo otra trecha | por donde se gane el juego. S. Badaj., 1. p. 250: Al ajedrez, trechas falsas. L. Rueda, Registr., 2: Queríamos de tí que nos enseñases algunas trechas sotiles de las que tú sabes (para robar). Rregistro, por donde todo ha de pasar; glosa, que todo lo comenta.

[928]

Derecho, ley y tratado de leyes. Coyta non ay ley, «necessitas caret lege», que la necesidad tiene cara de hereje. Ay por ha tiene con y allí, ha -|- y.

[929]

De la mala consseja, del rapapolvo ó suave amonestación que le di (c. 920).

[930]

Alahé, ¡á la fe!, aseverando por su fe y palabra. Quij., 2, 17: A la fe, señor, a lo que Dios me da á entender... L. Rued., Camil.: Nó, á la hé, porque no lo he de costumbre. Vieja en necesidad corre que vuela, sirviendo á otros, y así vos os aprovecháis de mí, por no tener otra vieja como yo. Mano..., corta, por cortada. Corr., 476: Muchos besan manos, que querrian ver en boca de alanos. Id.: Muchos besan manos, que querrian ver cortadas ó quemadas.

[931]

Creo que hay errata en el texto e lo que dixe apodo. Si no fuera errata, habría que interpretarlo: nunca os suceda y lo apruebo y lo aprecio. Pero esto es harto frío y soso. Apodo es calificativo, comparación, calificación que de una cosa se atribuye á otra, como retraer y así aquí alude al anterior refrán de la copla 930 y equivale á retraer, refrán, dicho. Apodo es posverbal de apodar, de adputare, atribuir, y así valió estimar, luego calificar, comparando. Herr., Agr., 2, 34: Un balaj que le apodaban en una ciudad. Baena, p. 111: El tu menasar apodo | á grant loco sin abrigo. Acev., Nativ., 1: Aludiendo á esto el Esposo dice apodando la cintura de la Esposa. Traer á rodo, rodando, en abundancia y como al retortero, zarandeando a su gusto, que es lo que aquí significa, del rodar. Valderr., Ej., 2, 8, dom. 4 cuar: Cosas de regalo y deleite, que aun apenas se hallaron en la ciudad, tan de sobra y á rodo. Aunque con mis dichos la madre encerró la dueña, todo lo arreglaré yo.

[932]

Gran sentencia pedagógica: llamad y estimad á uno como gran cosa: es el mejor camino para alentarle á que las haga; llamadle y tenedle por asno, y asno será. «Cuando todos te dijeren que eres asno, rebuzna y ponte rabo.» (Corr., 372). Buen amor quiere la alcahueta que la llamen, como honradas se llamaban sus amparadas en el siglo XVI.

[933]

Es salida humorística y desenfadada del Arcipreste, pues iría contra lo bien asentado por él mismo; parécese á la que tuvo en la Introducción, cuando dijo que hasta los seguidores del loco amor sacarían provecho de su libro. Así añade e por desir raçón, esto es, porque realmente el libro trata del Buen Amor, que es el de Dios. Toda saçón, palabras agradables (c. 949). La guardé, la miré bien, le tuve consideración á la vieja, y, así como antes pagué lo mal que la traté, ahora me galardonó mis buenas palabras.

[934]

Para deshacer las hablillas, que por causa suya corrían contra el enamorado, una vez reconciliada con él por sus buenos modos, hizo la pícara vieja como San Francisco para que le tuviesen por loco, que fué ponerse en medio de la plaza á amasar el barro con los pies: así esta endina de vieja salióse por ahí en pelota y con todas las beldades que Dios le dió al aire, para que la tuviesen por loca y que, como de loca, no diesen crédito á lo que de los enamorados había echado en la plaza.

[935]

Dicen ya todos, al ver que la vieja está loca: ¡Desventurado sea el que creyó á esta loca las cosas que publicó del amorío de la dueña con ese fulano! Tal mal seso, tal interpretación mala que publicó la vieja loca. Así que todos se arrepintieron de haberle dado crédito. Tal fué la maña de la vieja para dar çima al asunto y desdecirse y deshacer lo hecho (c. 931). Rrepeso, rrepiso, arrepentido úsase todavía en Cuenca. Alex., 190: Fuera, si non por poco, duramente repiso. Cid, 3568: De lo que avien fecho mucho repisos son. Beso, la buena saçón que le dijo el tratarla bien, y acaso la besó y todo, de modo que esta vez quedó fallido el común decir de: «Quien nísperos come y bebe cerveza y espárragos chupa y besa á vieja, ni come ni bebe ni chupa ni besa.»

[936]

Amatar, acabar, quitar. Rama, aquí por ser madre y amparadora de ram-eras.

[938]

Nadie se guarda dellas, impersonal como no se cuenta otra cosa. Véanse c. 699 y 700.

[939]

Tovo en lo que puso, estuvo firme y cumplió lo que propuso hacer, que por eso la llama leal. Tener en, mantenerse en firme: ¡Ten ahí! Poner, proponer. Quij., 2, 55: El hombre pone y Dios dispone. Toda menga, cualquiera ó mengo, de donde meng-ano. «Dice Menga y todos della.» Corr., 287: Todos hablan de todos, y no por cierto para bien. A quequier', á cuanto me pudiera suceder. También se decía quiquier' de las personas, del qui, que tanto se usó por quien. Berc., S.D., 731: Quiquiera que lo diga, ó mugier ó varon. Id., S.M., 467: Porque quiquier que sea, es muy grant pecado. Id., S. Or., 31: Demandolis qui eran. Id., 104: Non fallaré en el mundo sennora nin madrina, | por qui yo esto cobre nin tarde nin ayna. Todos saben el quis vel qui, y, por consiguiente, el origen de este qui. Pella, pelota, burujo.

[940]

Habla la vieja. Buhon-ería, de buhon-a, las cosas que vendía y el oficio. Padan, padecer, de padir, de pati. Berc., Duelo, 73: Ai Fiio querido sennor de los sennores! | Io ando dolorida, tu pades los dolores. Gradan, andar, de grado, paso. Berc., Sac., 222: Los que fuera estaban, fueron dentro gradados. Los cuervos sólo andan por donde hay carroñas, como lo son ya casi los viejos ó costal de huesos, que los llaman. Do, donde. Quiere decir la vieja que ahora, que ya no guardan tanto á la dueña y menos se resguardan de ella á causa de su oficio de buhona, les hará pagar lo que dijeron del enamorado: que ésta es la buena ocasión, cuando no hay viejas madres que estén encima de las dueñas, pues en no habiendo tales testigos (do viejos non lydian) no se dicen por el pueblo las hablillas, ó, lo que es lo mismo, no andan los cuervos á cebarse en los chismes de las viejas.

[941]

Si le dió este ó el otro filtro, no lo sé; el caso es que la movió á quererme. Enfychisó, física y moralmente enhechizar, dar hechizos, de factitiu(m). R. Caro, Dias gen., p. 161: Canidia, deja ya de enhechizarme. Atincar, goma de un árbol indiano, que en las boticas llamaban borrax e impropiamente algunos chrysocola. Sirve para soldar el oro. Lag., Diosc., 2, 73; Eguilaz, p. 307. Figueroa en su Plaza universal (disc. 12) pone Tincar entre las sales y materias primas del arte alquimista. Raynela ¿será alguna raíz ó la raineria, raineria euganea, agua sulfurosa que brota en la costa del Arqua en las colinas euganeas, provincia de Padua, y de gran reputación? No se me alcanza más, así como ni de Mohalinar, sino que en arábigo jullanar «es flos mali punicae» (Freytag), y de él pudiera haberse derivado con el mu-, prefijo conocido. Adamar, infinitivo sustantivado, de adamar, cortejar galanes y damas, de donde se dijo, y es aquí filtro amoroso.

[942]

Tocon, lo que queda a la raíz del tronco, cuando cortan el pie del árbol. Corr., 99: El perro viejo no ladra en vano. Fabla, refrán. Quiere decir que no habló la vieja a la dueña como á tocón, como á sorda y boba, sino que logró de ella se aficionase de su enamorado. Qué le pasó á éste con ella, no lo dice; pero lo del ryncón y el no decir más deja entender que esta vez logró bien sus pretensiones. El Arcipreste se calla, no entrando en las escenas vergonzosas que se siguen en el rincón y no son para las tablas, tras los buenos y bienlogrados oficios de la tercerona.

[943]

Ffallyr, morir, faltar, de fallere, como del mismo verbo salió fallecer.

[944]

Correas, 40: Al manjar, vita, dulcedo; y al pagar, sollozos y duelos. Es epifonema del enamorado, pero dejando traslucir la moraleja que el Arcipreste pretende con el recuerdo del escotar, del tener que morir y lastar en el otro mundo el buen manjar que gozó en el rincón el clérigo. ¡Que cosa tan buena el hurtar, si fuese por los cintos el colgar!

[945]

Salido el verano, cuando brota la primavera o primer verano y el campo (c. 996). Bernardo Gordonio, Pronosticas, Toledo, 1513, pt. 2, 1: «El tiempo del verano segun el entendimiento de los astrologos comienza desde el comienzo de aries e dura hasta la fin de gemini. E contine tres sinos e tres meses: asi como es aries e taurus é geminis. É comienza cerca el medio de Marzo é dura cerca el medio de Junio. É según los dichos de los menges todo este tiempo es verano, en el cual los arboles comienzan á echar afuera é á florecer é la tierra a germinar». De mano, de buenas á primeras, sin dejarme hablar antes á mí, tomado del juego salir de mano, jugar el primero. Es de los Refranes glosados: Que menos daña en casa el criado malo, cuando está enfermo, que cuando sano. Parece, pues, que la vieja, viéndole en la cama dijo: ¡Ay tarambana y pillastrón de clérigo!, para lo que haces por ahí de sano, mejor te estás en la cama enfermo. En la intención del Arcipreste hasta las viejas podridas se escandalizan de la rota vida de los clérigos. Pero esta mala pieza, que hasta á tales brujas pareció mala de veras, sigue en sus trece y, en vez de avergonzarse, comienza á hablarle de nuevas locuras y amoríos (en seso vano).

[946]

Oyéndole tales verduras y hazañerías, que sin duda se vanagloriaba de conquistas sin fin, díjole ella: ¡Infeliz, cuitao! ¡No tanto baladronear! ¡No será tanto! Más es el ruido que las nueces. Y el otro: ¡El diablo a predicador! ¡Mire con qué me sale la devotica esta, espuerta de huesos! ¡Pasada ya como una uva de los amoríos de toda su vida, habla ahora mal de las heces y se me viene a predicar desengaños y mejor vida! ¡Sangrienta pincelada del Arcipreste contra los clérigos, que hasta las viejas pochas y gastadas se escandalizan y les aconsejan lo que ellos debieran aconsejar, practicándolo, a todos! El refrán Más es el ruido..., en Correas, 447, el cual añade: cagajones descabeces, despreciando y abatiendo las altanerías y pretensiones del otro. «Menos vale a veces el vino que las heces; mas de continuo más vale el vino.» Correas, p. 460.

[947]

De todas estas pesadumbres que le acaecieron y de los denuestos que le endilgó la vieja, hizo cantares cazurros, que no están en los códices y no sé si los incluiría en su libro el Arcipreste, como parece. Coxixo, inquietudes y molestias menudas, pero que desazonan mucho. L. Fern., 88: Qu' estos males y enconijos | son cojijos, | que nos traen modorrados. A. Alvarez: Silva S. Andr., 5 c. § 1: No dejaron á vida ponzoña ni cojijo de pescado, que no le maten. Lixo, suciedad viscosa, horrura, León, Casada, 9: Y todas ellas son un melindre y un lijo y un asco. Rrixo, rió, de risit, pretérito irregular.

[948]

Consentid tal bobería entre cosas juiciosas. Morría, de mor(i)ría.

[949]

Gran saçon, largamente, mucho tiempo. Libr. engannos, p. 29 (ed. Bonilla): É duró esto gran sason. Pero acaso aquí por cosas agradables, sazonadas, como en la copla 933. ¿Habla de las serranillas siguientes ó de los cantares caçurros de cuanto mal me dixo (c. 947), y que no los puso ó se perdieron? Realmente, el presente capítulo, con la nueva vieja, apenas está decentado en el texto, y yo creo se perdieron los cantarres cazurros que promete.

[950]

Mas de pan de trigo, es el buscar pan de tras-trigo, ó pan de cosa que sea más allá que trigo: gollerías imposibles.

[951]

San Meder, S. (E)mete(rio), que se celebra el 8 de Marzo, junto con San Celedonio. Loçoya, puerto (pasada), valle, río, monte y pueblo cerca del Paular, del lado de la sierra del Guadarrama que mira a Madrid, hacia levante. Prender, tomar, prehender(e). Defender librar.

[952]

Rebata, como rebato, posverbales de rebatar, acometimiento repentino, rebatado, cogiendo ó arrebatando de sobresalto. Cid, 468: Los que la tienen (la puerta), quando vieron la rebata. El nombre de Chata es proprísimo para una aldeanota zafia y hombruna: es figura de una reciura artística, como la piedra berroqueña de aquella serranía. La tal hembra debía de ser harto conocida en la comarca, cuando ella da su apodo y él dice que dió de manos a boca con la vaqueriza, que cobraba los derechos del puerto o portazgo.

[953]

Portadgo, lo que se pagaba por pasar los puertos ó pasar por un paraje. Priado, presto. Canc. s. xv, 20: Sy quiero correr priado | de llegar antes de Pedro. J. Enc. 122: Muy priado os volvereis. Trillan rastrojo, sacar de donde no hay, apurarlo todo, despojarle y pelarle enteramente. Trillan en impersonal.

[954]

Como era estrecho, causal, porque Zabalet., H. N. Señ.: Continuaba su jornada cansandole mucho cuanto veia, como no veia ocasion de hurtar. J. Pin., Agr., 30, 5: Las letras son del alfabeto griego, como la Sibila hablaba en lengua griega. Corr., 98: El perro en el barbecho ladra sin provecho (Porque no hay que guardar.) Corr., 390 y Entrem. refr.: Perro de barbecho, ladra sin provecho. Quiere decir el Arcipreste á la Chata que en balde ladra como perro en barbecho, pues no trae consigo cosa que darle (véase copl. 962).

[955]

Corr., 339: Quien pregunta, no yerra, si la pregunta no es necia. Fabla, refrán, dicho.

[956]

A quien dan, no escoge, dícese igualmente. Quequiera, lo que quiera, cualquier cosa.

[957]

Quando beve ssu madexa, cuando hila, porque en saliva la estopa. Cuando las viejas velan en los hilanderos, contándose consejas, como suelen en la provincia de Segovia. Habla el Arcipreste: hay que ceder cuando más no se puede. El refrán lo traen Correas, p. 345 y Blasco de Garay, omitiendo el amidos á su pesar, Mandele, le prometí, prancha, ó plancha ó lámina, adorno; acaso las patenas que usaban las aldeanas de Castilla colgadas del cuello. Broncha, broche para el vestido. Las cosas de metal, por lo relucientes, encandilan y beben el seso a estas serranas: Cartuj., Triunf., 4, 1: Era muy rica la su vestidura, | según requería su pontifical, | la broncha tenía de claro cristal, | de perlas sembrada por la bordadura. Gr. Conq. Ultr. Traía cada uno una broncha de oro en los pechos con piedras preciosas.

[958]

Las cuestas son los montes, que en tal sentido se dice cuesta por toda Castilla, Quij., 1, 29: En la gran cuesta Zulema. Las coplas que siguen, deyuso, debajo.

[959]

Estas serranillas se parecen, como nota Puymaigre, a las pastourelles de los trouvères franceses:

«En une vallée

Près de mon sentier

Pastore ai trouvée

Qui fet a proisier...»

Pero Puymaigre rebaja harto las serranillas del Arcipreste teniéndolas por parodias bufonescas de las pastourelles. Lo que hay es que aquellos señores de allende escribieron con guantes y para caballeros y damas de castillos feudales, mientras nuestro Arcipreste, poco avenido con idilios, hechizos y églogas fantaseadas, se arrimó más a la naturaleza, sintió ateridas sus manos con los hielos de la sierra, comió el queso y el conejo de soto, dió con serranas chatas y hombrunas á veces, retozonas cual cabras monteses siempre, y no les quiso quitar la chatez, lo cabrío y lo montaraz. Siempre fué más remilgado y de salón el arte francés; más bronco, por más natural, harto más rugiente y pizmiento, más real y menos amanerado, en una palabra, el español. Tienen estas serranillas el candor que les basta, huelen á mejorana, á oregano y tomillo; pero también llevan pinceladas vivas, hasta chirriadoras y como buriladas con punta de acero, que a las pastourelles no les sobran. De donde verdaderamente viene, sin salir de España, la vena de esta lírica villanesca es de Galicia, como se ha visto bien claramente por el Cancionero del Vaticano; de allí corre al Arcipreste, que a nadie imita, pero remansa éste, como los demás raudales poéticos, en inmenso lago; después sigue la corriente hasta el Marqués de Santillana, Bocanegra y Carvajal en el siglo XV, y en el XVI se esplaya en Gil Vicente, Juan del Encina y Lucas Fernández, hasta perderse casi en el teatro del siglo XVII, donde asoma de cuando en cuando en las obras de Lope y Tirso, y en estos nuestros tiempos ha vuelto á flor de tierra con el renacimiento de la poesía gallega en la misma Galicia, donde estaba la fuente. Enrique de Mesa escribe hoy serranillas lindísimas los veranos que pasa en el Guadarrama. Cantíca creo debe pronunciarse, como cantíco y canticar, por ser diminutivo de canta y canto; mientras que cantíga, de canticare ó del plural latino cantica. Baena, p. 225: O luego desata ssu cantica errada. Malangosto, monte de Valdelozoya. A la asomada del rrostro, al asomar yo la carra. Valderr., Teatr., S. Mon., 1: No fueron más que unas asomadas y amagos, que luego se acabaron. J. Pin., Agr., 3, 2: Nos podremos reir con la asomada del manjar, mejor que el cazador Céfalo con los arreboles de la llegada de la mañana. ¡Hadeduro! ó fadeduro, ¡desdichado!, desafortunado (c. 389), de fado duro. Berc., Loor, 46: Assaz fizo ensayos, mas non falsó el muro, | cuydó ser artero, probos por fadeduro. Id., S.D., 480: Asmaron un trabuco las cosas fadeduras. Corr., 75: El alcaravan hadeduro, a todos dar consejo y a si ninguno. O sea el otro: Es como alcaravan sesudo, que para los otros tiene consejo y para sí ninguno (Corr., 129): sesudo irónicamente, y alude a la fábula con que acaba el libro de Calila e Dimna, y que trae Correas al explicar la otra variante: Alcaravan zancudo... (p. 44).

[960]

Sotos alvos, lugar de tierra de Segovia, traspuesta la sierra y al mismo pie de ella. Echar verbos era muy usado entre rústicos. El pecado te barrunta, el diablo te anda venteando para cazarte, que eso vale el pecado (c. 990). Encontrada, como contrée, tierra, territorio, además encontrón. Corvacho, 4. 2: Cometiole en una encontrada.

[961]

Gaha, fem. de gaho ó gafo, leproso, y el que tiene contraídos los nervios, que no puede mover los pies o las manos; en Asturias, falto, que hace daño. Propiamente torcido, corvo, lleno de macas y faltas, y tal aquí. L. Grac., Crit., 1, 8: Las manos tiene gafas, los pies tuertos. Id., 3, 1: Que gafos tiene los dedos aquel que llaman el rey viejo. Id., 2, 9: Las manos, antes grandes ministras y obradoras de grandes cosas, se veían gafas, un gancho en cada dedo. Heda, fea, de foeda(m). Te arremetas, te metas y prosigas con violencia.

[962]

Tuelte, quítate y ábreme paso; de tollir. Trastorna, vuelve. Passada, paso; en G, posada. R. Caro, Mem., 4, 13: Se ahogó en la pasada de un río.

[963]

Cayada ó cayado de pastor. Rodear la honda es voltearla haciendo rueda. Espin., Obreg, 1, 5: Y rodeando la capa al brazo. Abentó el pedrero, echar al viento la honda, que llama pedrero, como cierto cañoncito para tirar piedras. Cacer., ps. 43: Los volaremos, los aventaremos, como cuando el toro coge á uno en los cuernos y lo echa hacia arriba. Co-hondir, co-honder. L. Fern., 226: El te quiera cohonder.

[964]

Hascas, casi, casi, haz caso ó cuenta que, origen de esta voz. Veras juego, verás lo que hago contigo, es frase corriente. Queria, por querria, que trae S.

[966]

Garnacha, vestidura talar con mangas y una vuelta que desde los hombros cae a las espaldas, Figuer., Plaz., 54: Una garnacha de oidor, una ropa de levantar. Aquí responde al çorron de coneja de la copla 957, y es vestido, de modo que sería algún como justillo ó abrigo de pieles de conejo. Repítese en Apolonio, 349, hablando de una niña: Dieronle muchos mantos, mucha pena vera é grisa, | mucha buena garnacha, mucha buena camisa. Sánchez interpreta en ambos pasajes «collar ó adorno del cuello», no sé por que razón. Cort. Jerez, 1268: Manton e garnacha e saya e calças de varon... garnacha escotada con penna dos sueldos de pepiones, e syn penna un sueldo de pepiones... pellote o garnacha con mangas con penna. Doy mas, yo te doy más que tú me diste: picarescamente y sonriendo. Escarcha, pero el texto dice escacha, y no quiero dejar de advertirlo.

[967]

Yantar, comer, y sustantivo masculino y femenino. Cid 285: Grand iantar le fazen al buen Campeador. Quij., 1, 2: Si quería comer alguna cosa. Cualquiera yantaría yo.

[968]

Con enhoto, con la seguridad propia de estar bajo techado y al abrigo de la venta. Posverbal de enhotarse confiarse, entregarse con confianza, é intransitivo. Autos s. XVI, 1, 399: Porque te sea escarmiento | y en tu locura no enhotes. También se dijo ahotar, y uno y otro vienen de hoto, confianza, seguridad: En hoto del conde, no mates al hombre. De fautu(m), favere, favorecer, mejor que de fultu(m), fulcire, apoyar. Enhoto úsase en Córdoba por encariñamiento, que es casi lo que aquí vale. El niño tiene enhoto con la teta. Y enhotarse, por estar ciego de cariño, encelicarse. Hogaças, panes grandes, y se usa en todas partes.

[969]

Quartero en S, por el quartillo de G, de donde cuarter-ón y cuarter-ola ó bota de un cuarto de cabida que son de 120 á 128 litros en Málaga. Asadero, acaso dicho del queso muy curado y ahumado al fuego, que llame a la colambre de á tres leguas. Quesadas y quesadillas se decían unos pasteles de carne ó dulce, ó simplemente de queso, como las quesadillas que se hacían en cierta época del año. Lo contrario del asadero es el queso frescal. Montiño, Coc.: Quesadillas de mazapan: Tomaras media libra de queso asadero ó de queso frescal, que sea mantecoso; májalo muy bien; revuélvelo con el mazapan. En Aragón, quesada, es pasta de requesón batido y mezclado con huevos, azúcar y zumo de limón, cocido todo en el horno á fuego lento, y esto creo que significa en el texto. La lucha bien se comprende lo que es, y el decirlo antes que él la serrana, es una pincelada que nos acaba de poner a la arriscada moza de cuerpo entero.

[970]

Desaterecerse, dejar de estar aterido de frío. Aterecer, en J. Pin., Agr., 8, 26: En quitandome de sobre la lumbre, me aterecio. De este entenderle se dijeron entendedor y entendedora los amantes, que, á la verdad, antes suelen entenderse por los ojos que por declaraciones más ó menos ñoñas.

[971]

Lyévate, levántate, del levar, conservado en náutica y en Germanía por irse, de levar(e), de donde levantar. Quij., 2, 29: Santiguarnos y levar ferro. Desbuelvete, desenvuélvete, ahórrate, descúbrete, desnúdate. Diál. monter., 15: Si el perro fuese tal como digo... le podría mandar y desvolverá mucha tierra. Hato, entre pastores y serranos, por ropa. Trag. Policiana, 21: Que es mejor hato el gabán, que aquellos pellejos de gato. S. Badaj., 1, 241: Otro hato has de vestir. Hice buen barato ó negocio, trato provechoso. Es posverbal de baratar, como barata. Hacer barato, es dar a poco precio; pero aquí es, como en todo trato, dar y tomar, trato barato. Entrem. s. XVII. p. 53: ¿Quién me lo compra? Curiosos galanes y damas, que hago barato. Fons., Vid., Cr., 1, 3, 11. Vendiendo sus mercadurías poco á poco, cuando la feria se acaba, hace barato.

[972]

Serpiente con costillas y groya, que acaso esté por el aragonés roya, tiene todas las trazas de ser algún bicho raro, como los populares dragones, fantaseados sobre las osamentas de los animales antidiluvianos, pterodactilos, megalosaurios, ichtiosaurios, etc., ó algún cocodrilo traído de Egipto, ó serpiente que, como símbolo del demonio vencido, colgaban á modo de ex-voto en catedrales y zaguanes, enhebrándose alguna leyenda popular, como la del viejo Rando ó Raudo, que no se lee bien este nombre en el texto. «Effigies draconis, quae cum vexillis in ecclesiasticis processionibus deferri solent, qua vel diabolus ipse, vel haeresis designatur, de quibus triumphat ecclesia. Diabolus enim, ut ait Augustinus (Hom., 36) in scripturis sanctis leo et draco est, leo propter impetum, draco, propter insidias». (Du Cange, Glosar, ad script. med. et inf. latin.) Véase A. Maury, Essai sur les légendes pieuses du moyen âge p. 147, donde se hallarán muchos casos parecidos. Moya sale en las Cortes de Alcalá de 1348: «En Cuenca e en Huete e en Moya e en sus términos el que oviere quantia de mill maravedis sin las casas de su morada, que mantenga un cavallo.» Es del juzgado de Cañete, provincia de Cuenca. Pero nada he podido averiguar ni me han podido dar luz mis excelentes amigos Bonilla, Rodriguez Marín y Said Armesto, tan eruditos en este linaje de leyendas medioevales.

[973]

Estide en G y estude en S, estuve, del tema estido, estudo. Espender, gastar. Trat. Arj., 4: Ya despues que hubo espendido | bien veinte mil ducados que traía. En La Lozana andaluza, 41: Mi casa y mi hogar cien ducados val. No hallé pozo ni fuente perenne que hinchera mi arrugado bolsillo, de modo que en viéndola tan flaca, dije para mi capote: ¡A casita! Que «Cada uno en su casa es rey».

[974]

Dende á Celest., IV, p. 76: Y murió dende á tres dias.

[975]

Çerca esa rribera, como preposición, Fuero viejo, 1, 2, 4: E este fecho mesmo fué en la sua casa de Villaveja, que es cerca Muñon. Çid., 3316: Miembrat quando lidiamos çerca Valençia la grand. Ribera, llamóse todo río, y todavía en Salamanca la corriente de agua que se suele secar en verano, ó lleva poca agua, como en el texto.

[976]

Ssemejasme sandío, parécesme sandio. J. Enc., 348: ¿Quién será? | Si es de los del otro día. | Uno dellos me semeja. | Dellos es, por vida mia. Sandío, se decía. Cayada ó cayado de pastor. Medir, por darle con ella, tocándole en todo su largo, como al medir, por ejemplo, el paño con la vara: de aquí medirle las espaldas con una vara.

[977]

Escarva... Asi en Correas, p. 134. Fita, fijamente, justo en la oreja, adverbio.

[978]

Cuesta ayuso, cuesta abajo. Exido, las afueras de poblado junto á él, de exire, salir. Góng., Soled., 2. Y cual mancebos tejen anudados | festivos coros en alegre ejido. Tiénese por cigoniño ó cría de cigüeña, mal recibido por aquella madrastra. «Es bien singular—dice Valdecebro (Aves, c. 20)—lo que á este pájaro generoso sucede; y es que paga el diezmo de sus polluelos, arrojándole del nido, como en religioso feudo, al dueño de la torre donde anidan.» Unos creen que arroja al cigoñino en pasando de diez sus crías; otros, en pasando de cinco, y no por no caber ni falta de alimento, «pero es constante y firme que le pagan». A este clérigo le tocó pagar el feudo de la gaha cigüeña; ¡á otros les toca salir apaleados por meterse en nidos ajenos! Los cigoñinos clericales debían de frecuentar aquella sierra y choza.

[979]

Arada, tierra labrantía. J. Pin., Agr, 6, 29: Al gañan del arada damos 30 ducados por cada año. Non t'asañes ó enojes del juego que te he hecho, que a las veces (á las vegadas) en el juego se allegan grandes caudales, quiere decir que unas veces se pierde, pero otras en él se gana. En S, ensañar. Alej., 1595: Ferien entre los griegos, facienlos asannar. Comed. Florin., 39: Y si te ensañas, ensáñate tu á solas. Del juego, por el juego. Conquerir, ganar, conquistar. Conde Luc., 9: E será vuestra pro de vos ayudar, para que otro hombre extraño no vos conquiera ni vos destruya. Diner-ada, cantidad grande de dineros.

[980]

Herroso era su esposo, que andaba errado al dejarla por otros, por lo cual bien puede llamar á su huésped Corn-ejo, pues se los va a poner al ausente: todo este tercer verso es de S; en G, dice: «Ca dise la pastrana quien no yerra no emienda», lo cual explica el nombre simbólico de Herroso. Corrienda, como en la copla 252, y como á sabiendas, adverbio. Opusc. liter. s. XIV á XVI, p. 364. El omne quando es muerto poco val su fazienda: | qual fizo, tal habrá, como diz la leyenda. | Mortájanlo priado, sotierranlo corrienda.

[981]

En uno, juntos. Era nona passada, la última hora del día, el atardecer, y no había comido. Jugar al juego por mal del uno es el solasar y luchar, que luego dice, para mal del tercero ausente.

[982]

Almosar, de mueso, bocado, como almorzar, de muerso, de morsu(m).

[983]

Pensó debe tener aquí el valor de dar pienso, de comer, según lo que sigue. Dice, pues, que los dos cenaron. Pan y vino juega, que no camisa nueva, como Pan y vino andan camino, que no mozo ardido ó garrido. (Corr., 382), y como De la panza sale la danza. Escotó ó pagó, luchando, la merienda que le dió. Dalgueva en S, y falta en los otros códices la copla: no entiendo qué sea, ni si hay errata. Sólo hallo el vocablo parecido esgueva, que, además de ser nombre del río conocido en Valladolid, significa en Asturias astilla; esguebar, astillar ó despedazar. Si el texto decía d'esgueba, valdría despezado, desgarrado, como quien dice, esto es, á disgusto.

[984]

Estopa que ardía y no se amataba ni consumía era aquélla.

[985]

Camineros, por donde se puede caminar. Ferreros es Otero de los Herreros, cerca de Segovia. Andit, anduve, del tema andido.

[987]

Gaha dice G, por Gadea, que trae S (véase c. 988)

[988]

A la fuera, como afueras; el adverbio fuera sustantivado. Radío, errado, de errativus. Berc., Mil., 230: El que a mi cantaba la misa cada día | judguestilo por bestia é por cosa radía. En Aragón, radío vale suelto, libre, y radido, miserable, avaro.

[990]

Rrespuso, respondió, de responer. Alex., 44: Respuso el infante. Atrev-uda, atrev-ida. El pecado, que trae S, aquí es el diablo, como dice G, á quien todo pecado se atribuye.

[991]

Pestorejo, el cuello detrás de la oreja, de post. L. Fern., 25: No vos cimbre yo el cayado | por somo del pestorejo. Cuestalada dice S, por la cuesta ayuso de G, costalada, golpe cayendo como un costal. Enpiuelan en G, en S, apiuelan, de apiolar, de pihuela. Argote, Monter., 44. Tras esto cortan el cuero de los pies traseros (al conejo, etc.), desconcertandolos por los coyunturas, para descubrir los nervios para colgarle de ellos y esto se llama apiolar. Empiolar es, en Córdoba, como aquí, amarrar la caza muerta por las patas con ellas mismas, desarticulándolas, y poner pihuela al halcón. (Covarr.). J. Tolosa, Disc., 1, 9: Los halcones, que las arremetidas que dan, cuando estan empiolados, no es tanto por soltarse de las pihuelas. Sy non partes del trebejo, si no te apartas del juego. Sandío y sendío sonaba antes, hoy sándio, como que viene de sendos y del subfijo -ío: propiamente es el simple, de singulus, mediante sendos.

[992]

Gaho, gafo, término injurioso, no menos que invernizo, tomado de lo de aquel tiempo, que está arrugado y frío. ¡Qué mal hice en dejar por ti (dice S, pero contra el verso) á mi marido! El vaqueriso, su marido Herroso. Como se pella, se hace una pella ó pelota, sin necesidad de que llueva ó haga rocío, esto es, como te doblegas como cosa blanda y consientes en lo que quiero.

[993]

Cornejo, como á cuatro leguas de San Ildefonso, al principio de la Fuenfría, en el sesmo de San Millán. Es venta, llamada más abajo la casa del Cornejo. (Sánchez). Tajar por cortar fué muy clásico. Lorda, como lerda (véase Cejador, Tesoro, L, 83). Avenir, acaecer. Soñó poderse casar conmigo como con cualquiera de sus vecinos. Esta broma es muy del Arcipreste, que debía ser harto socarrón, y quién sabe si de veras se la tomó alguna vez por aquellos vericuetos con alguna serrana, fingiendo quererse casar con ella. Nótese la sencillez con que la bobalicona se lo cree y las cosillas que le pide como ajuar, que no desdicen de las que hoy llevan a la boda por aquellas aldeas.

[994]

Cuydar se repite aquí por fantasear, imaginar. De mal rrecaudo, mi broma. Creyóse que me traía al retortero de enamorado.

[996]

Verano, aquí, como en la copla 945, es la primavera, y como tal se tomaba, aunque también por el estío. Así en las Orden. milit., año 1728, l. 3, t. 15, a. 1: Para que cada cuerpo de infantería y caballería haga el ejercicio una vez en la semana en los meses de verano, desde primero de Abril hasta último de Setiembre. Sosegar, descansar, y así llaman en Segovia y Maragatería, echar la sosiega, al echar un trago después de fuerte comida, y tomar la sosiega en Salamanca y Santander. Sosiega, posverbal de sosegar, vale descanso en Alava.

[997]

Selmana en S, por sedmana, de sept(i)mana(m). En comedio, en medio, y dícese espacial y temporalmente. Orden. Sev., 169: Mandemoslo apregonar públicamente en el comedio de la calle de la ropa vieja. Pero Niño, 1, 2: Eran en este comedio muchas divisiones en Castilla. Cinta es el cinturón. Lo colorado ó bermejo y todo lo chillón les gusta mucho á estas gentes. La saya era de bayeta encarnada, como suelen llevarla.

[998]

De grado, de buena gana. Bibl. Gallard., 1, 525: Segun os amo de grado. G. Pérez, Odis., O se la diste de tu grado.

[1000]

Tornear vacas. En Córdoba tornear el ganado es echarle grano en la paja gruesa, para que se la coma mejor y la apure. Tornas, en Córdoba, es el desecho de la paja que deja el ganado al comer, y sirve para echarse a dormir la gente ó para cama del ganado; tornero es, en Córdoba, el lugar donde se echan las tornas y duermen los gañanes; en Ecija, el montón de paja gorda en la era al aventar. Maçar es amasar, aquí probablemente de la leche, para sacar la mantequilla, natas, etc. J. Pin., Agr., 4, 6: Como el cuerpo del vecerro mazado y soterrado se convierte en abejas. Odresillo, odre ó cuero chico de cabra aderezado, como instrumento músico; en francés chievrete, chevrette, como suelen tocar por Asturias y Galicia, y lo llaman gaita gallega, pues pegada á él la flauta ó gaita, le comunica el viento, apretándole con el brazo izquierdo. Se llena de aire por un cañoncito en la parte de arriba. Tiene, además de la flauta, pegado otro cañón de una vara en largo, el cual se pone encima del hombro, y se llama el roncón, por ser sonido ronco y uniforme, que acompaña como de bajo. Guitar en S, gitar en G, las abarcas, sujetar ó coser con guita. Orden. Sev., 183: Que la guita de guitar los dichos alpargates blancos... las capelladas sean guitadas conforme al tamaño de las suelas. Orden. Malag., f. 67: Once guitas en el talon e sean cosidas las dichas suelas con su guita de cerro. Las abarcas se las hacen los mismos serranos con sólo comprarse en la villa una túrdiga de cuero, que para eso se venden. Tañer el caramillo, tocar la flautilla aguda de caña, propia de pastores. Cast., Canc., 1, p. 179: Qu'en casa de la pastora | todos tocan caramillos.

[1001]

Altibajo es golpe derecho, de alto á bajo, en la esgrima y una suerte de tela, y metafóricamente, vaivén de buenos y malos sucesos; pero aquí alude al saltar y bailar, y más ciertamente al llevar cantando el contrapunto, así como sotar á qualquier muedo es danzar con todas las tonadas ó modos musicales. Sotar, saltar; muedo, modo. Alex., 252: Reían e sotaban.

[1002]

Demandudieres, del tema de demandudo. Talento por talante ó voluntad.

[1003]

Prendedero, que sirve para prenderse la falda con ganchitos al enfaldarla ó para el pelo, como aquí parece deba interpretarse, a manera de cinta encarnada. Orden. Sev., 63: Que las mujeres mundanas trayan un prendedero de oropel en la cabeza encima de las tocas. Çamarron, zamarro grande. Disant-ero, para los disantos ó días de fiesta. Garnacho, especie de justillo, como lo usan las serranas y segovianas, y sobre el cual, para el frío, se ponían el dingue ó dengue cruzado por los pechos y espalda, como que era una tira de un palmo ó más de ancha, y al fin se la ceñía á la cintura. Y no me engañes, prométemelo todo de veras. Con la sencillez juntan la desconfianza los aldeanos.

[1004]

Çarçillos, aretes para las orejas. J. Enc. (Bibl. Gall., 2, 901): Cercillos e sartas. Mengua, que sonaba Menga, por fulana, con u, para que g no suene como en ge, gi.

[1006]

An en G, impersonal, como dan, esto es, indefinido cuanto á la persona, por el hay, que después se dijo como unipersonal. Calentura, calor. Oruela, como orilla, que vale temple y tiempo, sea bueno ó malo, en Segovia, Cuenca, Madrid y en toda la sierra, y en Andalucía, así como oraje en Cuenca y orache en Aragón. Berc., Mil., 589: Ovieron vientos bonos luego de la entrada, | oraje muy sabroso, toda la mar pagada. En Alex., por tempestad, como en francés. Rrúcio, rocio, y sonaba rúcio, en Aragón ruciar: de aquí el color rúcio y el asno que suele ser de este color. Bibliot., Escurial., I J-6, Cant. 5, 2, é I-j 3, f. 389: Mi cabeça llena es de rucio. Viene de rosci(d)u(m), de ros. Ilustre freg.: Las dos mulas rúcias, que sabes que tengo mías. Quij., 2, 31: Donde hallarás un asno rucio mío.

[1007]

Dize, de decir, por desciende, cae, como deçida caída (1024), de deci(d)er(e). Así en el Poema Alf. XI. Ome, indefinido por uno. Alhorre, especie de halcón, del arábigo الحُاسر aljhorr. J. Manuel, Caball. y esc. (p. 250, Rivad.). Cuando se tira una piedra á la torre, antes cae ella, que no sale el halcón que allí estaba. Asi él bajó corriendo antes de salir el bicho extraño que le espantó.

[1008]

Periglo, de periclu(m), después por metátesis peligro. Vestiglo es animalucho raro y de aquí fantasmón, todo lo monstruoso, de besticlu(m), bestia. Iguerisa en G., lleguariza en S., pastora que guarda yeguas. En las Ordenanzas de Sevilla, p. 121, yeguarizo; en las de Málaga, f. 107, yeguerizo. Esta copla para poner espanto ante la horrenda catadura de la serrana es el telón correspondiente á la sin par escena que nos aguarda: es un verdadero drama satírico griego; pero en medio de la sierra del Guadarrama. Trefudo se dijo de trefe, que son los pulmones ó livianos y el tísico. Nebrija; Pulmonarius, por cosa trefe de livianos. Phtisicus, por cosa tísica ó trefe. L. Fern., 121: Anda trefe y trasijado. Bañ. Ar. 2: No es carne de ladrencillas, | ni de la que a las costillas | se pega el bayo, que es trefe. De aquí de poco valer, como fofo. León, Hijo: Mas el que tienen en sí es trefe y baladí. Pero también se dijo trefe del muy alentado y fuerte. A. Alv., Silv. Dom. ram., 4 c... Estaban trefes, rebeldes y enconados contra él. Trefuda es, por consiguiente, la que tiene trefe o pulmones, en este último sentido, como quien dice valiente y de hígados, alentada. Çeñiglo es mal ceño y catadura horrible y por eso se dijo de cierta planta que hace poner mal ceño, como el abrojo ó abri-ojo en Aragon. P. Sánchez, Hist. mor., f. 317: Cria abrojos, cardos y espinas y ceñiglos. La pintura de serrana, que emprende aquí el Arcipreste, es de lo más fuerte que ha podido pintar artista en el mundo. Con brocha yeguariza, robada á Aristófanes, no hubiera dado más rebultados relieves el Greco á una serrana de carne y hueso ni la hubiera repujado con toques más chillones. El arte moderno, adorador del natural más extremado, tiene aquí el dechado más bravío que pudieran soñar los Zuloagas de la literatura. ¡Qué remenudo y para poco, qué dengoso y desvahado parece á par de este cuadro lo que escriben los salsifíes de nuestros modernistas!

[1009]

La Tablada es puerto entre el de Guadarrama y el de la Fuenfría.

[1010]

Aballar en S., abajar, abatir, como baliar en Germania. En Asturias aballar se dice del sacudir el árbol con las manos para que caiga el fruto, ó las hogazas en el horno para que no se peguen al suelo, andar ó trabajar de prisa; en la Sierra de Gata por correr sin detenerse por estorbos. Este valor intransitivo lo tenemos en J. Enc., 24. Aballemos sin pereza L. Fern., 210: Hora sus, sus, aballar. El otro transitivo, que es el del texto en J. Enc., 4: Que apenas aballa el pié, | cuando ya temen allende. Vale aquí y en el texto menear, mover de donde está. En G hay abillar y acaso esté bien, como veremos en el Tesoro (P.B.).

[1011]

En grand hato, en gran rebaño, muchedumbre, Gallo, Job., 4, 20: Después de haberte traido tu desventura á traer hato ó piara de lechones. Aquí se trata de muchedumbre de pastores á quienes daria lucha y gran conquista, que bastaria para todos juntos. Aunque, añade, no sé qué diablo pueda enamorarse de tal fantasma y vestiglo. Quisto, querido, buscado. Baena, p. 91: Bien puede por graçia ser quisto e amado.

[1012]

Syn guisa, sin modo ni medida conveniente. Corneja lysa, reluciente, esto es, de pelo negro atezado, brillante. Así en el Tesoro de 1675 liso por reluciente y por afeite que suaviza y por raso ó tafetán. Devisa, divisa, distingue. Alex., 85: Hy era deboxada la tierra e la mar, | los regnos e las villas, las aguas de prestar, | todas con sus escritos por meior devisar. Ojos fondos e bermejos, hundidos y ribeteados, remellados.

[1013]

Añal, de un año. Mingo Rev.: Que come los rezentales | y non dexa los añales. Çarapico, ave marina de pico largo y corvo. H. Nuñ.: Madre, casar, casar, que zarapico me quiere llevar. En maragatería, cerceta, pato silvestre. Anas boschas L. Buhón, mercader. Berc., S. Mil., 336: Entendió que non era de buhones comprado. Apolon.: Dalo por poco precio el bufón el espeio. De suponer es que no se bebería en agua todo el caudal del más rico mercader, ¡pues el agua, y más en la sierra, anda barata y por los suelos! Vino ó churrela envasaría la muy puerca: así tenía de largas las narices y atomatados los ojos. Que no tocaba el agua se ve por lo negro y mugriento que llevaba el pescuezo.

[1014]

Rrostros, por morros, á la latina. Maxmordos corrijo el moxmordos del texto, y, si no me engaño, significa amontonados malamente, como arracimados, que es lo que vale en éuskera, y de aquí se dijo maxmordón, el que se hace el bobo para vivir sin trabajar, propiamente racimo flojo y desgajado, que es lo que en éuskara suena. Horozco, Canc., p. 235: En esta ciudad habia | un bigardo maxmordon, | que. Véase Covarr., B. Alcaz., p. 113 (edic. Rodr. Marín). Los dientes como buenas palas caballunas y apeñuscadas. ¡Con tamaño esperpento, ya tiene con quien casarse el que lo apetezca! ¡No hay que perder la ocasión!

[1015]

Al copista de S no le pareció bastante lo del primer verso y lo mudó por este otro: «Mayores que las mías tyene sus prietas barvas». ¡Apaga y vámonos! Chufetas en S., hufetas en G. son mofas y palabras burlando. Lena 3, 5: Dejémonos de montecicos y chufetas. Lope, Mart. Madr., t. V, p. 113: Todo chufeta y donaire. Parvas; en S darvas, en G daivas; parece hay errata, pues darvas no suena a voz castellana. Quiere decir el Arcipreste que si tú quieres rebuscar un poco más en ella, hallarás otras cosillas de mofa y burla; pero que más provechoso te será trillar tus parvas. Acaso escribió: Fallarás, según creo, de las chufetas parvas, cosas de pequeñas burlas. Trillar en las tus barbas, dice G.

[1016]

Desde aquí a la c. 1221 falta en G. Cabras del fuego, escocimientos ó quemaduras, como vejiguillas en las piernas, del estar junto al fuego en invierno, por lo que se cría nuevo pellejo en lugar del que se ampolla. Aludiendo á cabras, como animales, puso manadillas.

[1017]

Entecar es poner enteco, dañar y molestar: esto último en el texto. L. Fern., 183: ¡Dios, qu'estas lucio y galido! | —No t'entecará ya el lodo. Desdonada, sin gracia ó don. Corvacho, 4, 2: Me vees fea e desdonada.

[1019]

Colgábanle hasta la cinta, y eso que (pues, porque) estaban recogidas, que, á no estarlo, llegarían hasta debajo de las ijadas y andarían danzando á todo son de cítola, sin haberles nadie enseñado a danzar. Citola, instrumento músico (Oudin) (c. 1213). Mostrado, enseñado, instruído, acostumbrado. Mend., G. Gran., 1: Gente suelta, plática en el campo, mostrada á sufrir calor, frío, sed y hambre.

[1021]

Chançoneta, villancico festivo. J. Polo, pl. 290: Y asi los que solo dan | chanzonetas y romances. Trotalla, cantar de baile. De las tres se conserva la siguiente.

[1024]

Deçida, descendida ó bajada, de deci(a)er(e), caer.

[1025]

Engorrarse, detenerse, y no menos como intransitivo. S. Badaj., 2 p. 72: Si un tantico me engorrara, | ¿no creis que engarrafara | como gato de tripera? J. Enc., 217: Muerte, no cures de mas engorrar; | ven prestamente, que alegre te pido.

[1031]

Blaço brazo: así en el Poema Alf. XI. Un canto de soma, un cantero ó pedazo de pan bazo, de salvado fino y el mismo salvado; se usa en Alava por pan negro y en Palencia por salvado fino. J. Enc., 23. No comais somas de canes. S. Abril, Eunuc.: Comen pan de soma, panem atrum vorent. Es muy común este pan por toda esta sierra y en toda la provincia de Segovia, tanto que decir: Ya come pan blanco, significa que está muy enfermo, que entonces se lo traen de la villa. El pan blanco de trigo sólo como lujo lo comen en el banquete de boda.

[1032]

Esfuerça, toma esfuerzo y aliento. J. Pin., Agr., 4, 13: Por tanto esforzad para nos dar muchas doctrinas tales.

[1033]

Lichiga, cama ó lugar donde dormir, que camas apenas se ven por la sierra. De lectica(m), litera. Berc., S. Or., 127: Trahian estas tres virgines una noble lechiga.

[1034]

¡Maguera!, ¡aunque!, indica duda, tanto que es del mismo tema de a-mag-ar y magadaña (122), de donde aunque. Barahona, p. 733: Y es su princesa, maguera pastora. Bibl. Gallard., 1, 616; El conde de Alba, maguera | buen caballero forzado. Por cierto que en la copla 122 puse magancés, como de este tema, y originariamente díjose del famoso Galalón de Maganza, dechado de traidores (Canc. de Roncesvall. Véase Cejador, Leng. Cerv., t. II).

[1035]

Bien tynta, bien teñida; tintar es el verbo usado por aquellas partes y por Segovia por teñir. Collarada, lo que, á la francesa, dicen hoy canesú, la parte debajo del cuello por delante, y tengo oída la palabra por la misma sierra.

[1036]

Halía, alhaja, del arábigo حليه, jhalia.

[1037]

Lystada de cota, con listas como suelen tenerlas las cotas ó cotillas, jubones ó ajustadores de que usan las mujeres y son de lienzo ó seda con ballenas á veces. Tostad. Euseb. c. 56: No se podía poner alguna ropa suya, ni cota ni brial, ni otra alguna. Pide zapatas de pieza ó cuero labrado, como las que usaban en la villa, para no ser menos, en vez de las ordinarias abarcas, que eran de cuero sin labrar. Toca es el pañuelo de la cabeza.

[1039]

Algo, bienes, cosas, tant' algo, tanta hacienda; pero te lo fío, lo traeré á la vuelta.

[1040]

Heda, fea, foeda(m). Merchandía, como merchante mercader. Cort. Jerez 1268: Sy algund maestre cargase en su nave ninguna merchandia. Cara pagada, cara contenta, alegre.

[1042]

Nunca por servidumbre y respeto se le paga á otro la costa del hospedaje, sino que el que va á un ostal paga su gasto. Omenaje, obligación y servidumbre, aquí metafóricamente. Ostalaje, hospedaje, escote por el ostal. Orden. sev., 64: Sean tenudos de pagar los alquiles ó los ostalajes. Ostal es la posada. L. Rued., 2, 39: Pregunta por el ostal del lobo. Alex., 376: Falló de fiera guisa barrido lostal.

[J]

Ditado, de dictado, dictar, es título de dignidad, honor o señorío, como de duque, conde, etc., Quij., 1, 21: Y montas que no sabría yo autorizar el litado, dijo Sancho. Ditado has de decir, no litado, dijo su amo. Aquí es cantar honorifico, digamos, á la Virgen; en su tiempo se decía por composición poética en general. De Santa María del Vado se hace mención en el libro de Montería de Alfonso XI, l. 3, c. 5. El Vado es villa del duque del Infantado en el Real de Manzanares (Sánchez).

[1043]

Ep, Iacobi, 1, 16: Omne datum optimum et omne donum perfectum desursum est descendens a Patre luminum. El mundano, que pinta el Arcipreste en primera persona, después de tanto roydo, de andar enamorado de doña Endrina y de vagamundear por la sierra con las mozas, volvióse a Dios, como suele acontecer.

[1044]

Tener y vigilia, hacer allí la vela, velar á la Señora, costumbre de caballeros y de romeros, como hizo S. Ignacio velando las armas de la nueva milicia espiritual ante el altar de la Virgen en Monserrat.

[1048]

Aunque tengas gloria y placer más de la que nadie te pueda ofrecer, quiero yo hacer algo de mi parte.

[1050]

Alude al ungüento de nardo, con que ungió María, hermana de Lázaro, los pies de Cristo el Viernes antes de morir, y que Judas, su administrador del dinero, reprobó diciendo que cuánto mejor hubiera sido gastar lo que había costado en los pobres. Señeros, particulares, singulares. Cabr., p. 534; Otra vez me parece avisar que no llamo señeros ni singulares a los que hacen lo que todos los de su profesión debían según ella hacer, sino á los que han dejado este camino y van por los no trillados. Fueron plasenteros del pleyteamiento, del trato fueron contentos los del Sanhedrin, vendiéndoles á Cristo por los treinta dineros, que se le vinieron á sus manos, sólo para él (señeros). El algo, el costo, los dineros.

[1053]

El Atora, el pueblo porfiado ó durae cervicis de la vieja ley ó Atora, Tora con el artículo arábigo al-. Dado en cativo, puesto en cautiverio, el pueblo judío.

[1054]

«Et super vestem meam miserunt sortem» (Ioán., 19, 24). Dar vaya es la frase, sino que el Arcipreste, creyendo ser vaya el ¡vah! del Evangelio, emplea el verbo decir del evangelista: «Et praeterentes blasphemabant eum, moventes capita sua et dicentes; ¡Vah!, qui destruis templum Dei» (Marc., 15, 29). S. Abr. Andr.: Darme han la vaya diciendo que soy un picapleitos. Dueña, Señora, dice á la Virgen.

[1055]

Fue esta gran congoja para tu dulce Hijo; pero (mas) aprovecha al mundo, pues de ello vino luz y claridad del cielo siempre duradera. Duz es dulce, como trae G; por, para, ant. pora. Durador concierta con claridad, sin e femenina.

[1056]

Dándole a Cristo con la lanza, tembló la tierra. Escureció y estremeció son aquí intransitivos. Ascona, lanza de gente montañesa. Lope. Amist., pág. VII, 9: Con 400 montañeses bravos | de capellina piel, azcona herrada.

[1057]

A la bisper-ada, al atardecer, como mañan-ada, de la hora de vísperas; así como a la de completas fué ungido. Con dido, de condire.

[1065]

Abrebaron, de a-bib(e)rare, por metátesis de abebrar que trae S. J. Pin. Agr., 10, 33: Abrevaban sus ganados en el río Haliarmon.

[1067]

En esta pelea tuvo por modelo el Arcipreste el fabliau de la Bataille de Karesme et de Charnage, que se halla en el tomo IV de la colección de Méon (p. 80); pero sólo tomó la trama general, como suele, dejándose llevar de su brillante fantasía y sobrepujando al modelo, mal que le pese á Puymaigre. Véanse otras parecidas en Rabelesiana, p. 615-636. Algun quanto, algo. J. Pin. Agr., 18, 23: Y con esto se allanaron ya cuanto. Dende, después de Bosc. Cortes., 228: El caballero dende á un rato volvió. Celest., VI. p. 76: Y murió dende á tres días. Al tanto, proporcional ó relativamente, conforme á eso. J. Pin., Agr., 22, 13: Mas al tanto sabed que obliga nuestra doctrina en todos los contratos. Lo mismo vale en su tanto. J. Ang., Conq., d. 1: Eso que el Esposo tiene por naturaleza, tiene en su tanto la esposa por gracia. Zamor., Mon., 3, 86, 1: El es el que al tanto de la majestad suya edificó su casa.

[1068]

Jueves lardero, ó gordo, el anterior inmediato á las Carnestolendas. Es una de tantas expresiones aragonesas, como hay en Hita y corren por Guadalajara, Cuenca y Segovia. En Salamanca le llaman jueves merendero, porque se va á merendar al campo, en Cuenca jueves lardero. Trotero, correo. Poem. Fern. Gonz., 1917: Envió por la tierra á gran priesa troteros.

[1069]

Syn amor, véase c. 1077.

[1070]

Estraño aquí y en otros lugares tiene fuerza de fuera de sí, enojado. Carnal es el tiempo en que puede comerse carne. En carnal no obliga el ayuno. Cor. Vallad., 1325: Porque la mi tierra es robada e astragada e yerma.

[1072]

Nótese carnecería en S, por carnicería de G, de carniza; pero contaminado con carne, igualmente carnecero. Herr. Agr., 5, 12: Los alanos carneceros. Villena Cis., 3: En establos e carnecerias.

[1073]

La Cuaresma tiene, según esto, sus reales en Castro Urdiales, y por allí entra en España. Alude á la significación de real que tiene castro y á ser uno de los puertos de mar de donde entraba más pescado en cuaresma á los reinos de Castilla. De allí viene la orden á las ciudades castellanas, á lo que alude Burgos, el burgo por excelencia. La Cuaresma declara la guerra á la carne, o sea á don Carnal.

[1075]

La concha marina era la bula ó bola pendiente de la carta, que le daba autoridad, por ser justicia de la mar. Justiçia de la mar, porque prende y mata pescados. Por mi desafiar para desafiar á mí.

[1076]

Almofalla ó almohalla es alfombra, y por almohalla ó almahala es, como aquí, ejército, campamento, del arábigo الماحله almalla, «batalla, sitio para cerco de lugar real de gentes armadas» (P. Alalá). «exercitus» (R. Martín). Syn falla, sin falta. Cid, 443: E. Albar Salvadores sin falla.

[1077]

No tenía amor, desde que hizo la vigilia en Nuestra Señora del Vado, volviéndose a Dios (1069, syn amor). Dos cartas envía la Cuaresma, una a la Carne desafiándola, otra de aviso á los que están sin amor, porque en ellos será el combate; a los que tienen amor loco no se la manda, porque es inútil, no hay combate posible en quien está entregado de lleno á la carne. Ditado, lo dictado ó escrito.

[1078]

Alférez de Don Carnal es el jueves lardero (c. 1096). Malapresa, como en 571, desdichada, desventurada, la Cuaresma. Justar, combatirse con otro. Me sopesa, me tienta las corazas.

[1079]

Conbid, convite. Dícele al Viernes ó día siguiente y que es el de más penitencia, que el Martes se verán las caras, cuando comienza el ayuno de Cuaresma y es día de combate y de Marte.

[1080]

Argulloso en S, orgulloso en G. Argullo por orgullo dícese en la provincia de Palencia, arbullo en Murcia y arbulloso, argullo y argulloso en el Tesoro de 1671, argulloso en Lucas Fernández, 119, argull en catalán, argoglio en antiguo italiano. Las mesnadas ó gentes de guerra y parciales de don Carnal vienen ahora, y son las carnes con que pelea contra la Cuaresma, que presentará las mesnadas suyas de pescados. Alegoría muy bien trazada, que califica agudamente á cada combatiente y nos enseña los manjares de aquel tiempo y los lugares de donde se traían los más exquisitos. Es todo un tratado de cocina, que puede completarse ó comprobarse con el cap. 34 del Corvacho y el Albre ó Breviaris d'amor escrito por Matfres Ermengaus de Beser á fines del siglo XIII y lo tenemos en El Escorial, finalmente con el Arte cisoria de D. Enrique de Villena, que vivió del 1384 al 1434. El primer libro de cocina que se conozca es el de Ruperto de Nola, cocinero que había sido de D. Fernando el Católico antes de reinar en Castilla, y en donde se hallarán curiosas noticias y nombres de salsas y recetas; fué impreso el año 1525.

[1081]

Garnidas, de guarnir, de donde guarnecer. Cid, 1337: Cient cavallos... | de siellas e de frenos todos guarnidos son. Alejandro Magno estaría satisfecho de tal real ó campamento. Aquí se acordó el Arcipreste del libro de Alexandre.

[1082]

Delantera del ejército y batalla: términos todos de la milicia de entonces. De las perdices y aves, sobre todo se dice apeonar y ser peones, ó andar á pie y de prisa. Hacer el alarde ó alardo, en la milicia la muestra, reseña ó revista de las tropas. Ovalle H. Chile, f. 161: Algunas veces entre año se hacen suizas y alardes generales. Cerca de los tysones, del hogar, al desplumar y despellejar antes de meter en la olla, etc. Navancos de nava, como lavancos.

[1083]

Las lanzas eran propias de la primera fila, como entre los romanos los primipili. Espetos, asadores y armas aguzadas, que son sus lanzas, de donde espetar, atravesar con espeto, asador, espada, etc. G. Pérez, Ulix., 14: Cortaron lo restante mas menudo | y en asadores luengos lo espetaron. Escudábanse con el tajadero, que es lo mismo que tajo en que se corta la carne y plato trinchero, donde se trincha la comida, y es lo que aquí significa, esto es, que venían en platos, como escudos. Guev., Menospr., 7: un escaño, unos platos bañados, unos cántaros de barro. O cuan dichoso es el aldeano, al cual le basta una mesa, unos tajaderos de palo. Cron. gral., 4, 3: Cien vasos de prata e escodillas e tajaderos. La descripción de la yantar de aquellos tiempos con todo lo demás véase en Villena, Arte Cisoria.

[1084]

Tras los escudados ó que llevan tal escudo.

[1085]

Las puestas ó postas ó tajadas. Monter. Alf., 1, 41: Que haya una puesta del venado que moriere ese dia. Acosta, H. Ind., 3, 17: En el color y sabor no parecían sino tajadas de ternera y en parte de pernil, las postas deste pescado. G. Alf., 2, 2, 4: A lo menos una muy bella posta de ternera no nos podia faltar. Los escuderos, que les llevan el escudo y acompañan, quesuelos muy curados, picantes que espolonean las ganas de beber y llaman de tres leguas á la corambre. «El vino blanco, dice el refrán griego, es más gustoso; pero el negro es más nutritivo.»

[1086]

Infançones ó caballeros nobles son los faisanes y pavos reales (pavones), que son gente encapetadas (enfiestos los pendones) y bien y vistosamente emplumados (garnidos). El de Villena comienza á enseñar el modo de tajar las aves, por el pavon, que nunca faltaba en los aparatosos banquetes; desde el Renacimiento tomó su lugar en las mesas el pavo, ave democrática de la Edad moderna.

[1087]

Traíanlos en ollas, como si llevaran ellos capellinas ó armadura de acero para la cabeza ó yelmo ó capacete. Mar., H.E., 13, 7: Al enlazar la capellina y ponerse la celada, se le cayó la escofia. Adaragas, ó adargas ó daragas. Oviedo, H. Ind., 46, 7: Tomó su espada e una daraga. Las sardinas del campo contrario no tenían real ó campamento tan lucido y bien aderezado, porque las carnes piden más trebejos de cocina que no ellas, que se asan sobre las brasas sencillamente.

[1088]

Usado só, hecho estoy á lidiar con los moros, personificados en don Aly. Alude al sultán de Africa, así llamado, que sucedió en 1331 á su padre Othman, y envió á España á su hijo Abdel-Melek, que se apoderó de Granada, y por entonces se apoderó de Tlemecen y Túnez. Proclamó la guerra santa contra España y fué derrotado el 30 de Octubre de 1340, orillas del Salado, cerca de Tarifa. Esta fecha es, pues, anterior a la composición de este libro. El códice S dice que se compuso el 1343, lo cual queda confirmado por este pasaje: teniendo el Arcipreste tan fresco el hecho de pocos años antes, pudo componer este libro el 1343 (c. 326, nota): Alí significa en arábigo el alto, y jabalí, el montañés: acaso por eso trajo el jabalí como contrincante de Alí; pero yo me barrunto que el jabalí es símbolo del que venció en el Salado ó sea Alfonso XI, cuya afición a la caza de jabalíes la conocemos por el Libro de Montería que mandó escribir. Nació el 1311 y sucedió á su padre Fernando IV, un año después, debajo de la tutela de D.ª María de Molina; ganó la batalla del Salado, tomó á Gibraltar y murió en 1350.

[1089]

A-hevos, he aquí, de á ¡he!, de llamar, y vos (Tesoro, A, 55). Cid, 1335: Fevos aquí las señas (he-os). Id., 476: Afevos los CC. III. en el algara. Id., 485: Fellos en Casteion (he ellos). Id., 1317: Afe Minaya Albarfañez do lega tan apuesto (¡he! que llega). El ciervo es el gran siervo de don Carnal, le sirve ligero y se le humilla: quienes sean ciervos ó habitantes de Cervera, cosa es que á nadie se le oculta. Gracias a ellos, todo se hace en muchas casas con toda paz y sosiego.

[1090]

Dueña llama aquí á doña Cuaresma y a los que la guardan, y dice que los pondrá con su comida, comiéndole á ella, tan enfermos que no se acuerden de ayunar, y que tendrán frío ó calentura, de modo que pidan pellejos de liebre para abrigarse, y esto quando alguno le quiebre, cuando alguien le falte a la Cuaresma, cuando falte al ayuno. Hiebre, fiebre. Porne, pondré.

[1091]

Si enlazas á doña Cuaresma conmigo, dice el Cabrón, no te podrá dañar, ¡oh don Carnal!, con todas las espinaças ó espinas de los peces que trae contra ti. Un cornudo en Cuaresma no puede hacer daño a la carne: por más pescados que coma, siempre su oficio le hará apoyar y escudar las carnalidades. Conforme á este su oficio, trae consigo el cabron montés corças e torcaças, esto es, mujeres que sostienen á hombres vendiendo su cuerpo, que es lo que vale corça y palomas torcazas, que son las palomas nocharniegas que salen por esas calles á lo mismo. Los hombres, que se amisten con ese buen señor y anden con tal compañía como la que él les proporciona, no pueden ir contra don Carnal, porque son tan carnales como él, por muchos pescados que coman, con todas sus espinaças.

[1092]

Lyndero, castizo, de lindo, que vale lo mismo (Cejador, Tesoro, L. 53): alude á lo fiel y provechoso que siempre fué el buey al hombre. Su paso á paso, despacio G. Alf., 2, 2, 6: Me fui á la tienda del mercader muy disimulado, mi criado detrás, nuestro paso á paso. Herren, campo sembrado de alcacel para el ganado. Herr., Agr., 5, 43: Cuando hay alcacer ó herrenes, segarlo. El yugero, el yuguero, el gañán que lleva la yunta y labra. Guev, Menospr., 5: A reconocer el ganado y á requerir al yuguero. Non só..., ya soy viejo para llevar cargas por los caminos (carrera) y para labrar en el campo (ero) pero valgo para la carnicería, y aquí me tienes. Cort. Jerez, 1268: Et fiso las carreras en el mar porque pasasen en seco.

[1093]

Cedieruedas en G, cidierbedas en S, y en el Arte cisoria de Villena, çideruedas, çideruelas, çidieruelas, lonjas largas, y también residuos de partes gruesas que quedan, depués de haber descarnado las piezas, en las reses. Acaso por ciber-uela, diminutivo de cib-era, cebo ó alimento. Fynchida, henchidura, llena. Lyd marina, para la lid contra los pescados de Cuaresma que vendrían del mar. La dueña ó doña Cuaresma fué maestra muy ducha y no quiso llegar tan presto, hasta que menguasen las carnes, comidas para cuando llegase ella.

[1095]

Abastado, provisto. Cabr., p. 576: Aquella mesa en ese suelo de tales manjares abastada. Estrado es aquí la sala de la yantar ó palacio (recuérdese el Del palacio á la cocina, y Villena, Cisor., p. 33). aparejado por los reposteros de estrado y mesa: el artesonado de entalle e incrustaciones de marfil ó esmaltes de brillantes colores y dorados; la piedra labrada en orlas, frisos, molduras, entrepaños, arcos y alfeizares; los paños de velludo, lisos ú obrados, de oro y sedas, entoldan y guarnecen las paredes; las alhombras ó alcatifas morunas, cubren el pavimento; el señor como debajo de dosel; perfúmase la sala. Los juglares eran en la yantar del rey de Aragón cuatro (jutglars), dos trompadores, un tabaler y un trompeta, que tocaban todo el año menos los viernes y Cuaresma ó tiempo de guerra. Véase la descripción del banquete en la coronación de Alfonso IV en Zaragoza, el 1328, en la Crónica de Muntaner, y de otro en la Crónica de D. Juan II, c. 14, de Fernán Pérez de Guzmán. Sobre todo, las Leyes Palatinas de D. Jaime II de Aragón, publicadas en 1337 (el manuscrito en Bruselas, publicado por el P. Bollando, Thesaurus Ecclesiasticae Antiquitatis, p. 411): «In domibus Principum, ut tradit antiquitas, mimi seu joculatores licite possunt esse: nam illorum officium tribuit laetitiam, quam Principes debent summe appetere, et cum honestate servare, ut per eam tristitiam et iram adjiciant et omnibus se exhibeant gratiores. Quapropter volumus et ordinamus, quod in nostra curia mimi debeant esse quinque: quorum duo sint tibicinatores et tercius sit tabelarius ad quorum spectet officium, quod semper Nobis, publice consedentibus, in principio tubicinent; et tabelarius suum officium simul cum eis exerceat, ac etiam idem faciant in fine comestione nostrae; nisi mimi extranei vel nostri qui tantum instrumenta sonant in fine mensae vellent Nobis volentibus instrumenta sua sonare...»

[1096]

El cargo de Alférez del Rey estuvo siempre en personas reales y ricos hombres de los más poderosos, como lo fué el Cid de don Sancho II, y de don Alfonso X, su hermano el infante don Juan Manuel; de don Pedro el Cruel lo fueron su hermano don Sancho, Conde de Alburquerque, su primo el infante don Juan y su hermano don Tello, Conde y Señor de Vizcaya; de don Enrique el II, su hijo don Juan, infante heredero. Hablan de este cargo las Leyes de Partida, señalando sus atribuciones, deberes y preeminencias, que Fernán Messía, en su Nobiliario, enumera, refiriéndolas ya á la Condestablía, cargo que instituyó más tarde don Juan I, el año 1382. En uno de los fueros más antiguos de España se dice: «fué estabilido que todo rrey despanna uviese alferes que tenga la ssu senna et aia çient cavaleiros et en casa del rrey mesa de ssu cabo et en la pascua fflorida la copa de oro et de plata del rrey por ssuya et los vestidos et lechos et un cabaylo.» El alférez de don Carnal, que es Jueves Lardero (1078), no contento con la copa, tenía la mano en el barril, vasija de barro de oronda panza y de angosto y corto cuello, y también un cubeto de madera, que es lo que aquí parece significar en este alférez, ó mejor digamos, dios Baco que asiste de don Carnal. J. Pin., Agr., 16, 35: Harto mal es quien se jacta de no beber vino, sepa tanto de barriles como el que bebe. Don Carnal se trata á lo rey, y así su copero hinca la rodilla derecha, como era costumbre después de dar la taza de la salva al caballero que llevaba la copa y de quitar la sobrecopa: en esta postura tenía alzado el brazo con la sobrecopa en la mano, mientras el caballero hacía la salva. Pero este copero no viene desde el aparador, con el ballestero de maza delante y el caballero que le ha de servir con la copa llena detrás, sino que se estaba barril en mano, y cuando no servía á su señor, tañía éste su añafil, que es trompeta larga de metal. Tañer con el barril es empinar. El que allí los tenía á todos cogidos como alguacil con su vara alta, era el vino que parlaba por boca de todos.

[1097]

Para entrar en la faena ó lid (façienda) con la dueña ó doña Cuaresma, que por no haber empinado, sin duda, como ellos, la llama serena. ¡Buena facienda, iban á hacer borrachos y llena la talega! Adormirse. Caba., p. 183: Cantándole para que se aduerma.

[1098]

Habiendo perdido á sus mujeres, que son las gallinas, cenadas poco antes, los gallos andaban alborotados, que esto significa también alborozarse. Hist. ultram., 1, 75: Si acaeciere que se quisieren alborozar a facer alguna cosa por lo acorrer e por lo vengar. Gallo, Job, 38, 35: Conturbata sunt viscera ó diffusa: En señal de que en temores ó recelos grandes, ellas son las que alborozan al hombre.

[1099]

A media noche comienza la cuaresma. Batir de alas es frase común.

[1100]

Sobra, adverbio. Apesgado, pesado. A. Alv. Silv. Mand., 5 c.: Que se halla el día de hoy apesgado con la gravedad de sus culpas. El apellido, al arma. Part., 2, 24, 26: Apellido tanto quiere decir como voz de llamamiento que facen los omes para ayuntarse e defender lo suyo.

[1101]

Amodorridos, con la modorra del sueño por el vino. Torr., Fil. mor., 14, 5: Amodorridos con el vino del amor carnal. Poner las sus façes, sus haces ó tropas en batalla. Pletea, pleitea, pelea. La conpaña ó ejército de pescados, por el contrario. Açes en G., façes en S., haces, tropas

[1102]

La porrusalda ó caldo de puerro, que dicen los Vascongados, parece empezar la comida de vigilia. De los puerros cocidos dice Monardes que (Sevill. medicina, c. 14): «han propriedad de fazer pro á la dolencia de los flemáticos... taja la flema y tira la viscosidad del pescado.» Real es el campamento; tovo, creyó.

[1103]

Falsar, hacer falso, derribar, hacer caer. Cid., 713: Dan le grandes colpes, mas nol pueden falssar, Capellina, yelmo.

[1104]

Mielga, pescado grande de una vara (Dicc. autor.) Verdel se dijo del color verde. La costanera, el costado del ejército. J. Manuel, Estad., 78: Muy buen recabdo en la delantera et en la zaga et en las costaneras. Mollera, cabeza, propiamente la sesera muelle.

[1105]

Salpreso, aderezado con sal, apretándolo porque se conserve. Guev., Menospr., 5: Vaca salada, búfalo salpreso y tocino rancio. Bibl. Gallardo, 1, 1230: Con anchova salpresa. Trechar, de tractare, es abrir y salar, sardinas sobre todo, curándolas luego al aire. F. Silva, Celest., 29: No estaria á pan y agua ni sardinas trechadas. Alberche, hoy venta del ayuntamiento y juzgado de Talavera de la Reina, provincia de Toledo, orillas del Tajo, y afluente de este río.

[1106]

De la fiereza del atún saben los que lo han visto en las almadrabas y es cosa de ver.

[1107]

Cazon, pescado conocido. Camarones, de agua dulce (véase Monard. Sev. medic., c. 23). Tendejon, tienda de campaña. Amadís, 1, 42: Donde la doncella mandó armar dos tendejones y allí cenaron y holgaron hasta la mañana.

[1108]

Pixota, merluza, Cortes de Jerez de 1268, de peje, pez, como la llaman otros pescada y pescadilla. La cual merluza le dice socarronamente al puerco que no venga entre cristianos en tiempo de preces ó cuaresma; que se vaya á la mezquita con los moros, porque ellos no prueban el cerdo y la merluza es el pescado mejor y más común, como la del cerdo entre las carnes.

[1109]

Desbarato, derrota. Poem. Alf. XI, 738: E fiso gran desbarato | en los moros que la trayan. Cort. Alcalá, 1348: Aquellos que avian avido alguna cosa del desbarato de la batalla, que ovimos con los Reys de Benamaryn e de Granada en que los vencimos.

[1110]

Recudir, acudir más y más ó de una y otra parte. J. Man., Estad., 78: El cabdiello de la cabalgada debelos esperar en lugar cierto, do recudan á él. Marco, medida, dimensión. Más negra derrota que la de Alarcos, donde el año de 1195 los moros desbarataron á los españoles.

[1112]

Alude acaso al jubileo y cruzada que el Papa publicó en 1339 con ocasión de la batalla del Salado. «Juan Martínez de Leyva fué por embajador al Sumo Pontífice para alcanzar indulgencia á los que se hallasen en esta santa guerra. El Papa vino en ello y á todos los que tres meses sirviesen en ella á su costa les concedió la Cruzada y jubileo plenísimo y remisión de todos sus pecados y cometió la publicación de estas indulgencias á Don Gil de Albornoz, Arzobispo de Toledo» (Mariana, H.E., 16, 7).

[1113]

La utra en S, en G hurta, en Monardes (c. 23) urta, «fria en fin del primer grado y humida en el comienzo»: bien podía pelear con los ejércitos de carnes. Golhín en G, dolfyn en S y es todo uno, de golfo, el mar. Se rebulle como un jovenzuelo y así su embestir al viejo buey y desdentarlo es cosa de risa.

[1114]

Noble llama á la lamprea por su fama entre los gastrónomos romanos, y es menos viscosa, de mejor sabor y más preciada que la anguila, según Monardes. Levar prea, llevar presa. Llevar salió de levar, prea de praeda(m). Cast. Canc., 1. p. 28: Como quien mucho desea | una aventajada prea | No le valía la correa al fraile, que á éstos alude, pues con ella no pueden los mismos ahuyentar la vigilia y pescados. Tienen que apechugar con ellos: «Tu lo quisiste, fraile mosten, tu lo quisiste, tu te lo ten».

[1115]

Vyllanchon, villano, como corpanchón, camaranchón, y le llama así al sollo por lo gordo, tanto que se dijo de suillu(m), de sus cerdo. Trecho es instrumento de labranza y de ahí probablemente trechon. Vyllenchon, hoy Velinchon, cerca de Tarancón en la provincia de Cuenca, donde hay salinas.

[1117]

Ostias, ostras. Villena, Arte cisor., c. 9, en el cual capítulo habla, como de los pescados más presentados en las yantares, del pes mular e sobrrayo, delfin que llaman en estas partes tohinoto, sollo, salmon, savalo, congrio, morena, carquilla, aguja paladar, mera, trucha, pagel, besugo, panpano, lenguado, dorada, asedia, langosta, langostinos, arenque, ostias, almejas. Justar, lidiar en justa. Bosc., Cortes, 66: Y como el que justa con el rey, que al tiempo del encontrar alza la lanza. De la é de la parte, de una y otra parte.

[1118]

Al grave congrio llama conde de Laredo, de donde se traía. Çeçial, como cecina, hablando de pescados. J. Pin., Agr., 23, 23; Con pescado cecial ó con abadejo.

[1119]

Ya quanto esfuerço, algún esfuerzo (c. 918), Fidalgo llama al Salmón, por ser pescado de gente rica y el más rico de todos.

[1120]

Mal estrena, mal comienzo. P. Vega 7, 9, 1: Algun suceso favorable, que sea buen principio, buena estrena de los otros.

[1122]

Fueronle muy estrañas, se extrañaron de él, esto es, se alejaron, le dejaron y le desconocieron. Moncada Exped., 35: Porque con este nombre no se estrañasen los españoles de otras provincias (no se tuviesen por estraños). Guev., Ep., 2, 16: Como aquel día de Jueves Santo yo me engolfase en predicar misteríos tan altos y me estrañase á declarar secretos tan profundos. Estrañar por desterrar, alejar. L. Grac., Crit., 1, 9: Estrañando toda obscuridad en el concepto y toda mancha en el afecto. A. Alv., Silv., Dom, 1 cuar. Ic., § 3: Asi quedan los tales estraños y desconocidos al mismo Dios.

[1123]

Sy non fué, si no es por..., quedó solo D. Carnal, sin otras carnes que cecina y tocino. Muy señero, muy abandonado de todos. Autos s. XVI, 4, 78: Los lienzos están cogidos | y el sepulcro está señero. Berc., Loor, 93: Alli murió sennero como mal traydor.

[1125]

Se aforrasen, se librasen, horro libre. En G se afugasen. En cuaresma se dejan colgados cerdo y cecina de las estacas, sin tocarlos: no hay en casa más carnes muertas.

[1127]

Que le guardase el ayuno, á doña Cuaresma. Que ella lo guardaria, esto es, haria que nadie comiese de carne, á no ser algún enfermo (doliente). El confesor podía irle á ver. E á comer..., el día de ayuno se hacía una sola comida, manjar uno.

[1128]

Símbolo del mundano en cuaresma, que debe arrepentirse y confesarse. El Arcipreste, con la sana intención con que escribió el libro, trata muy puntualmente la materia, criticando á los clérigos que obraban con harta ligereza. El que crea ser demasiado largo y fuera de propósito todo este trozo, no ha entendido el intento del libro y lo saca de su tiempo para quererlo poner en el nuestro.

[1136]

Navarro, Manual, 1, 28: «Lo X ser verdad lo que oy comunmente todos dizen, conviene á saber, que por la contricion sola se perdonan qualesquier pecados mortales, aun antes de confessarlos. Aunque Graciano con otros antiguos dubdan en ello.» Á Graciano alude el Arcipreste en el Decreto. Ibid., 1, 33: «Por ende avisarse deben muchos simples, que piensan que despues de cometer algun mortal, siempre estan en él hasta que lo confiessen, porque para salir del, basta el arrepentimiento, como arriba se dize, calificado, no obstante que queda obligado á los confessar.» Ibid., 1, 1: «Contricion... es arrepentimiento voluntario, doloroso y grandissimo actual ó virtual de aver peccado, por ser ello offensa de Dios sobre todo lo al amado, con proposito a lo menos virtual de no peccar mortalmente y de confessar y satisfazer.» Ibid., 1, 14: «Diximos con proposito de confessar, porque puesto que la contricion perdone los pecados quanto á la culpa, pero no desobliga de la necessidad de confessarlos, segun aquello de nuestro salvador: Cuyos pecados no soltardes no quedan sueltos, quanto á la obligacion de los confessar, segun Andria.»

[1142]

De San Pedro: «Egressus foras flevit amare» (Mateo, 26, 75), «flevit amare» (Lucas, 22, 6).

[1143]

«En aquellos dias cayó Ezequias enfermo de muerte y vino á él Isaias profeta, hijo de Amos, y díjole: Jehova dice así: Dispon de tu casa, porque has de morir y no vivirás. Entonces volvió él su rostro á la pared y oró á Jehova y dijo: Ruegote, oh Jehova, ruegote hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y entero corazón y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequias con gran lloro. No había pasado Isaias de la mitad del patio, cuando fué palabra de Jehova á Isaias, diciendo: Vuelve y dí á Ezequias, príncipe de mi pueblo: Asi dice Jehova el Dios de David tu padre: Yo he oido tu oracion y he visto tus lágrimas; he aqui yo te sano; al tercer día subirás á la casa de Jehova. Y añadiré á tus dias quince años y te libraré á ti y á esta ciudad de mano del rey de Asiria, y ampararé esta ciudad por amor de mí y por amor de David mi siervo» (2 Regum 20). Eñadió, añadió. Díjose annader, anader, anedir, añedir, ennader, annadir, enadir de in-|-addere.

[1148]

En el Manual de Navarro (1554, c. 27) puede verse todo lo de las censuras: Una glossa magistral colegió 50 descomuniones, puestas ipso facto, por solas las Clementinas, y otra antes 32, puestas por solos los textos del Sexto. Y antes ayuntó Host. 33 solas, que induzieron todos los textos de hasta su tiempo en el Decreto y Decretales con alguna del Sexto. De donde se sigue, quan escassos fueron los antiguos concilios y padres sanctos en descomulgar y quan francos los nuevos. Pues hasta el año de 1398 en que el Sexto se publicó, no se hallavan aun 33 casos, que en verdad se pueden resolver en menos de 126. Y por solo el Sexto se induzieron 32 y por solas las Clem. 50. Y después acá por las bullas de la Cena, por Extrava, sabidas y no sabidas y por constituciones provinciales, synodales, por visitaciones y reformaciones de seglares y religiosos, tantas que no ay cuento. La qual franqueza dió alguna ocasión, aunque no justa, á la escasseza de obedecer de los Lutheranos. Ya nuestra opinión seria bien que este sancto Concilio Tridentino apocasse, a lo menos quanto al foro de la conciencia, las que están dadas contra los subditos...» (c. 27, 49). «De las descomuniones reservadas al Papa, que no se contienen en la bulla de la Cena y primero de las que están en el Decreto y Decretales» (c. 27, 75). A éstas alude el Arcipreste, pues las otras son muy posteriores, como que son del Papa Julio III. Luego trata de los reservados á los obispos, etc. Manuales, tratados de confesores, como el del famoso doctor Martín de Azpilcueta Navarro: Manual de Confesores y penitentes, Medina del Campo, 1554, al cual he citado.

[1149]

Blago, de baculu(m), mediante baglo. Berc., S.M., 148: Enbiame el blago que tu sueles traer. El palio es insignia pontifical que da el Papa á los arzobispos y á algunos obispos, y es una faja blanca con seis cruces negras que pende de los hombros sobre el pecho. Pontifical, los ornamentos del obispo y el libro de las ceremonias en las funciones del mismo.

[1152]

Reportorio se decía, así el famoso Reportorio de los tiempos y en el título del Manual de Navarro: «Con reportorio copioso de todas las materias al cabo y con el de los capítulos al comienzo.» Díez Lusit., Marial, p. 558: Sin andar hechos estrelleros revolviendo reportorios buscando pronósticos. Guillermo Durante, célebre jurisconsulto que murió en 1296, escribió Speculum iuris y por ello fué llamado el Especulador; además Repertorium iuris (Tiraboschi, Stor. d. Letter. Ital., t. 4, {249} y 250). El Ostiense, por haber sido obispo y cardenal de Ostia, se llamaba Arrigo, esto es, Enrique: fué gran jurisconsulto en ambos Derechos y murió en 1271 (Tirab., ibid., t. 4, p. 247). Inocencio IV, llamado antes Sinibaldo de Fieschi, fué tan gran jurisconsulto que le dieron el renombre de Monarca del derecho (Ibid., t. 4, p. 216). El Rosario es una obra sobre el Decreto de Graciano, que escribió Guido de Baiso, Arcediano de Regio, jurisconsulto que murió en Aviñón el año de 1313 (Ibid., t. 5, P. 276).

[1153]

Non me rebtedes, no me acuséis, riñáis, reprendáis, valor propio, de rep(u)tare, que todavía tiene retar en Cuenca. Cal. Dimna, 4: Cuando llegó á la puerta oyó como Calila rebtaba é maltraia á Dymna por su traicion et por su mezcla, denostandol' su mal consejo.

[1154]

Perrochiano en G., parrochiano en S., parroquiano, de donde aparrochar en Lisandro y Rosel., 1, 3. Alude al cánon 21 del concil. gener. IV Lateranense celebrado el 1215, en que se manda que el penitente se confiese proprio sacerdoti, á su propio párroco.

[1157]

Arrapa. Regim. princ., 1, 3, 2: Todos los galardones de virtudes arrapa e roba la codicia e la ambición. Papa en G., todos los casos atapa en S.; la necesidad todo se lo traga. S. Badaj., 2, p. 197: Si es quizás este el infierno, | que a los pecadores papa. L. Grac., Crit., 2, 9: Estaba otro papando lisonjas de sus convidados.

[1159]

Doliente, enfermo; valiente, sano, como en latín valens. Ungente, unguento por perdón.

[1161]

Del papo papa, así en G; en S: Era del papa; pero el verso queda faltoso. ¿Estará bien en G con socarronería? Porque le impone penitencia ordenándole el papo y lo que ha de comer.

[1162]

Esto de comer un solo manjar en cada comida, aderezándolo de mil maneras para que no hubiese un solo plato, parece era principio y precepto de los Tirteafueras de entonces, ordenados para la yantar del rey por Pedro IV de Aragón el Ceremonioso en su famoso código de etiqueta palaciega, tan renombrado que Ladislao, rey de Romanos y de Bohemia envió á su camarero Roberto de Praga en 1378 á Aragón para que se informase «de la orden de la corte y casa del Rey», y que hubo de adoptar Castilla, algo atrasada siempre en todo respecto del reino aragonés. Las Ordinations fetes per lo Molt Alt Señor en Pere terç Rey d'Aragó sobre lo Regiment de tots los officials de la sua Cort, se pusieron en práctica desde el año 1344, época en que el Arcipreste estaba escribiendo acaso su libro. Los meges ó médicos opinaban que el comer de muchas viandas diversas en un yantar es dañoso, sobre todo si se mezclan cosas tan contrarias en sus cualidades como son carnes y pescados ó pescado y cosas de leche ó de queso. A don Carnal le impuso doña Cuaresma que no comiese mas que una vez al día, y aqui el santo flayre diole por penitencia este precepto de aquellos físicos, que comiese cada día un manjar señalado, e non comiese mas, e seria perdonado. A ti te lo digo, Juan el Carnal, para que lo entiendas Pedro el Ceremonioso.

[1163]

Los garbanzos y el potaje de arroz eran las legumbres prescritas por los físicos para la yantar real. Garvanzos cochos, cocidos en S; cal, calle.

[1164]

La lucha (c. 969). La as ducha, la tienes por costumbre, ducho en algo el hecho á ello; ductus, ducere; concertado el participio.

[1165]

Por los esparragos de G hay en S formigos ú hormiguillos, que dice la Academia y es guisado de avellanas machacadas, pan rallado y miel. Lag., Diosc., 1, 142: Las buenas viejas suelen hacer ciertos hormiguillos de avellanas tostadas para asentar el estómago. Pero debía haber hormigos menos golosos, de sola harina, que son los aquí preceptuados: Dueñas, Espejo, 1, 6: Que en mi presencia haga unas harinas ó hormigos. F. Flores, Regim., 1: Hacen también de la harina fideos, lazañas, macarrones y hormigos. Comer espárragos, pero sin hartarse, tiene su donaire, pues dicen que el que espárragos chupa no come. Las dos (terceras) partes.

[1166]

Espeso, abundante, frecuente. Celest., 9, 117: Espessos como piedras á tablado entravan mochachos cargados de provisiones por mi puerta. Non guardeste á mongas, no miraste para tenerles respeto. Furnicio, fornicación.

[1167]

El Ceremonioso prohibía las lantejas ó lentejas, no menos que las berzas, berenjenas y aceitunas, por ser malenconicas ó melancólicas; aquí por la yra le ordena comer lentejas, porque, segun Monardes (Sev. med., c. 12) son frias y secas y esfriantes, malas y melancólicas.

[1169]

Lazrar en S, lastar en G, padecer, como lacear. J. Man. Caza, 11: A los falconeros, porque ellos hayan talante de lazrar con los falcones Berc., S.D., 412: Mas maguer nos lazremos, commo en ti fiamos. G. Alf., 1, 2, 10: Haciendole lastar y padecer.

[1172]

Costribado, trabajado; de costribar, trabajar con ahinco, hacer fuerza ó estribar con. Vald. Dial. leng.: Quién no come no costriba.

[K]

Miercoles corvillo es el Miércoles de ceniza, primer día de ayuno de cuaresma, y llamóse así por la humillación y encorvamiento de la ceremonia de la ceniza, como se hace en el Humiliate capita vestra Deo, porque corvilla era inclinación y humillación, del corvarse. Así dice el refrán: «En la corvilla de Enero S. Antón es el primero», esto es, en la inclinación de Enero ó pasada su mitad.

[1173]

En cuaresma no había guerras, con la llamada tregua de Dios, y esto da á entender con lo de non se pagan de contienda. Real es el campamento.

[1174]

Lavabanse todos los cacharros, para que ni rastro tuviesen de grasa ó cosa que oliense contra la abstinencia. Canistillo, canastillo, dimin. de canistrum. Librillo es el lebrillo ó barreño vidriado, donde se lavan los tajadores ó fuentes de servir las viandas, los bacines, escudillas, etc.

[1175]

Escudiellas eran como nuestras tazas, necesarias para tomar los alimentos líquidos sorbiendo, ya que no se usaban cucharas, escudillando o repartiendo en ellas al comer. Cort. Alcalá, 1348: «Otrosí el dia de la boda que non coman en la boda de parte del novio ó de la novia mas de quinze escudiellas de omes e otras quinze de mugeres sin las dos del novio e de la novia». Cañada era vasija para vino, como el barril, y todavía en Asturias es medida de más de una arroba del mismo. Espetos, asadores (Ondin), en Asturias palo con punta; de aquí espetar. Greals en G, griales en S eran escudillas ó platos, como el famoso Santo Grial de los libros caballerescos, el único que conoce la Academia, pues dice que grial es «plato místico» ¡Con misticismo de cocineros, sin duda, pues en las cocinas andaban revueltos con asadores, ollas y coberteras!

[1176]

Repegar, volver á pegar y juntar bien, como repellar. Enjalbegar, encalar, de exalbicar(e). Plega, agrade, de placer.

[1178]

Cruzarle con rramos en la frente con ceniza, es hacerle con ella, como suele hacerse, una cruz de dos ramos, como cruzarle á uno la cara golpeándole ó hiriéndole en ella. Fons., Vid. Cr., 1, 3, 12: Hasta el herir la piedra fué en forma de cruz, cruzando el segundo golpe para que quedase más clara figura de la cruz. Pantal. Vejam., 1: Vive Dios que he de cruzarle toda esa cara. Tornar, intransitivo.

[1179]

Con el su blando lino, con las lágrimas, que se enjuga con el pañuelo el pecador, y así es el lino de Doña Cuaresma.

[1180]

Pensó cómo hacer para comenzar ya á reir y á alegrarse. Ersiendo G, yrguiendo S y T.

[1181]

Baldio, ocioso. Fons., Vid. Cr., 3, 2, 17: Luego llamaron á los que andaban baldios por las calles y plazas de la ciudad. Notarase que l no impide el consonante aquí y en otros lugares.

[1182]

Ya ha cobrado fuerzas y está recio; pero simula estar flaco para desmentir á los demas. Se desdezia, hizo allí lo contrario de lo que dijo, pues se escapó de la iglesia, que esos eran sus salmos y dél podía decirse lo de todo astuto: El se sabe su salmo (Corr., 82, 518, 519, 565) Comed. Eufros., 3: Que si sabeis mucho, tambien yo sé mi salmo.

[1183]

Fúxo, pretérito irregular de fuir, huir. Carneceria en S. La Juderia era el barrio de los judíos, donde estaban abiertas las carnecerías en Toledo, sobre todo en la cuaresma, pues ellos seguian comiendo carne y los cristianos no, que de Toledo habla el Arcipreste. Era tiempo de la Pascua de ellos, celebrada con panes ácimos ó cenceños esto es, sin levadura, no levados á leudados, no levantados ó fermentados, sino aplastados y delgados, que es el propio valor de cenceño, además del de sencillo. León Casad., 12: Crece en barriga, estréchase con faja, como si tranzase el cabello, con que va derecha y cenceña. Mariana, H.E., 4, 2: Los judíos celebraron su pascua sábado á 24 de Marzo y comenzaron los días de los ácimos ó pan cenceño. Plúgo, agradáronse con él, de placer. Siendo los carniceros de la ciudad, por fuerza habían de holgarse con don Carnal, que es el que les llevaba los parroquianos.

[1184]

Lunes mañana, sin de, por ser como adverbio, de mane. Rraby Acebyn en G ó Açelyn en S, sería algún rabí muy conocido entonces; no he podido averiguar nada de él; quédese averiguarlo para el asiduo P. Fita. Mientras él no nos comunique que ha dado con el nombre de ese rabí toledano, capataz de los carniceros, me contentaré con suponerle nombre simbólico, como tantos otros de este libro. Acebin me suena á cosa de cebar y de cebón con el ha arábigo, el del cebo. Acelyn pudiera ser algún Selim que bajó por allí; pero esto sería dar crédito á la chacota que dan á los anticuarios y epigrafistas con el cuento aquel de que uno de ellos interpretó una piedra donde se leía: Por aqui baxo selim, diciendo que por allí pasó Selim; sino que luego hallóse en otra el final: pia, y efectivamente era aquello un albañal. Privado, presto en S, ayna en G En estremo de Medelin G. Medellyn S. Estremos llamaron á las partes últimas del reino de Castilla, de donde Estremadura, por caer de la parte de allá del Duero. Hubo dos Extremaduras, la debajo del Duero, capital Segovia (Colmen., H. Segov., c. 12, § 9, año 1029), y más tarde la leonesa ó moderna, que se la llamó por el uso que los ganaderos hacían del vocablo Estremos, significando por ellos los fines ó confines recorridos por los ganados trashumantes. Todavía usan el vocablo, y puesto primero a las sierras de acá del Duero adonde los llevaban, dióse igualmente á las de Leon, adonde luego llevaban los ganados. «Anda, anda, de Burgos á Aranda, que de Aranda á Extremadura yo te pasaré en mi mula». Porque comenzaba al otro lado del puente de Aranda sobre el Duero. Las escrituras de Valbuena llaman así á la banda meridional del Duero, y así la llamaban los Benedictinos (Sáez, Moned. Enrique III, nota 11): «In Extremis Dorii.» Sácase también de las leyes municipales dadas á Sepúlveda por los Condes de Castilla y Alfonso VI y de las del Conde D. Sancho a Peñafiel. Medellín está, como es sabido, en esos estremos, en Extremadura. Mingo Rev.: Para todo lo estremeño... que sigue los estremos. Ordenam. Burgos, 1315: «Otrossi porque decides que recevides grandes dapnos de los ganados que van é vienen de los estremos, que salen de las cannadas antiguas, é entran por los panes é por los vinos, las quales cannadas son la una que dicen de Leon, et la otra Segoviana (por esta venía D. Carnal), et la otra que dicen de la Mancha de monte Aragon...» Los corderos de Extremadura, adonde era natural fuese don Carnal, como á la parte donde están los ganados, sus súbditos, alborotáronse al verle: ¡de esta hecha, ya estamos en la carnicería! ¡Be!, he aquí nuestra muerte.

[1185]

Por autoridad de Marco Varrón, trae Aulo Gelio (l. 7, c. 16) los manjares que más rebuscaban los tragones de su tiempo: «el pavo de Samos y el francolin de Frigia (aunque nuestro Marcial antepone los de Jonia, I, 13), la grua de Melo, el cabrito de Ambracia, el atun de Calcedonia, la lamprea de Tarifa, la raya de Pesinunte, las ostias de Tarento, el acipenser de Rodas, el escaro de Cilicia, las nueces de Taso, los dátiles de Egipto y las bellotas de España» Todos sabíamos que en esta noble tierra de España, y mayormente de Extremadura, se daban valentísimos alcornoques; pero los que pinta el Arcipreste no gustaban de sus afamadas bellotas, pues no parecen por la mesa del don Carnal español, el cual buscaba por Extremadura sólo «Cabrones e cabritos, carneros e ovejas».

[1186]

Alboroçó por alborotó. Hacer portillo díjose del entrar á saco una ciudad, aportillando los muros, y del abrir entrada en una cerca, como la de los ganados, en una casa, etc. Valderr., Ej. Viern. dom. 3 cuart.: Haciendo lastimeras roturas y portillos en aquella divina y soberana maravilla.

[1187]

En Alcudia, Calatrava, etc., siempre fueron famosos los ganados, y todavía lo son los pocos trashumantes que nos quedan. En S, Vasayn; en G, Val-savyn; en T, Val-sanin, por Val-savin, y así también la Montería de Alfonso XI, de vallis sapinorum, por los árboles famosos de aquel real sitio de Balsain, que hoy dicen, en San Ildefonso, provincia de Segovia (véase Biblioth. arab Scurial.; t. II, p. 63). Como se ve, don Carnal y el Rabí seguían la cañada que todavía siguen los ganados que de Alcudia vienen á la sierra segoviana, y la he recorrido yo hace poco en varios trechos.

[1188]

Los toros erizaron... sus cerros. Valderr., Ej. Fer. 6 Ceniz.: Sale el perro... erizado el cerro, amagando con los dientes. Enerisan en G, yrisaron en S. Buxyes en G. bueyes, passim. ¡Aba, aba!, interjección que se dice en los peligros, como en el que se veía esta pobre gente cornuda a vista del carnicero y del tragón. Bart. Aparicio (Bibl. Gallard.): Aba, que yo lo diré, | que tú no tienes primores... Aba, quítate de ahí. Autos s. XVI, 3, 387: Aba, que me deslizo. Y aba-te, con el -te, -se, reflexivo. Autos s. XVI, 599: Abate, Mariquita, guarda el coco. L. Rued., Reg. pas., 6: Déjeme por su vida, ábese de ahí. Usase todavía en León, Extremadura y Salamanca.

[1190]

En vez de salud, como de ordinario, le manda sangría como á enferma.

[1191]

Ser con irse á ver, tratar ó combatir con él. Lena, 4, 7: Diga á mi yerno que luego seré con él. Amuerço, almuerzo, de morsu(m), bocado. El almuerzo es aquí el embajador de D. Carnal por ser la primera comida del día. La emplaza para el domingo de Pascua, en que vence D. Carnal y acaba la Cuaresma. Los tres días (c. 1187) que echó en ir á buscar ganados, son los de Semana santa; el cuarto envía la carta de desafío, estando solo (c. 1189), porque todo el mundo ayunaba durante la Semana santa.

[1192]

Sequro, adverbio. El tu cuero (S), cuerpo (G) maduro, por las disciplinas y asperezas; no las carnes, que no las tenía, pues con los ayunos estaría en los cueros ó en puros cueroz. A media noche entra y comienza la cuaresma.

[1193]

Judiós, como en muchos cantos populares, donde trastuecan la acentuación á este tenor. Con muchas carnes, que siempre de nosotros, Carnal y Rabí carnicero, os vendrán á vosotros.

[1194]

¡Mal pecado!, exclamación conocida, de desgracias, etcétera, atribuyéndolas al pecado y al diablo, que son todo uno, como hemos visto. Arrancado, vencido. Cid, 793: Quando la tal batalla auemos arrancado.

[1196]

Doña Merienda, harta, pues viene tras la comida, y don Almuerzo, mas apercibido, como que madruga más que las demás comidas, son los mensajeros de don Carnal. Ymos, vamos.

[1197]

Valdevacas, monte en las cercanías de Navamorcuende, de que hace mención la Montería de Alfonso XI. Hay también pueblo asi llamado en tierra de Segovia. De todos modos, un valle de vacas es lugar amado de don Carnal y del Rabí carnicero. Va por vaya, con el antiguo uso del indicativo por el subjuntivo.

[1198]

Con sangre biva, y no propia por supuesto, como compete á D. Carnal y á un carnicero. Catyva, desdichada, miserable, vil, como en italiano, era común. Quij., 1, 4: Non fuyais gente cobarde, gente cautiva atended. Esquivo, malo, de lo que se huye. Trat. Arg., 1: Que como el cuerpo está en prisión esquiva. Quij., 1, 14: En esquivas playas.

[1199]

De que, como desque, es común en el pueblo.

[1200]

Decuere, decorar, tener y recitar de memoria, par coeur en fr., de coro; cuer, corazón, Quij., 1, 11: Entonces se decoraban los concetos amorosos del alma simple y sencillamente. «Popar es tener un hombre en poco, como si con las manos le diesen palmadas en la cabeza y en los hombros.» (Covarrubias). Vald. Diál. leng.: Popar, por despreciar, me parece que usa un refrán que dice: Quien su enemigo popa, a sus manos muere. Idem en Lisandro y Roselia, 3. 1. A. Pérez, Mierc. dom., 1 cuar., f. 199: De ningún enemigo se puede popar, ni aun hacer poco caso.

[1201]

De coraçon flacas, fuera de las vacas, son todas las hembras cobardes, de pocos ánimos, tan poco firmes para pelear como las estacas hincadas en el afrecho ó salvado: menos las muy peludas, que son tan fuertes como las berracas ó hembras de los verracos, las cerdas. Valderr. Ej. Fer., 5 om. pas.: Lo que encendían las mujeres eran como afrechos ó salvados. La excepción de las vacas tira claramente á la costumbre de correrlas, como hoy, lydiarlas.

[1202]

Su admision en la nave.

[1203]

Rrepto, reto posverbal de reptar ó retar. El reto que primero envió la dueña, o sea la Cuaresma, era a plazo fijo, dentro del cual venció á D. Carnal; pasado el plazo, puede ahora irse sin desdoro. Tiquismiquis del Código del honor de ahora y de los duelos de entonces.

[1204]

Lo al, por lo demás, además, sin pescados es difícil ayunar y también queda libre del desafío la mujer, por serlo.

[1205]

Es el traje del romero, como pintan a Santiago. Llegada la pascua, la cuaresma se va de España y de la Iglesia, para la Jerusalén celestial, donde asiste á Cristo, hasta otro año que vuelve á pelear con D. Carnal. La concha maryna, pecten Veneris, la llevan Santiago y los romeros en el ala delantera, doblada, del sombrero: dicen los gallegos que provino de las que hay en aquella costa; pero los romeros iban allá comúnmente por tierra, y más probable es que provenga de la peregrinación á tierra santa por mar. Bordon lleno de ymagenes, esculpidas en él y aun colgadas; entre estas esculturas la palma, símbolo de Jerusalén, como se ve en las monedas de aquella ciudad (Pérez Bayer, De nummis hebraico-samaritanis.) Esportilla, ¿será el zurroncito, que colgado de correas llevaban a la banderola, cayendo sobre el lado izquierdo, y en el cual metían algunos objetos?

[1206]

Zapatos redondos y bien sobresolados, de doble suela, como para caminar: y no los en punta larguísima, que usaban los pisaflores y lindas en casa y en palacio. Dobler, doblez, parecen ser las alforjas por su doble talego, como las bisazas, llamadas por su doble saco, ó el capillo de atrás en que metían cosas: Échemelo en el capillo. Los costados, los hombros, de donde echarselo a cuestas. En las alforjas llevaba guardados ó condesados los panes que pordioseaba ó gallofas, y los bodigos ó panes que le iban dando los curas al paso. Los romeros llamáronse así por sus peregrinaciones á Roma; pero los de Compostela eran más numerosos. El camino de Santiago desde París era por Orleans, Tours, Burdeos, Roncesvalles, Pamplona, Burgos. En 1434 discurrieron por aquel camino 2.460 ingleses y en 1445, 2.100; franceses y flamencos venían muchísimos más (Eniot, Relac. comer. entre Flandes y Esp.) Pedro de Guzmán (Bienes del hon. trabajo, 2, 8) dice que «hay año que pasan por solo el camino de Santiago por Burgos de sesenta mil» peregrinos. El camino de Santiago era uno de los que Alfonso XI calificó de cabdales, «el uno que va á Santiago e los otros que van de una cibdat á otra é de una villa á otra e á los mercados e á las ferias». Condesar, de densus, denso. Cast., Canc., 1, p. 110: Si es muy avaro, que siempre condesa. Cal. Dimna, p. 43: Convieneme condesar desto cuanto podiere; ca el que non cuida ni condesa, non es enviso, e yo quiero facer provision desto que fallé. Gallofa, pan de pobre y de romero. S. Badaj., 1, p. 382: Si, voto á diez, que colais | cuantas gallofas juntais | por aquesos bodegones. Bodigo, de votivu(m), el pan que ofrecen los fieles en la iglesia por sus difuntos y se lo dan al cura: costumbre conservada todavía, por ej., en la provincia de Segovia, de donde trata el Arcipreste. Bañ. Arg., 3: ¿Cuando de los bodigos | que por los pobres muertos | ofrecen ricas viudas...

[1207]

Alfaja ó alhaja, f y h eran lo mismo en el són. Miaja ó meaja, un poco más, migaja. Sufraja en G; en S sofraja, en T alhaja. Por sufragio ó socorro, del plural suffragia.

[1208]

Demudada, mudada, cambiada cuanto al traje. Meto que, como prometo que, apuesto ó pongo que es lo que valía en la Edad media mittere y meter, esto es, poner.

[1209]

Roncesvalles era el puerto ordinario de los peregrinos de Santiago.

[1210]

El Sábado de gloria. El ruido de las campanas que se echan á vuelo y es señal de que acaba el luto de la pasión y comienza la gloria, que para los mundanos consiste en amor y carne. Rayar el sol, nacer. León, Casad., 30: Cuando rayaba el sol.

[1211]

La alianza de don Carnal con don Amor recuerda el fabliau que Le Grand ha llamado Des chanoinesses et des Bernardines (Fabliaux de Le Grand, t. I, p. 279). Aueran, agueran, auguran, pronostican buen tiempo; de agorar, aguero. Crón. gral., f. 149: Esto facien quando agoraban por las señas que veían en el aire. Atyenden, esperan.

[1212]

Los carniceros son los que hacen su agosto vendiendo sus carnes. Esto prueba que las carnicerías estaban en manos de los judíos (c. 1183). Triperas, vendedoras de menudos, etc. De tantos como corren por los montes.

[1213]

Carrera, camino. Çanpoña, instrumento pastoril á modo de flauta ó compuesto de muchas flautas como la siringa, que toca el dios Pan y aún tocan anunciándose por las calles los capadores. Ant. Agust., Medall. pl., 199: Un sátiro, que enseña á un hermafrodito á tañer una zampoña de muchas flautas. Puede verse en las Cántigas de Alfonso el Sabio (Riaño, Critical and bibliographical notes on early spanisch music. London, Quaritch, 1887, fig. 45, n. 1). Enamorose Pan de la ninfa Siringa (la Naturaleza se enamoró del sonido y música), virgen de Arcadia (de tierra pastoril), la cual huyendo de Pan, llegó al río Ladon, y como no pudiese pasarlo, pidió socorro á las ninfas y convirtiéronla en cañavera, la cual, meneada del viento, hacía un són apacible y de tan suave armonía, que por el gran contento de que Pan gozaba en cuanto lo oía y por el amor que tenía á Siringa tomó siete cañas de aquellas y juntándolas con cera ordenó é inventó la zampoña: «Pan primus calamos cera coniungere plures instituit» (Virgil., Egl., 2). Albogues, desusados ya cuando se escribió el Quijote, como lo prueba la falsa descripción de Cervantes y el desconocerlos Sancho (1, 67): «Albogues son unas chapas á modo de candeleros de azofar, que dando una con otra por lo vacio y hueco hacen un son... y este nombre albogues es morisco.» Viene de arábigo البوق al-büq, bucina, cornu, fístula (R. Mart.), albogue ó flauta (P. Alc.), de βυκάνη trompeta, lat. buccina. Así en Aben Jaldun, Proleg., II, 353: «El albogue es un tubo de cobre de un codo de largo, el cual se ensancha hasta el punto que el extremo por donde sale el aire resulta tan dilatado, que puede introducírsele la mano ligeramente cerrada... Sóplase dentro por medio de un ligero tubo, que transmite el aire de la boca. Produce un zumbido fuerte. Tiene también cierto número de agujeros por medio de los cuales se producen, mediante la aplicación de los dedos, muchas notas, que guardan entre sí relaciones determinadas. Entonces se le escucha con placer.» Acaso se halla en las Cántigas (Riaño, f. 51, n. 3). Caramiello, flauta delgada, pastoril, de sonido agudo, fecho de cañavera ó carrizo. Diál. perr.: Desmayarse aquí el pastor, allí la pastora; acullá resonar la zampoña del uno, acá el caramillo del otro. Cañavera, D. Sancho, Cast., 31: Todos los fechos que se facen sin gran consejo e bueno son á semejanza de la cañavera, que non ha raices á que derriba luego en tierra pequeño viento. Cítola, según Pedrell (Organografía musical ant. española, 1901, pág. 15) tomándola de Cerone (Melopeo), es la cythara y «se tañe con pluma, mas empero, sin viento y sin teclas». Trae cítola el Alexandre, donde no se confunde con la cítara, que él llama cedra, conforme á la fonética castellana y que Pedrell, (p. 44) dice era «muy semejante á la guiterna, sin el cuerpo tan redondeado ni el mástil tan prolongado como los de este instrumento». Juan de Mena dice que Orfeo tañía la «cítola ó vihuela». Citas donde aparece la cítola (véanse en Rimbault, The Pianoforte, 1860, {25}). Por todo esto no se saca lo que era la cítola. Yo creo que erraron los autores por la falsa etimología de cítola como derivada de cítara; pero no tiene que ver con ella (Cejador, Tesoro, Silbantes, 9) y siendo además la tarara del molino, debía de ser instrumento golpeador, acaso tan sólo para llevar el ritmo ó compás, que por eso la llama trotera, del servir para marchar y correr ó que parece correr y trotar, Retabl. marav.: Válgate el diablo por músico aduendado y qué hace de menudear sin cítola y sin son. Yo me inclino á creer que la cítola es el instrumento que traen las Cántigas (Riaño, f. 41, n. 3) compuesto de dos conos truncados de barro unidos por la parte truncada con membranas en las dos bases: puesto al hombro se golpea con los dedos para llevar el compás. En Marruecos la derbuqa no es más que este instrumento, sino que tiene por forma la mitad del de las Cántigas, pues es como un jarrón ancho de base y más estrecho por el otro extremo, en la base mayor el pergamino. Colócase sobre el hombro izquierdo y se golpea con los dedos de la derecha para los golpes fuertes y con los de la izquierda para los débiles. Hállase igualmente en otro códice español del s. XI, aunque tocado diferentemente. Tal es para mí la cítola, que hace aquí con el golpeteo lo que la del molino, y por eso á ella y al odrecillo las pone el Arcipreste como instrumentos de taberna y baile villano (c. 1516). Trotero, corredor, que sirve para marchar golpeando y señalando el ritmo.

[1214]

Una seña bermeja, estandarte rojo, cual conviene á don Carnal, esto es, en-CARN-ado. En torno de ella y detrás seguían todas las reses de carnicería. El cordero es lo que se come por Pascua, como símbolo de Cristo sacrificado como un cordero, que por eso lo comían los israelitas en su Pascua. Los cristianos comen el cordero pascual, por serlo Cristo, simbolizado en el de los israelitas, que les salvó de la esclavitud de Egipto, como Cristo había de salvar á los hombres. Los israelitas comían el cordero pascual, de cuya institución habla el Exodo (c. 12): «Tómese cada uno un cordero por las familias de los padres, un cordero por cada familia... Y tomaran de la sangre y pondran en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer... Pasaré aquella noche por la tierra de Egipto y heriré á todo primogenito... y veré la sangre y pasaré de vosotros y no habrá en vosotros plaga de mortandad, cuando heriré la tierra de Egipto... Esta es la víctima de la Pascua de Jehova, el cual pasó las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió á los Egipcios y libró nuestras casas.» Bailando G, balando S.

[1215]

Hosco, de color oscuro; loro, amarillento oscuro ó de barro. Quev., Orlando, 1: Al indio cisco, tapetado y loro. Oviedo, H. Ind., 16, 7: Ovo otro mancebo de color loro. Id., 24, 9: La gente de los indios, que allí viven, son loros. Granada era ya el único baluarte seguro de los moros cuando escribía esto el Arcipreste.

[1216]

Pinta á don Carnal á guisa de cocinero con los cueros de reses desolladas, haldas en cinta, cuchillo y segur en mano (byen armado). En sobra, sobradamente.

[1217]

Quadrupea en G, quatropea en S, cuadrúpedo, y se usa en Castilla la Vieja. En Palencia llaman así al ferial de ganado. Biblia Ferrara Gen., 6, 7, 8; Villena, Cisoria.

[1218]

Es el traje de faena de los cocineros de entonces, de modo que el de los chefs de hoy no es tan moderno como alguien creería. Faz' le, le hace balar en octava más alta y aun en la quinta más alta. En G: fas le faser lo quadrado en boz dobla e quinta; en T: fasel faser boz guadrado en los doble e quinta. Parece significar que le hacer balar ó cantar el be cuadrado ó becuadro en octava y en quinta. Quiere decir, en una y otra variante, que el gordo cabron se las ve venir muy malas (muy mal se lo pinta y fantasea), y bala á voz en cuello, alto y largo, viendo la muerte al ojo.

[1219]

Cofia grande de cocinero, que le coge todo el pelo. Queça en G y S, mejor que çinta en T. Queça es túnica (c. 1275), blanca y larga como rabo de galgo. Lleva galgos para no dejar escapar liebre que asome, así como perros vaqueros y de monte. Echa la galga á toda liebre que le sale al paso.

[1220]

Del modo de montear de noche tratan los Diálogos de montería, cap. 9, p. 257. Matacanes no pueden ser aquí liebres que con su ligereza cansan á los galgos, sino ladroneras, voladizo que coronaba algunos trozos y singularmente las puertas, de las antiguas fortalezas, y hoy aún se usan en la fortificación imprevista ó pasajera de edificios. Eran perros que saltan á las ladroneras ó matacanes esos.

[1221]

Tajones y tajos son troncos sobre tres palos, sobre los cuales se cortan las carnes en carnicerías y cocinas. Los garavatos ó ganchos para colgarlas. Las gamellas ó barreñas para uso de las triperas y mondongueras.

[1222]

Rrehallas en G, rehalas en S, rebaños ó hatos (P. Alcalá). Fuer. Usagre: Todo cavalero que cavaleria prisiere en rafala. Fuer. Salam.: Si ganado vendiesen en corea o en la rrafalla. Del arab. rajhala, viajar, ir. Grand' estoria, le cantan la gala, le alaban, lo cual es natural en los ganaderos, que por los Carnales ganan vendiendo sus ganados. En deziendo la gloria de Sabado Santo, que acaba la cuaresma y vence Don Carnal.

[1223]

Alcarias ó alquerías, casa sola de labor en el campo. Grand-ias, bravatas. Hacer caballerias, mostrar destreza y nobleza en saber manejar y andar á caballo, jugar las armas y otros ejercicios de caballero. Valderrama, Ejerc. Fer. 5 dom. pas.: Ni pasear la plaza haciendo caballerias, que ya no está gallardo ni para eso.

[1224]

Hace aquí de ganadero y carnicero, que vende reses y carnes á españoles é ingleses y le pagan en dineros, reales y torneses, recobrando así lo que no vendió en cuaresma. Alude á la gente que de Inglaterra, de Francia y Navarra vinieron en socorro de los cristianos para el cerco de Aljeciras. «De Inglaterra con licencia del rey Eduardo los Condes de Arbid y de Soluzber» (Mariana, H.E., 16, 11); aunque «los soldados estranjeros, en quien los primeros impetus son muy fervorosos y con la tardanza se resfrian, se fueron de los reales luego que vino el otoño, los de Inglaterra llamados de su rey (asi quisieron se entendiese)». A la cuenta los ingleses eran tan amigos de comer carne entonces como ahora, pues no hace mención de franceses ni navarros y solo si de los ingleses á quienes dió muchas carnes. De franceses y navarros solo recuerda los dineros torneses, llamados así por haberse acuñado en Tours de Francia y corrieron en Navarra, dónde además de los sanchetes, de los reyes Sanchos, Carlos II acuñó dineros carlines, pero de tan baja ley que no corrieron y hubo de dar un manifiesto en 1355 en que «otorgaba de gracia especial, que se hiciese luego buena moneda fuerte, es á saber chicos dineros torneses, de tal ley e talla e así buenos e fuertes como fueran e son los buenos torneses del cuino de cornados, qui en el tienpo pasado han obido corso en nuestro regno», que se batiesen también groses torneses blancos de plata y meajas chicas, etc., (Yanguas, Dicc. antigu. Navarra, Moneda). En el Ordenamiento de Leyes de las Cortes de Burgos, 1315, se prohibe «sacar fuera de los regnos» entre otras varias cosas, «caballos, rocines... oro, plata, todo vellón de cambio, aver monedado, sacando ende doblas de la sennal del Rey Don Alfonso, torneses de plata, torneses príetos e los dineros coronados». Los dineros reales son los reales de plata de Castilla.

[1225]

Pascua mayor, la de resurrección, pues también se decía Pascua de Navidad (Sáez, Moned. Enr., III, p. 186). «¿Qué pensar de esta apoteosis, no ya humorística, sino irreverente y sacrílega?» Así pregunta Menéndez y Pelayo, y cree excusarle con responder: No «En el Arcipreste no es más que una facecia brutal en que el poeta, dando rienda suelta á los instintos pecadores de su naturaleza exuberante y lozana, se alegra y regocija ferozmente con la perspectiva de bodas y yantares y juglarias con que le convidan las ferias de primavera» (Antolog., III, p. XCII). Tan irreverente y sacrílega apoteosis del Amor la hallaba el Arcipreste en los clérigos, frailes, monjas, caballeros y dueñas de su tiempo, sino que él supo darle forma poética, sacándola de los repliegues de las almas donde se solapaba, á la luz pública del arte. Su penetrante mirada la vió y su ingenio le dió plasticidad poética. ¿Y por eso se ha de atribuir á la persona del Arcipreste como facecia brutal de su alegría y regocijo feroz á la vista de bodas y yantares que le aguardan? Lo que supo ver y pintar en la sociedad que critica ¿hásele de atribuir á él mismo? Viejo é injustamente agraviado y preso escribía todo esto el Arcipreste (c. 1671, 1674, 1677, 1683): ¡bueno estaba él para tales facecias brutales, yantares y bodas!

[1226]

Gayos, en T gallos; pero éstos no hacen corro con las demás aves que aquí se recuentan. Arfe, Conme., 3, 2, 3: Gayo es ave parda y de pico corto, tiene en las alas unas plumas retocadas de azul y blanco. Bibl. Gallard., 4, 225: Oí loar con mesura | un gayo d'entre las flores | calandrias y ruiseñores. J. Man., Cab. esc., 41: Et los gayos et las pegazas. Corr., 122: Gay ó gayo también es el pico ó picarazon, ave en Aragón. Papagayos, aves de papo de colores, que es lo que gayo significa: es de color verde, cuello dorado, pecho redondo, pico torcido y fuerte; al americano se le dió el nombre después por parecérsele. Alex., 1337: Y son los papagayos unas aves mui sabridas | que vencen á los omnes de seso á las vegadas. Véase en Valdecebro lo que hay acerca de los papagayos (c. 52): Cuatro linajes hay de papagayos y sólo en ser unos grandes y otros pequeños se diferencian. Hay papagayos loros, catalnicas y pericos. Los papagayos son como una gruesa gallina; los loros, como una polla; las catalnicas, como un perdigón, y los pericos, como una codorniz. Todos visten plumas de diferentes colores, aunque en los más, lo más de la pluma es verde, salpicados con manchas amarillas, coloradas y azules. Nótese cómo el Arcipreste sentía las bellezas de la naturaleza, cosa extraña en el arte hasta muchos años después. Su exquisito gusto le hace preferir los menores, así como las dueñas chicas. ¡En todo se adelantó en su a tiempo este poeta brutal y tabernario!

[1228]

Aquí comienzan los instrumentos músicos. El Arcipreste era entendidísimo en música española y morisca: era un verdadero trobador. En esto de los instrumentos del Arcipreste se ha fantaseado de lo lindo. Estudiado asunto tan intrincado lo he llevado á la aprobación del malogrado amigo mío D. Cecilio de Roda, Director del Conservatorio, entendidísimo en música antigua española y marroquí. Guillaume Machaut, que vivió en tiempos del Arcipreste (1284-1377), escribió en 8.877 versos el poema de la Prise d'Alexandrie, donde menciona un buen golpe de instrumentos músicos y entre ellos, comunes con los del Arcipestre: orgues, micanons (medio caño) rubebes (rabel), psalterions, leüs (laud), guiternes (guitarra), citoles, tabours, flaüstes, trompes, rotes, harpes, chevrettes (odrecillo), cornemuses, chalemelles (caramillo), chifonie (çinfonia), douceines (dulçema), simbales (atanbales), frestel (çanpoña). (véase Emile Travers, Les instruments au XIV e siècle d'après Guillaume de Machaut). En el Poema de Alfonso XI ó Crónica rimada, escrita por Rodrigo Yáñez, también se cita un buen golpe de instrumentos (c. 407), el laud, la vihuela, el rabé, la guitarra, la exabeba, el medio canon, la gayta, la farpa. Atabores en G, atanbobores en S, como tabours en francés y tabur en la Chanson de Roland, y atamor en el Cid. Véase copla 899.

La guitarra morisca, por las trazas debe de ser el instrumento ó guitarrillo de dos cuerdas, muy pequeño y delgado y el cuerpo por encima forrado de pergamino y sin agujero, que tienen los marroquíes y llaman كنبري guenbri; mientras que la ladina ó latina era la guitarra española, de cuatro órdenes de cuerdas. Al guenbri se asemeja algún instrumento de las Cántigas (Riaño, Critical and bibliographical notes on early spanish music, London, Quaritch, 1887, f. 43, n. 1), donde se ve que el que lo toca es moro por el traje. Por el texto del Arcipreste se saca que tenía las voces agudas y ariscas, ó sea ásperas, como tenía que sonar un guitarrillo chico y suena el guenbri, del cual poseyó el Sr. Roda varios ejemplares. Cuanto á la ladina (en G) ó latyna (en S), esto es, española, dice Bermudo (Descr. instr., l. 2, c. 32) que «la guitarra común tiene cuatro órdenes de cuerdas... tiene dos temples. Uno se llama á los nuevos y otro á los viejos. La guitarra á los nuevos tiene en vacío una novena mayor y ordénase... No es otra cosa esta guitarra sino una vihuela, quitada la sexta y la prima... El temple de la guitarra á los viejos no difiere de esta á los nuevos, sino que la cuarta cuerda suelen abajar un tono... Pues queda esta guitarra á los viejos una decena mayor. Este temple más es para romances viejos y música golpeada que para música de el tiempo... Guitarra habemos visto en España de cinco órdenes de cuerdas». Id., c. 66: «La antiquísima es la guitarra de Mercurio. De las palabras de Boecio saco que Mercurio usó guitarra y Orfeo la aumentó y la hizo vihuela.» El corpudo alaut ó laud, instrumento de cuerdas arábigo, panzudo, العود alghūd, vihuela, laud (P. Alc.), Quij., 2, 12: Templando está un laud ó viguela. Hay varios en las Cántigas de Alfonso X (Riaño, f. 44, n. 2 y 3; f. 47, n. 2): Que tien' punto á la trisca, de regocijo. Dícese punto que tiene sonido del tono de derminada consonancia. Ferrer. Dom. 2 adv.: La levanta hasta el punto debido, sin atender á los puntos de las otras: ansi conviene entendais vos que el punto de nuestra dignidad está en la diestra de Dios, que por eso este Señor soberano elevó hasta aquel punto la naturaleza humana. Trisca por regocijo. Valderr. Ej. Mierc. dom. 3 cuart.: Por un chiste de un truhan, por una trisca de un regocijo. A. Molina, Dom. 3 cuar.: Hecho el mal, ahí es la trisca de todo el infierno, la risa de los demonios. Apriscarse, juntarse como ovejas ó con ellas en el aprisco, donde es de oir el concierto de balidos, que el Arcipreste recuerda aquí. Comed. Florin., 21: Por ahí me entras? Con las ovejas me aprisco.

[1229]

El rrabé ó rabel, en árabe رباب rabēb, rebāb, que tiende á desaparecer en Marruecos, sustituído por el kamendjah ó violín europeo; pero que todavía los hay, con sus dos gruesas cuerdas, su pequeña caja abombada, su membrana de pergamino en la parte inferior y su arco, tal como está representado en Riaño (f. 44, núms. 4 y 5; f. 47, n. 1). El rabel morisco se apoya siempre en la rodilla; el que se apoya en el hombro es ó rebeca ó vihuela de arco, que son los antecesores del violín; véase en las Cántigas (Riaño, f. 44, 1). El rabel siguió usándose en España, idos los moros, y todavía lo hemos visto tocado por las calles de Madrid, pues vive en algunas comarcas del Norte de España. Quij., 1, 11: Y es músico de un rabel que no hay más que desear. Describe el rabel Al-Farabi, auntor del s. X, y los árabes le llaman rebab el moghani ó rabel del cantor, si tiene dos cuerdas; el de una rebab eshshaer, rabel del poeta, porque acompaña al que canta sosteniendo siempre el mismo sonido, para que el recitante no se salga de tono, Aquí no es rabel del poeta, pues aunque acompaña, es, no un recitado, sino un cantar conocido. El Sr. Roda poseía uno precioso, traído de Marruecos. Bien le dice gritador al rrabé, ó chillador, mejor dicho. Calbi garabi hubo de escribir el Arcipreste: en S. cabel El orabyn; en G. alborayn ba taniendo; en T. cabel el garaui. Calb-i mi corazon, propiamente qalb corazon, -i mi; gharabi, árabe. Es el comienzo de una tonada arábiga, que trae Salinas (De Musica libri septem, Salmanticae 1592, pág. 339) hablando del metro compuesto de «crétito et trocheo», y dice así: «Cuius cantus et saltatio apud nostrates in usu frequentissima solebant esse a mauris, ut reor, accepta, nam verbis etiam Arabicis canitur: Calvi vi calvi, Calvi aravi. Cantum talis est (con notación modernizada):

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La letra arábiga es qalbi gharabi «mi corazon (es corazón) de árabe»; sino que se repite mi corazón (calvi) y la segunda sílaba (vi) antes de decir toda la frase seguida, como hacen los andaluces. Bien se ve que esta letra es la nota del Arcipreste, cantada al són del rrabé: esto significan los dos primeros versos. Tenemos, pues, la tonada, conservada por Salinas, y la letra, conservada por el mismo y por el Arcipreste. No hay, pues, tal instrumento alborain ó orabin, etc., etc., como algunos soñaron. Nota en el primer verso es tono, en el segundo es la letra del canto moro, que ya se había aplicado al rey Alfonso. El salterio, instrumento muy antiguo, de cuerdas fijas, que se punteaban por medio de una especie de dedales en punta, con plectro ó con las uñas. Había muchas variedades en formas y números de cuerdas. Colgábase al cuello, si era pequeño, ó se apoyaba sobre las rodillas. Pueden verse en las Cántigas (Riaño, f. 42, números 2 y 3). Llamóse salterio, del griego psállo, puntear, psalterium en latín. La forma más común era la triangular y con 23 cuerdas, tendidas paralelamente a la base del triángulo, con puentecillos movibles, sobre los que se apoyaban las cuerdas para afinarlas con la colocación de ellos. Tocábase con ambas manos. Mota es un cabezo en medio del llano. J. Pin., Agr., 10, 7: Tal es la vehemencia del amor ardiente con que los justos se traban con Dios, que las motas se les tornan montes altos. Vyyuela de péñola ó péndola díjose del puntearse sus cuerdas con una pluma ó plectro: dos siglos más tarde, al comenzarse á usar la vihuela como instrumento polifónico, dando origen á la riquísima literatura de los vihuelistas españoles, sustituyóse el plectro por los dedos y tomó el nombre de vihuela de mano. En las Cántigas puede verse (Riaño, f. 43, n. 5; f. 46, n. 1) y cotejarse con el de los tratados de vihuela del s. XVI y con el de Fr. Juan Bermudo: la misma comba de sus aros, los trastes (único instrumento que los tiene en las Cántigas) y sus cuatro cuerdas aumentadas ya hasta seis á principios del siglo XVI. La vihuela de péndola de las Cántigas tiene cuatro cuerdas, seis á fines del s. XV, y Fr. Juan Bermudo, propuso ya la adición de la séptima. La guitarra, que á principios del s. XVI se usó generalmente con cuatro cuerdas, tomó la quinta en la misma centuria y la sexta al comenzar el siglo XIX. Sotar, saltar, Alexandre, 252: Reían e sotaban.

[1230]

Medio caño, parece ser lo mismo que el meo canon, que pedía el rey Alfonso IV de Aragón al rey de Castilla para «tomar algún placer con aquellos joglares del rey de Castilla que eran en Taraçona». (Carta «dada en Valencia 19 días andados del mes de Octubre en el año de nostro Senyor de 1329», Archivo Coron. Aragon, Legaj. 6 de Cartas Reales). Es el llamado kanon, kanum, kunūm, del cual derivaron el tricordo, la pandora asiria, el tanbur árabe, llamado todavía kanoun ó ganoun a la francesa escritos, en Argelia y Marruecos. El canon árabe, de que aquí se trata, no tiene la forma trapezóidea de los usados hoy en la India, sino la de una caja sonora en forma de triángulo agudo. Colócase sobre las rodillas, y a pesar de las 75 cuerdas de los mayores, es tan ligero como una guitarra. Los menores ó medio canon tienen 36 cuerdas y aun menos. La caja es de madera ligera, cubierta con membrana como el tambor. Las cuerdas de los mayores son de 80 á 90 centímetros. Puntéase como el salterio, con dos plectros de ballena ó de cañón de pluma, sostenidos por una sortija puesta en el índice y el medio de cada mano. Tal es el medio caño que aquí dice y el caño entero de que habla en la copla 1232. Puede verse en las Cántigas (Riaño, f. 51, n. 4 el entero; fig. 48, n. 2 el medio caño). Es instrumento aristocrático en Marruecos. Díjose del canon, regla, regular, del griego. El harpa es conocida y se halla en las Cántigas (Riaño, f. 47, núms. 3 y 41). Rrabé morisco, ya dijimos; al rabel morisco se parece el que aún se usa en España. Al galope françisco, algún baile ó danza acaso francesa; en S. el galipe, que no ha faltado quien ha convertido en instrumento y acaso tenga razón, sí el galope es el galoubet, «petite flûte à bec» (E. Travers, op. cit., p. 11). Quiere decir que entre estos instrumentos iba la gente alegremente danzando ó trotando, al galope francisco, con la flauta y tamborete, como hoy la guaita y tamboril. La flauta en S, por la rrota de G y T que sin taborete ó tamboril no vale un albérchigo ó prisco, es la que toca á la vez que tañe el taborete una figura de las Cántigas (Riaño, f. 41, n. 4). Rrota ó rotta, francés rote, «instrumento de 3 ó 7 cuerdas, de la clase de los salterios, que se toca con plectro ó con los dedos, menciónase por primera vez en 868 y parece estar relacionado con la antigua lira». (Grove, Dictionary of music and musicians). Acaso en las Cántigas (Riaño, f. 42, n. 1). Tanborete en S. ó taborete en G. es el tamboril que se tocaba con un palillo de la mano derecha y se llevaba colgado con cuerda del cuello, mientras con la mano izquierda se tocaba, y aún se toca, la flauta ó el pito. Hállase así representado en las Cántigas (Riaño, f. 41, n. 4).]

[1231]

Vihuela de arco. Parece ser la de la figura 44 de las Cántigas (Riaño, número 1, y la 48, n. 4): la primera, apoyada en el hombro, de figura muy parecida, si no igual, á la del siglo XIV, reproducida en el Diccionario de Grove, t. V, p. 294; la segunda, quizá una vihuela baja, una predecesora de la viola de gamba. Conviéneles á estos instrumentos el nombre de vihuelas, mejor que el de rabeles, no sólo por tocarse en posición enteramente desconocida de los moros, y haberse por eso tomado el nombre latino derivado de viola, sino porque con el nombre de vihuelas fué adelantando el instrumento, mientras que el rabel, aunque llega con su nombre al siglo XVII (Cerone), desaparece pronto y no parece mudar de naturaleza con el tiempo. Vaylada, lo mismo que balada y baila, tonada y baile. Alex., 1976: Las dolces de las baylas, el plorant semiton. Autos s. XVI, 4, 80. Cata qu' es lindo atinar | y el andar de bailada. El mismo calificativo de dulce le dan el Arcipreste y el Alexandre. Puntar, entonar, de punto, tono, que hemos ya visto (1228).

[1232]

Del caño entero en la c. 1230. Panderete, pandero pequeño. Pandero, instrumento rústico de un cuadro de madera, cubierto de pergamino por ambos lados y en el hueco cuerdas cruzadas, y en ellas cascabeles y sonajillas. Con sonajas de açofar, tabla delgada en cerco, con agujeros, y en ellos alambres con dos rodajas de azófar, para que, meneando el instrumento con la mano, suenen; suelen llevar un parche, como el tambor, para golpearle con la mano y en los codos y rodillas. Gitanilla: Tomó Preciosa unas sonajas. Sonete, son. A. Veneg., Agon., 3, 10: Allí se veran las limosnas, si se dieron con título de caridad ó por sonete de magnificencia y liberalidad. Los órganos, como puede verse en las Cántigas (Riaño, f. 49, n. 1), eran portátiles, con varios tubos de diferente dimensión y un fuelle que les daba aire y era manejado con la mano izquierda, mientras que la derecha toca las teclas del instrumento, que están en la tabla que sirve de base á los tubos. Chançonetas, villancicos festivos, de chanza ó dicho jocoso, casi lo mismo que motete ó breve composición música, sobre todo para la iglesia; en S, chançones. Oña, Postrim., 1, 2, 1: Dejad ya la música consonancia é instrumentos de ella, dejad contrapuntos y motetes. Entre estos motetes y chançonetas se entremete y toca y canta uno, que debía de ser bien conocido, cuya letra era: ¡Hadedura albardana! ¡desdichada albardana! Berc., Loor., 46: Cuydó ser artero, probar por fadeduro. Albardán es bufón, truhán y holgazán; hadeduro, desdichado. J. Enc., 23: Ni andeis hechos albardanes | comiendo vianda vil. Conq. Ultram., t. 44. p. 499: E pagábase poco de joglares nin de albardanes. Cleonard y otros inventan aquí no sé qué instrumento músico y le traen su etimología arábiga de addedar, que diz es el sonido del tímpano ó tambor; pero se entremete entre ellos, esto es, entre los motetes y chançonetas, de modo que es un motete o chanzón particular, y nada más. Es imposible que todos fueran instrumentos; el Arcipreste metió entre ellos danzas y voces, y así en la copla 1229 van cantando una tonada morisca; en la 1230, van danzando al son de la gaita y tamboril; en la 1232, cantan un motete ó villancico, acompañado del órgano, caño y panderete.

[1233]

Dulçema en S, por la gayta de G y T. Debe de ser la dulzaina, flauta dulce, como se usa en casi toda España y la usaron mucho los moros, de quienes dice Cervantes (Quij., 2, 26) que usan «un género de dulzainas que parecen nuestras chirimías». Figura, según esto, en las miniaturas de las Cántigas (Riaño, f. 50, n. 4). Es casi igual á la gaita ó rhaita que traen G y T por dulçema, y que hoy usan los moros, diferenciándose sólo en la forma del pabellón (esférico en las Cántigas, en pabellón en la gaita moderna). Nótese que, tanto en la dulçema del Códice Alfonsino como en la gaita mora actual, hay luego de la caña de la embocadura una rodaja de cuerno, para apoyar los labios cuando se toca muy fuerte. La caña de la embocadura de la gaita mora es un tubo de metal, donde se ata con hilo fuerte un trozo de un junquillo que crece en los ríos africanos, y que es el que propiamente engendra el sonido. Acompáñanla siempre del atabal ó de la derbuqa: con el atabal, en los cortejos de boda y en las fiestas de los santos; con la derbuqa, en las cofradías religiosas de los jhamadjas y aisaguas. La gaita gallega, de todos conocida, es un instrumento compuesto de un pellejo de cabra ó carnero, llamado fol, con cuatro aberturas para otras tantas boquillas donde encajan los tubos del aire: el primero es por donde se sopla para henchir el cuero, y es el soprete; el mayor ó ronco, ó roncón, sirve de bajo, y está junto al soprete, descansando sobre el hombro izquierdo, y consta de tres piezas: prima, segundo tercio y copa; el todo á vara do ronco, con su borla y farrapo; el tercer tubo cae debajo del lado izquierdo, y se llama ronquillo, voz entre el bajo y el tiple ó puntero, ó punteiro, con ellos armonizado; el cuarto y principal es una chirimía debajo del soprete, y la maneja el gaitero con ambas manos y encaja en el cuero mediante una boquilla ó palleta, como la de la chirimía ó del fagot. Hállase la gaita el las Cántigas, en la iglesia conventual de San Francisco de Orense, en la de Santo Domingo de Ribadavia, tocándola un ángel; en la sillería del coro del Monasterio de Celanova, tocadada por un bufón; en el coro alto de la Catedral de Astorga, en el capitel de Mellid, del siglo XI, etc. (Véase Bolet. Acad. Gallega, números, 43, 44, 45, 53). Axabeba, ajabeba, jabeba sin artículo arábigo, especie de flauta de caña, del arábigo الشبابة ashshabbēba, fístula (R. Mort.), flauta, fístola, cítola, instrumento de música (P. Alc. Morg., H. Sev., 4, 5): Un flautado principal de 18 palmos y unas flautas tapadas, unísonas del proprio flautado, unas octavas... unas trompetas y unas xabebas. Albogon. «¿Será el abuaq (jouaq ó djouak escriben los franceses), ó la flauta doble que parece denunciar la leyenda recogida por Casimir Blanc?» Roda, de quien tomo estas palabras, no se atreve á decidir ni á señalar instrumento correspondiente de las Cántigas. Puesto que es aumentativo de albogue, yo me barrunto si será el que traen las Cántigas, y puede verse en Riaño (figura 41, n. 2), ya que, como se ve, es un albogue mayor y es finchado. Que es instrumento de viento y como flauta, con agujeritos para los tonos, está fuera de duda por el ejemplo 41 del Conde Lucanor; por consiguiente, es un albogue mayor. «Et tomó el albogon et añadió en él un forado á la parte deyuso, en derecho de los otros forados, et dende en adelante facia el albogon muy mejor son que fasta entonces facia» Çinfonia, es la que traen las Cántigas (Riaño, f. 46, ns. 4 y 5), y consiste en una caja cuadrangular que se pone sobre las rodillas, y dentro de la cual van las cuerdas sonadoras: la mano derecha da á un manubrio que sale de una de las caras menores, y la izquierda baja unos botones ó teclas, puestas en la cara que toca á las rodillas, por toda su largura. Hoy la conservan los mendigos, lyra mendicorum, y se llama viola de ruedas, samphonia, cinfonia, chinfonia, sinfonia, zampoña, zarrabete, gaita zamorana. (Véase León Gautier, Les épopées françaises, II, p. 70; Braga, Historia das Novellas portuguezas de Cavalleria). Q. Benav., Condes fingidos: Soy Condesa, señor de Chinfonio. | —Esta Condesa creo que la engaita. | —¿Dónde cae Chinfonia?—Junto á Gaita. | —Buena provincia—Rica, alegre y llana. | —¿Qué nombre la provincia?—Zamorana. | Tierra de muchos músicos, que es cosa | que á mi me da gran gusto. Baldosa, instrumento de cuerdas punteadas. En 25 de Agosto de 1587, el Receptor general de la iglesia de Toledo mandó pagar «á Luis Ribera mill ciento veynte y dos maravedis que ha de haber, porque fué tañendo la valdosa el dia y octava de Nuestra Señora.» En 1.º de junio de 1591, «á Juan Ribera dos ducados, porque tañó la valdosa en la procesion del Corpus Christi y su octava.» (Pedrell, Organogrofía musical antigua española, p. 61). Dijose de bandosa, que también se llamó, y de la que habla Aimery de Peyrac, abate de Moissac, en su manuscrito de la Vida de Carlo Magno. Baini (Memoríe di G.P. da Palestrina, vol. 1. p. 110) dice que la bandosa es instrumento di molte corde, Cast., Canc., 2, p. 465: Si saltan de la baldosa | las cuerdas de perficion | ¿sonará alegre ó triste? | No, porque no es cierta cosa | c'a de fallecer el son | porque en las cuerdas consiste | verdad es que la hechura | ó quedar caxa ó pintura | bien al caso pertenece; | mas si las cuerdas fallecen, | fallecerá la dulçura. Odreçillo ya vimos lo que era (c. 1000); corresponde á la tibia utricularis romana, á la que llaman en Europa cornamusa, bagpipe en inglés, dudelsack en alemán, piva ó zanpogna en italiano, musette en francés, cheng en chino. En las Cántigas está representada claramente (Riaño, f. 51, números 1 y 2). Manduria (S), ó bandurria, que traen G y T. Bermudo (Instr., mus., l. 2, c. 68): «Comunmente tiene la bandurria tres cuerdas en la forma del rabel... Está una cuerda de otra por distancia de una quinta perfecta... Quisieron los tañedores que de este temple usan abreviar la guitarra en el tamaño y cuerdas y hicieron la bandurria. Algunas veces tienen este instrumento sin trastes... otras le ponen seis ó siete trastes y aun no bien puestos.»

[1234]

Tronpas. Van casi siempre junto con los atabales y el añafil en los escritores castellanos de los siglos XV y XVI. Están representadas en el Códice de las Cántigas en una miniatura (Riaño, f. 49, números 3 y 4). No parece se usen hoy en Marruecos. Es instrumento marcial de bronce como un clarín, pero retorcido y de más buque y en disminución desde el un extremo al otro. Crón. grat., 3, 19: E venían tañendo trompas e añafiles. Añafil. Usanlo los marroquíes en el mes de Ramadán y en los cortejos de boda. En estos últimos, la música se compone de una ó dos gaitas, uno ó dos atabales y el añafil, que sólo repite una nota de vez en cuando, en el ritmo

Es el mismo representado en el Códice Alfonsino (Riaño, f. 42, n. 4), esto es, un tubo muy largo, y se diferencia de la trompeta bastarda y de la italiana en que éstas tenían el tubo con vueltas ó redoblado, mientras que era derecho el del añafil ó trompeta morisca. Usáronlo pregoneros y heraldos en España, y vino de Roma, donde la llamaban tuba recta. Atanbales (S), ó atabales, que traen G y T. No se hallan en el Códice de las Cántigas, pero sí en otro del siglo XIV (Leges palatinas, Riaño, p. 132). En la literatura castellana figuran siempre como sinónimo de los timbales, que se tocaban á caballo; pero en Marruecos llaman hoy tbal á nuestros tambores grandes. La manera de tocarlos los moros es con un palo grueso que llevan en la mano derecha, y está tallado con adornos en colores, dando los golpes fuertes en el parche que mira hacia arriba, y en el de abajo con una varilla ligera que llevan en la mano izquierda los golpes débiles. Es el atabal una media esfera, cubierta por cima de la circunferencia con pergamino, y se toca con dos palillos rematados en bolas. Estas plaçenterias ó regocijos comienzan con los atabores (c. 1227) de estruendo vago y acaban con trompas, añafiles y atabales, que dejan tras sí el mismo estruendo y el agudo trompeteo, que se oye largo tiempo después de pasar tan magnífica procesión.

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Clerizón ó clerizonte es monaguillo que sirve en el altar ó en el coro á los clérigos con sotanilla y sobrepelliz y además se llama así el que trae hábitos eclesiásticos, sin tener órdenes mayores. Alcaz., Crón., 1, p. 186: Monjes á Alcalá á probar ciertos embelecos de un clerizon advenedizo. Berdones en T, bordones en G, borbones en S. Probablemente de Verdones, que es del Cister en Gascuña. Hay en Galicia dos pueblos, uno Bordones y otro San Pedro de Bordones. Pone este abad por ser del Cister, Orden que pone á continuación la primera como más famosa entonces, desde la reforma de San Bernardo (1112), en la procesión de frailes, clérigos, monjas y todo linaje de gentes, que vienen tras la música honrando á don Carnal. Porque así, es en realidad, que la mayor parte le sirven, y la verdad no debe espantar á nadie. Es una crítica de la relajación de las costumbres eclesiásticas, que nunca llegaron al abismo de aquel siglo. San Bernardo criticó las del siglo XII; el Arcipreste de Talavera, las del siglo XV; en el siglo XVI, Juan de Pineda les da buenos pases en su Agricultura cristiana. Por lo visto, en dos siglos las Cistercienses habían ya bastardeado. Otro buen rapapolvo á las Ordenes religiosas puede leerse en el Libro de los gatos, 53.

[1236]

Çestil en G, çisten en S, Çistel en T, del Cister. Cruzniego, de Cluni, en Borgoña, abadía de benitos, que por eso llama bendito á su abad, y fué la reforma benedictina introducida en aquel Monasterio, y luego en otros muchos, por San Odón (926-943), continuada por San Aymardo, San Mayolo, San Odilón, San Hugo el Magno, en cuyo tiempo (1048-1109), se extendió por toda Europa. Gracias á los documentos sobre las visitas á los conventos de España, publicados por Ulysse Robert en el tomo XX, p. 330 del Boletín de la Academia de la Historia, podemos hoy conocer lo que el mismo Yepes embrolló sin querer. El Monasterio más cercano adonde estaba el Arcipreste era el de San Baudilio del Pinar, ó San Boali, San Boval d'Alpinat, Delphina, que con todos estos nombres se halla escrito el de San Boal de Pinal, en la provincia de Segovia. Reglamentaríamente debía de tener dos religiosos: en 1336 no tenía ninguno más que el prior y un clérigo; en 1392, tenía uno, además del prior. Son conocidos los nombres de los priores Jordanus, antes de 1310, Petrus Sobrini antes de 1336 y Hugo hacia el 1336. En San Salvador de Budiño, cerca de Túy, de los ocho frailes reglamentarios, había dos en 1314, además del prior; tres en 1336, con dos clérigos; no había ninguno de 1337 á 1377, y sólo el prior en 1392. «L'église—dice Robert—n'est pas couverte; il n'y á que des maisons en paille; il ne reste plus de cloître» (en 1392). ¿Será este Budiño, también escrito Bodino, Badino, Bondino, Bordino, el Bordones del Arcipreste? Para muestra de cómo andaban estos benditos frailes y cuán necesitados estaban del solfeo que les da el Arcipreste, óigase al autor citado hablando de todos los cruzniegos de España, verdaderos negadores de la cruz: «L'incontinence des religieux et le concubinage de certains prieurs fut, aussi bien au point de vue matériel qu'au point de vue moral, une des causes de la décadence des couvents clunisiens, une des principales raisons pour lequelles l'ordre de Cluny fut tellement déconsideré en Espagne que, à plusieurs reprises, les chapitres généraux s'en émurent, qu'ils firent venir de cette province des religieux à Cluny pour chercher à les former aux moeurs de la discipline monastique (año 1288, etc.). Les constatations faites par les visiteurs ne prouvent que trop combien peu ils y réussirent.» Añade, que en doscientos años, entre 150 religiosos, halló 30 acusaciones de incontinencia, sin más pormenores, «tous les couvents ont eu leur brebis gâleuses; douze prieurs sont dénoncés comme concubinaires; l'un d'eux, celui de Villafranca, lui-même fils de moine, vit au prieuré avec sa maitresse et ses deux fils, comme s'ils étaient légitimes (1314), celui de Pombeiro (Lugo) no se content pas d'une seule femme, mais pour me servir des termes des actes du chapitre de 1392 il en a plusieurs: á Saint Isidore (Palencia) en 1349 (el Arcipreste escribió su obra el 1343) le sous-prieur et les religieux vivaient tous publiquement en concubinage et leurs enfante étaient élevés au monastère.» Y aquellos señores habían entrado en España con tanto ruido, logrando se aboliese nuestro rito mozárabe y metiéndonos el romano, de donde se dijo: Allá van leyes do quieren reyes. ¡Todo por devoción de la reina al arzobispo que los patrocinaba, D. Diego Gelmírez! Creo que con esto se comprenderá la obra del Arcipreste y no habrá estado fuera de su lugar nota tan larga. Venite exultemus Domino, comienzo del Invitatorio de Maitines, del salmo 94.

[1237]

Las Ordenes militares, que siguen en antigüedad á las ramas de los benedictinos, puestas en la copla anterior. Buenaval, Bonaval, monasterio de bernardos en el Arzobispado de Toledo, fundado en el siglo XII, en tiempos de D. Alfonso el Noble; suprimida su abadía en los de D. Juan el II, se unió al de Montesión, que está á media legua de Toledo. Te amorem, laudamus!, á ti, Amor, te alabamos; por el Te Deum, laudamus del himno conocido. E non ál, y no otra cosa, que al Amor.

[1238]

Síguese la Orden de predicadores ó dominicos, que llama de San Pablo, á quien pretendían imitar, y que dejaban algo que desear, según el Arcipreste. No así San Francisco, que allí no iba, por ser verdadero Santo, aunque si iban franciscanos ó frailes menores y agustinos. ¡Exultemus et laetemur!, del salmo 117, 24: «Haec est dies quam fecit Dominus: exultemus et laetemur in ea». «Este es el día (de Pascua) que hizo el Señor: regocijémenos y alegrémonos en él

[1239]

Trinitarios y Carmelitas, los de Santa Eulalia, que así se llamaban los Mercenarios, y puede verse en la Hist. general de la Orden, por F. Alonso Remón, t. IV, l. II, f. 47. Véanse ambas Ordenes citadas en las Cortes de Alcalá de 1348; acaso, y sin acaso, se traían sus contiendas, como suelen, y más tratando de testamentos ó mandas. «Benedictus qui venit in nomine Domini», «bendito el que viene en nombre del Señor» (Mat., 21, 9: Marc., 11, 9; Luc., 13, 35; Juan, 12, 13), que cantaron á Jesús al entrar en Jerusalén con ramos y palmas.

[1240]

Frayres de Santo Anton, de la Cofradía hospitalaria de San Antón, Orden dedicada á los enfermos, instituída en Viena del Delfinado en 1095 por Gastón, por promesa hecha al Santo si curaba á su hija Guérin del fuego sagrado ó de San Antón, ó erisipela, que hacía estragos entonces en Francia. En España entraron el siglo XII, y de ellos fué la casa de Madrid, al final de la calle de Hortaleza, que después se cedió á los de las Escuelas Pías. A caballeros y escuderos los despabila en dos magníficas pinceladas, porque la sátira va, sobre todo contra el estado clerical.

[1241]

Siguen las monjas ó dueñas de orden, de traje blanco y negro. Pedricaderas, dominicas; menoretas, franciscanas. «Mane nobiscum, Domine, quoniam advesperascit», «Quédate, Señor, con nosotras, que ya cae la tarde», palabras de los discípulos en Emaus á Jesús (Luc., 24, 29). Por eso dice que tañen á completas, que es al atardecer.

[1243]

Es la seña ó perdón de don Amor. Se adona, se adorna y engalana. Pero Niño, 1, 12: Muy apostado e devisado en sus traeres e adonábalos.

[1244]

De aquí se saca la riqueza de París y Barcelona en aquel tiempo, y que las mejores telas eran francesas y los mejores caballos, españoles.

[1245]

Val, contracción de valle. Verso sonoro por armonía imitativa.

[1246]

Inojos fyncados, puestos los hinojos, de rodillas. En aquel tiempo tenían por menguado al que no se enamoraba y andaba por ahí lozaneando y loqueando, hasta los arciprestes y las grandes señoras (dueñas). Todos porfiaron por llevarse á don Amor á su casa, todos se bebían los vientos por tener amores y andaban en ello á porfía, á ver quien más amaba, frailes y monjas. Véase cómo pinta esta podredumbre el Arcipreste con tan hermosa alegoría. Con los frailes (frayría) porfiaban los clérigos, y con unos y otros no menos ellas, las monjas. Cácer., f. 228: Los que profesamos la frailía.

[1248]

Los Monasterios eran los edificios más honrados de todo el mundo, más famosos y célebres. Refitorios ó refectorios, comedores con bonitas pinturas, de los Monasterios, con sus mesas de bien aparejados manteles. El mantel nunca faltó en la mesa española: Comer pan á manteles. ¡Y vaya si estaban bien probados (T) y requeteprobados los lechos aquellos, según apunta delicadamente aquí el Arcipreste con este epíteto ultrahoraciano! En S y G, poblados, que todo es lo mismo.

[1249]

Entonces, como ahora, el clero seglar era pobre y más dispuesto y necesitado de recibir que de dar. Como que todo se daba á los frailes, que dar jamás supieron: Fraile que su regla guarda, toma de todos y no da nada (Corr., 297). Ellos siempre dicen: ¿Qué trae, hermano? Los demás á ellos: ¿Qué se le ofrece? Por huéspedes de aquesta (hecha).

[1250]

Esquilman..., ¡qué verdad es que cada cual achaca al prójimo aquello en que más él flaquea! Fraile franciscano, el papo abierto y el saco cerrado (Corr., 297). Fraile ni judío, nunca buen amigo (Corr., 297). Frailes, vivir con ellos y comer con ellos y andar con ellos, y luego vendellos, que así hacen ellos (Sbarbi, Refr., 8, 146). Ni á fraile descalzo ni á hombre callado ni á mujer barbada, no les des posada (Corr., 208). En fin, á éstos que así hablaban había que decirles: El fraile predicaba que no se debía hurtar, y él tenía en el capillo el ansar (Corr., 87). Todo ello lo dijo el pueblo español, y el pueblo, a la larga, en los refranes no marra. Lo de la bodega viene al cuento de que es la pieza que mejor tenían los frailes.

[1251]

Casa vasia, por lo grande. Grande la galleta, comen bien y beben mejor, e chica la canpana, poco trabajar en la iglesia. Al revés de las campanas de las iglesias, que son grandes para llamar á todos, y los curas comen y beben lo que ellos desechan. Galleta, cántaro de cobre manual, con un caño torcido para echar el licor que contiene, de que suelen usar algunas religiones en el refectorio para echar el vino. (Dicc. autor.). El fraile cucarro, deja la misa y vase al jarro (Corr., 87). Por eso dice que tienen chica la canpana. Como se ve, el Arcipreste aprovecha la ocasión para zamarrearlos á unos y á otros, á clérigos y frailes, zamarreos llevados al cabo por ellos mismos entre sí lo cual tiene mucha más gracia, y así, nadie se amohine contra el Arcipreste, que aquí está callado, dejándoles a ellos que se repelen a su sabor.

[1252]

Tajadores son los platos (c. 1339).

[1253]

Dados plomados, con plomo metido en un lado del dado para hacer fullerías. Los caballeros con su gana de ostentar grandeza, andaban á la cuarta pregunta. Baena, p. 483. Por quanto te lanço los dados plomudos.

[1254]

Alfamares, tapetes, reposteros, del arábigo: habla de los de las mesas de juegos ó tableros. De jaldetas, de oro, como los jugadores: de jalde, color amarillo. Quij., 1, 18: Aquel caballero que allí ves de las armas jaldes. Son grandes jugadores. Para recibir del rey la soldada por los servicios son prestos; tardos para irle á servir á la guerra, por las continuas escaramuzas que tenían con los moros los que guardaban los castillos fronterizos, de las fronteras del reino. Costumeros, tardos, remolones.

[1255]

Dijeronle las monjas: Déjate de todos esos, sírvete venir con nosotras, que con ellos no tendrías regalo (viçio), que son unos pobretes fanfarrones, que no tienen mas que presuncion. Bahareros, como en Aragon bafaneros, el que bafanea, fanfarron, ó en Murcia vahanero y como bahurrero: sufijos -arero y -areno, de bafar ó befar, propiamente echar el aliento ¡baf!, de donde burlar. Alex., 395: Que cuemo diz Omero, non quiero yo bafar. Lo del celicio es ironía muy salada.

[1256]

Afiusiavan en S y T, afusiavan en G, prometían, daban confianza ó fe de, de a-fiuci-ar ó a-fuciar, de fiucia, fucia, ó hucia que sonaba lo mismo, de fi(d)ucia(m), confianza. J. Enc., Bibl. Gallard., 2, 896: A la mi fé no te ahucio (=afucio) | ni quiero tu placenterio. Id., 67: Hucia en Dios que no se irá.

[1257]

Sonetes, aquí meter ruido, como mal bollyçio en la copla 1255, y pocas nueces. Rrisetes, sonrrisas, de riso, risa. ¡Todo esto es maravilloso! Pues lo del dormitorio!

[1259]

Vandero, parcial, como banderamente, parcialmente (Nebrija: Factiose); de banda, lado, partido. Rrehertero, que causa reyertas.

[1261]

¡Me crié en amores desde niño, dice el clérigo de aquellos tiempos!

[1262]

Fué por fuí. Andude, pretérito del tema participial andud-o, andar, como estudo de estar, y -udo, á gusto en otros participios.

[1263]

Peroque, pero, aunque. ¡Los medios del amor quedan en casa del clérigo!; pero el Amor mira por todos.

[1266]

Es parafrasis del Alexandre (2376), del cual se acordó el Arcipreste también en la copla 1081.

[1267]

Un marfyl, cuerno de elefante, hueso de alfil ó elefante en árabe. Maste en G, mastel en S, mástil.

[1269]

Otra prueba de que escribía en Toledo. Bever, un vaso de bon vin, que dice Berceo: es la propina del juglar.

[1271]

Las cuatro estaciones del año. Los tres caballeros son Noviembre, Diciembre y Enero. En el margen de G invierno. Caballeros son los del invierno, que es tiempo pobre y en que nada se coge y sólo se gasta lo allegado, como saben hacerlo los caballeros. Están juntos los meses, que no cabe el canto de un dinero entre ellos y sin embargo se hacen muy largos. Al margen en G: N. e, esto es, Noviembre.

[1272]

Establyas, en S estabrías, establos.

[1274]

Al margen de G: Desienbre, Salpresa, aderezada con sal y apretada, que se conserve, de preso. Bibl. Gallara., 1, 1230: Con anchova salpresa. Se sopla las manos de frío.

[1275]

Cocina, el potaje ó menestra de legumbres y garbanzos, etc., esto es, la olla vulgar. Barahona, p. 733: Cuajada (la panza) de cocina y de pan bazo. Enclaresçía, enclarecer, aclarar. Almueças, echándole á pares almuezas ó almuerzas de yeso u otra cosa. Almueza en Palencia, lo que cabe en las dos manos juntas ahuecadas. Suárez, Doctr. Caball., 1, f. 23: De la cual darase cada mañana á la bestia una almueza... Dénsele á vuelta de la cebada una almueza llena de trigo. Queça, quiza, como en gallego, túnica, como al-quicel ó al-quice, del arábigo الکسا al-quise, lodex (R. Mart.), alquicel (P. Alc.), Bibl. Gallard., 1, 578: Desnuda en una queça | lavando á la fontana | estaba la ninna loçana. El de las dos cabezas es Jano, como lo pintaban, que mira atrás y adelante, y de él Januarius, Enero ó tercer caballero.

[1276]

Capada en G, en S y T capirotada, aunque no consta el verso: especie de olla podrida, mas selecta y aparatosa, de carne de cerdo, perdices y salchichas ú otras viandas, todas asadas y partidas en pedacitos, con torrijas de pan, en lechos alternados o tongadas, y espolvoreado todo con queso rallado, y se sazonaba con pimienta, nuez moscada y gengibre. Hecha sobre el platel una buena pirámide ó capirote de esto, recubríase con huevos estrellados y encima una salsa trabada de varia composición en general de huevos batidos, queso rallado, ajo, caldo y azafrán. En fin se doraba el todo en el horno. La fricassée es una capirotada. Acosta, H. Ind., 4, 17: Hacen capirotadas de ello. Capada acaso por las tongadas. Yergos, yezgos, especie de saúco. Véase en Monardes (c. 25) la receta del vino florido con «flor de sahuco...» Agudo, vivo, con viveza, presto, úsase en Palencia. S. Badaj., 1, p. 343: Cuando la ví muy aguda | tirar ropas de viuda.

[1277]

Collaços, criados, y se usa en Extremadura, vasallos. Fuero Brihuega. H. Nuñ.: Manda y haz y no daras pan á collaz. Otalora, De Nobilitate cap. ult.: Mas debe dar por juradores, que sean caballeros ó infanzones, señores de collazos... ó pechar los collazos ó collazo tal como aquel ó aquellos por quien había jurado. Mas querria traer vestido de pieles en casa, que loriga en la guerra.

[1278]

Fijosdalgo son los tres meses de primavera, que tienen ya algo y no como los caballeros del invierno, porque la tierra empieza á dar de sí: Febrero, Marzo y Abril. Vigas de Gaula, de Gales. Los meses de invierno son largos como madero y no están separados por el canto de un dinero: el madero de quemar para calentarse y el dinero que entonces escasea. Los meses de primavera no se alcanzan con las vigas de Gales, ni cabria entre ellos un cabello de mujer (Paula, chica dueña, cual las prefiere él), porque la primavera á omes... mételos en amores (c. 1281), como los del Amadís de Gaula, al cual alude y se conocía ya antes de 1325 (Leng. Cerv., II, Amadís), y ellos e ellas andan en modorria, que no los separa un cabello de la dueña chica (c. 1284). A esto viene lo de Gaula. Al margen de G: Verano.

[1279]

Al margen de G: Febrero. Febrero el curto, que mató á su hermano á hurto (Corr., 495). Es frecuente hacer sol y buen tiempo en los primeros del mes, que es sacar Febrero al sol á su padre ó á su hermano Enero, como dice el otro: Febrero el loco sacó a su hermano al sol y apedreolo, y venir después lluvias y granizo, que es lo que dice: Oras triste... Anciano, viejo no sólo de personas, Berc., Sacr., 97: Anciano tiempo. Verano, la primavera, ó mejor la segunda parte de la prima vera. P. Esp. (Rodr. Marín, p. 38 y 366). Pero Correas (p. 368), dice: El vulgo divide el año en invierno y verano; los astrólogos y escritores, en cuatro partes: en verano, que comienza en Hebrero y acaba en Abril; en estío, otoño invierno.

[1280]

Alhiara ó aliara, como dicen en Extremadura, vaso hecho del cuerno vacuno por los pastores y que en Castilla dicen cuerna.

[1281]

Al margen de G.: Março. Mes en que renace la naturaleza y los amores, de suerte que los diablos entran en función.

[1283]

Remecer, menear. J. Pin., Agr., 23, 20: Se comenzó á remecer para la salir á recebir. Abades, curas, todavía en Galicia. Obladas, ofrendas que llevan á la iglesia por sus difuntos, como bodigos; de ob-lata of-ferre.. En Salamanca dicen ofrecer al llevar la mujer durante la misa y antes de la consagracion un bollo, una jarra de vino y una vela. Lazar., 2: Vino el mísero de mi amo y quiso Dios que no vió las obladas que el angel había llevado. Con ocasion de las obladas el diablo enzarza con las dueñas á los abades!

[1284]

Antes vereis cuervo blanco (de lo imposible) que dejaran de asnear. Hay quien dice haber visto cuervos blancos (Martín del Río, Disquis, magic., p. 205). Corr., 376: Cras crastinando, dijo el cuervo y no sé cuando se tornará blanco. Modorria es el ponerse modorras las ovejas por el calor, que por evitárselo en la cabeza, la meten cada una entre la panza de las demás, apelotonadas todas. Así dice que andan ellos y ellas, Arciprestes y dueñas. Terrible crítica de costumbres, que no acabaron, ¡mal pecado! con aquel siglo: ¡aún colea! ¡Y quisiera Dios que con muchas de las que se comen los confesonarios no hubiese semejantes modorrias!

[1285]

Estos asnos son tan bípedos como los de las asnerías de la anterior copla. ¿Quién no sabe por qué rebuznan en viendo faldas? Esto lo puedes provar, al volver de la esquina ó al salir del umbral. Hasta que pasa Agosto con su calor; aunque los hay que lo conservan todo el año y no acaban de ser asnos.

[1286]

Al margen de G: Abril. Estacas, palos ó ramas que se plantan, sobre todo de olivo: Plantar á estaca. Comienza á tronar.

[1287]

Los meses del estío, Mayo, Junio y Julio los llama ricos omes, porque el campo da la cosecha. No cabe una punta de lança, por ser la época en que se hacían las expediciones guerreras. De Mayo á Junio grana lo labrado, de Junio á Julio acaban casi de un golpe de hacerse los panes.

[1288]

Al margen de G: Mayo. Como nada queda ya de la cosecha pasada y comida, se entra por el corral y se come cabras y gallos y se va á pescar. El rruybarvo se usaba en salsas y guisados, como hoy en la repostería inglesa.

[1289]

De la siesta, del calor. Tyesta, cabeza. Enfiesta, erguida, alta, ó enhiesta, que era como sonaba. Floresta es el bosque, forêt, forest-al.

[1290]

Al margen de G: Junio, tiempo de la siega. Alhoz ó alfoz, cañada, valle. Bebras, de bif(e)ra(m), de donde por metátesis breva. Agras nuevo, la uva todavía en agraz.

[1292]

Al margen de G: Julio, mes de la trilla. Panes ó mieses en S. El tavano molesta al asno.

[1293]

Helyçes, de hiel-o (?), como quien dice hel-izo. El tábano se les entra en la nariz, por lo que la bajan por restregársela en el suelo, les sale sangre y es horrible molestia para el caminante, como yo lo he experimentado. Cuélguesele un cardo delante de la nariz y por miedo de espinarse no la bajarán. Así lo hacen los tíos.

[1294]

Los meses de otoño, Agosto, Setiembre y Octubre son para los labradores, que alzan la cosecha (todos una carrera): uno tras otro ansiosamente se esperan por el ansia de recogerlo todo. En frontera, por ser el último del año agrícola, que que es el que, como se ve, describe el Arcipreste.

[1295]

Al margen de G: Agosto Beldar, ablentar con bieldo, usado en varias regiones. Gallo, Job., 24, 6: Al beldar del trigo propio echan ojo al que es ajeno. Otoño trae dolencias a los viejos, curas ó cuidados de menguas á los labradores.

[1296]

Al margen de G: Setienbre. Carrales, como garrales, para vino; aprietales los aros. Esconbrar, quitar de enmedio limpiando. Fons., Am, Dios, 25: Con un cierzo que limpia el cielo y le escombra. Cercar, poner cercas.

[1297]

Al margen de G: Otubre. Ero, tierra de labor.

[1302]

Todos los que se dan á amores son carnales.

[1304]

El invierno el Amor se lo pasa en tierras templadas de Andalucía y por allí campa y se lozanea: por eso quedó sin verle el Arcipreste. Andut' por andude, del tema andudo, por anduve.

[1305]

Alaba las buenas costumbres de Toledo respecto de Andalucía y otras tierras. Hacerle del dedo, llamarle por señas del dedo ó mano.

[1306]

Almagra, almazarrón, y aludirá á algún edificio donde habría amores, y que hoy no es fácil deslindar; pero almagrar díjose por señalar y por arrebolarse las mujeres. Mingo Rev.: Non lo cura de almagrar. Señalar, ca el buen pastor ó el dueño del ganado tenido es de lo almagrar y poner en cada res su señal... Almagrar es señalar. Barbad., Corr. vic., 252: No solamente se arrebolan y almagran (las mujeres).

[1308]

Lobuno, partidario del lobo, de quien se arredraban aquellas ovejas de Cristo.

[1309]

Mucha observancia en los Monasterios, pero poca caridad, á no ser de pico; en fin, como en mucha gente beata, que olvida lo de Cristo y San Pablo, que sin caridad, por muchas virtudes que se crea tener, no es uno más que un badajo de campana, la cual se queda en la torres sin entrar en el templo con los demás á quienes llama. Rrahez, ruin, villano, es acogerse uno donde no se halla bien.

[1310]

Perd-udo, perd-ido.

[1311]

Lastro y lasto, posverbal de lastrar ó lastar, penar, padecer, pagar lo debido. Cácer., ps. 68: Parece que dieron carta de lasto contra mi persona y bienes, sin deber yo á nadie nada, pago por todos á todos. Valderr., Ej. Fer. 4 dom. 4 cuart.: Las lanzas que bajan en esta nube allá las lastrastes en el mundo, que acá no hay lanceros que las hagan ni madera de que se corten los grillos y cadenas que os han de aprisionar en el cautiverio. L. Fern., 129: Harto lo tengo llastrado | y trabajado | en pasar vida tan triste. Castro Urdiales, donde no se pasa mal la Cuaresma con tan rico pescado. Recibiéronle bien por dejarse de carnes; pero no comiéndola allí nadie, por ser barato el pescado, tenían por padrastro á don Amor, que á una va con don Carnal, á quien no pueden ver los pescadores. Rrastro, las gentes que siguen á don Amor y á don Carnal, y alude al significado de lugar donde se matan las reses. Quij., 2, 20: Que cada una cabia un rastro de carne.

[1312]

Dola á Santa Quiteria, la quito de mí ó me quito de ella. L. Grac., Crít., 1, 12: Tomasa por lo que toma y Quiteria por lo que quita. La feria de Alcalá fué de las principales de aquellos tiempos. A ella y á la de Brihuega, concedida por Enrique I á esta villa, hizo merced Alfonso XI de ciertas exenciones en beneficio de los mercaderes que «iban á ellas». Famosas eran la de Segovia por sus paños, la de Palencia por sus mantas, la de Toledo, por su bonetería, las de Madrid, Valladolid, Burgos, Astorga, Peñaranda, San Sebastián, Villalón, Medina de Ríoseco y Medina del Campo. En las de Alcalá y Brihuega daba carta el rey contra los caballeros que iban á robar y alborotar con criados armas y caballos y no se dejaban prender. El Amor está aquí pintado como uno de ellos, pues iba á la feria de Alcalá y á andar la tierra dando á muchos materia (S), ó lasería (G). Que en todas estas ocasiones es donde él hace de las suyas y saca la tripa de mal año. Por algo se dijo que «Ni antruejo sin luna, ni feria sin puta, ni piara sin artuña.» (Corr., 209). Sancho IV encargó á los merinos de la tierra castigar á los malhechores que robaban y detenían á los hombres buenos que iban á las ferias y mercados (Colmeiro, Introd. Cort. León y Cast., p. 180); con todo, de aquí se dijo Vaste feria, y yo sin capa, ó porque no la compró ó porque se la quitaron, y lo de feria y pendón verde, ó sea la gente maleante que andaba por ferias y bodegones. En 1305 dió Fernando IV una carta en Medina del Campo para que no se tuviesen ferias en otros lugares al tiempo que se hacían las de Brihuega y Alcalá. (Véase en la Bibl. Nac., Mss. 13096 pág. 29).

[1315]

Domingo de Quasimodo es el siguiente al de Pascua de Resurrección, así llamado por el comienzo de la Epístola que se lee aquel día. En Salamanca llaman al lunes siguiente Lunes de aguas, por las del bautismo de los catecúmenos, que también dió nombre á la Dominica in albis, por el traje blanco que se les vestía. Celebran dicho lunes los salmantinos merendando en el campo, y á esta tradicional costumbre alude el Arcipreste en las bodas, cantares y fiestas. Torna á hablar el clérigo mundano.

[1316]

Puñé, pugné.

[1318]

Faltan G y T hasta la copla 1332. Con mucha ufana, orgullo, engreimiento, como uf-ano, de uf-ar, bufar, resoplar. Bibl. Gallard., 1, 478: E fengir de gran ufana | de nonada vos sentís.

[1319]

Enbiele ya que, algo, algún regalo, Robré, firmé: robrar, firmar, de rob(o)rar(e). Berc., Mil., 842: Con su seyello misme robró esa labor. Non le pequé, no le hablé mal, como la otra vez.

[1320]

Do non... Corr., 9: A do te quieren mucho, no vayas á menudo. (Porque no canses.) Id., 292: Donde bien te quieren, irás pocas veces; donde mal, nunca irás.

[1321]

Hácese procesión de rogativas, según ritual. Ventura, aventura dichosa. Flores de filós., p. 18: Id á buena ventura, mas mienbreos atanto que.

[1323]

Con antípara, como con encubierta, disimulo; es cárcel ó biombo, de parar delante. Quev., Mus. 6 r. 8: El que segundo llegó | un manto fué de burato; | malhechor de madrugones, | y antípara de pecados. Como la marroquia, la mora de las coplas 1508-12, que la dejó corrida y avergonzada, como al que sacan á la vergüenza azotándole con vara, que se decía correrle la vara. Se para, se ofrece, está dispuesto.

[1324]

Tomar afan, trabajo, como afanar. Trag. Policiana, 21: Yo ha que vivo del afan de estas manos (habla un labrador).

[1325]

Travesero, almohada que atraviesa el largo de la cabecera. Muñ., Fr. Bart., 4, 29: Tomando las sábanas y travesero, lo rasgaban todo. Avieso, acaso como vieses de tela ó de encajes para sábanas: vale torcido, y como sustantivo, extravío, mala costumbre (Tesoro, A, 79).

[1328]

De la Primera, de buenas á primeras, antes de hablarle yo. Santill.: Quien al lobo envía, carne espera.

[1329]

La tortolilla, como ave sencilla, pregunta en el reino de Rrodas, esto es, donde ruedan y andan las mujeres rodando de amor en amor. Ella, símbolo del amor sencillo y verdadero, reprende ese mudar de amantes y buscar tan sólo para casarse el interés, en vez del puro amor que ella usa. Es copla simbólica y crítica de los amoríos. Apodas, nombre ficticio, del posverbal de apodar, estimar, calificar, como apodo, esto es, con caballero muy estimado, calificado. Herr., Agr., 2, 34: Un balaj, que le apodaban en una ciudad.

[1331]

¿Adolo?, ¿a do ello?, ¿dónde está ello? Ya lo declaró Rodríguez Marín en Barahona, p. 813. En Lagr. Angel.: Qué veneficio? ¿si hay alguno, adolo? L. Rued., Eufem.: Adolo? donde van? Corvacho, 2, 1: ¿Quién lo levó? Adolo este huevo? Fé aqui, he aquí, aquí tenéis un buen amor, como buscado por buena amiga. Cid, 485: Fellos en Casteion. Id., 1335: Fevos aquí las señas, verdad vos digo yo. Don Polo llama la vieja al clérigo enamoradizo, en torno del cual ella anda sirviendo, y al cual mira como los navegantes á la estrella polar.

[1332]

Nin salirá á conçejo, ni se hará público el hecho. Sobejo, adverbio, abundantemente.

[1334]

Letuario, electuario, del bajo latín electuarium, eligere, elegir, confección de polvos compuestos, pulpas ó extractos, con jarabe de azúcar o miel. Eran los medicamentos antiguos por excelencia. El Abad Nilo dijo en el siglo XI que el cocinero mayor del infierno era Nabuzardan, quien, ayudado de Ademuz, primer panadero, cada día saca á vender sus nefandas invenciones para perdición del hombre, pues ni Dios le crió con salsillas ni Adán supo de guisados, despensas, repuestos, botillerías, golosinas y otras monstruosas invenciones. San Bernardo en su Apologia ad Guillelmum abbatem enumera no pocos guisotes y maneras de aderezar los huevos. El Arcipreste critica aquí las amistades monjiles y las golosinas con que regalaban á sus amigos. Diaçitron, la corteza de la cidra confitada y cubierta, de citrus, cidra. Pragm. Tasac. año 1680, f. 48. Codonate, carne de membrillo, el cual en catalán suena cudon, de cydoniu(m) (malum) (Properc. 3, 11, 17), de κυδώνιος, de la ciudad de Cydon en Creta. Hállase en farmacopeas antiguas. Otros letuarios de nueces y de viles zanahorias.

[1335]

Cominada, debía de ser alguna conserva con cominos, así como Alexandria, epíteto de la misma ó de otra venida de Alexandría, de donde dice (c. 1338) llegaban no pocas: que los árabes se pintan solos para estas dulcedumbres ó jhaláui, como las llaman y las presentan en bandeja á todo visitante que llega a una casa. Diagragante, el diagarganto Nicolai, cuya receta pondré según la trae Jubera (Dechado y reformación de todas las medicinas, Valladolid, 1578, cap. 131), por si alguien gusta hacerlo y saborearlo: «Tragacanthi uncias duas; gummi Arabici unciam unam et drachmas duas; amydi uncie semissem; liquiritie drachmas duas; penidiorum uncias tres; camphore scrupuli semissem; syrupi violati quod sufficiat: fiat electuarium.» Diarrodon abbatis, corrijo por el diaçitron abatys de S., en T. alatris. Es el diarhodon Abbatis de Nicolao, que cita Villalobos (Poes., p. 364) y dice ser contra el canino apetito; de rhodon, rosa. Allá va la receta, según Jubera (c. 127 y 128): «Sandalorum alborum et rubeorum ana drachamas duas et semissem; tragacanthi, gummi Arabici, spodii ana scrupulos duos; asari, spice, mastichis, cardamomi, croci, lignialoes, gariophyllorum, gallie muscate anisi, maratri, cinnamomi, fucci liqueritie, rhabarbaris, semim. basiliconis, berberis, scariole, portulace, papaveris albi, citruli, melonis, cucumeris, cucurbite ana scrupulum unum; ossis de corde cervi, margaritarum ana scrupuli semissem; saccari candi, rosarum ana unciam unam et drachmas tres, camphore terciam partem unius scrupuli et grana septem; musci grana tria et semissem; syrupi facti de aqua rosata quod sufficiat: fiat electuarium.» El diarrodon lo cita también passim Gordonio Libro de Medecina, por ej., f. 66. Si le parecen pocas las cosas con que se regalaban aquellas monjitas, todavía quedan el gengibrante, de gengibre y el diacymino de Nicolao, cuya receta es (cap. 130 Jub.): «Cyminis prius infusi in aceto per diem, deinde exsiccati drachm. octo et scrupulum unum: cinnamomi, gariophyllorum ana drachmas duas et semissem; zinziberis, melanopiperis ana drachmas duas et grana quinque; galange, thymbre, calamenthi ana drachmam unam et scrupulos duos: ameos, levistici ana drachmam unam et grana decem et octo; macropiperis drachm. unam; nardi, carui, mastichis ana scrupulos duos et semissem; mellis quod sufficiat: fiat electuarium.» No lo traduzco no vaya á caer en la tentación de hacer este potingue la gente menuda y se envenene. La rosata novela de Nicolao comprende otras catorce cosas, sobre todo las rosas, vea la receta quien guste en Jubera. Con rosas también se hacía miel rrosado. El diantioso en S., ó día antosyo en G., de dianthum, dianthon, de ἁνθος flor, antídoto descrito por Myrepsus y citado en las antiguas farmacopeas de Londres, con el nombre de species dianthi: eran polvos compuestos de no menos sustancias aromáticas y excitantes que los eletuarios anteriores.

[1336]

Adragea ó dragea ó grajea, es conocida y vino de Francia. Baena, p. 519: Por no ofreçer | de mi adragea, sy quiera un bocado. El alfeñique se halla en escritores árabes para el azúcar con el cocimiento de cebada, aromatizado con alguna planta olorosa (Diccion. de Farmacia del Colegio de Farmacéuticos de Madrid). Baena, p. 424: Mas porque ssepamos quien çena alfeñique | ó carne de toro ssalada, muy tyesta. Estomaticon era en la antigua farmacopea el emplasto de estoraque, y electuario estomático un compuesto de pimienta, raíz de énula, cálamo aromático, hinojo, azúcar y miel (Formulario antiguo de Alvarez). Hay también un elixir estomáquico, de alcohol, ajenjos, ruibarbo, genciana, corteza de naranja y cascarilla. Habla del estomaticon Jubera (c. 1600). Gariofelata, en G gariofelaera, en T gariofleta, en S garriofilota, propiamente como corrijo; debe de ser la cariofilata, planta rosácea, científicamente geum urbanum, muy común en España, llamada hierba de S. Benito: tiene olor de clavo y es aromática por lo mismo: de caryophilli ó clavos de especia. Laguna, Diosc., 3, 1: Cuenta el Fuchsio entre las especies de la Betonica aquella planta vulgar que llamada Tunica, Garyophylea y Betonica coronaria, de algunas se dice clavel en España, por ser olorosa su flor como los clavos de especias; de la cual se halla silvestre y domestica; y dado que de ninguna dellas nos sirvamos en casos de medicina, todavía el agua destilada de sus olorísimas flores ansí bevida como dada á oler, rehace los espíritus resolutos y es cordial en extremo. Hacese de las mesmas conserva para corroborar la virtud vital. Del Diamargariton escribe Jubera (c. 134 Y 135): «Margaritarum praeparatarum unciam unam; coralorum rubeorum, alborum, tragacanthi, omnium sandalorum, seminis acetose, rasure eboris ana drachmas tres; florum cordialium, nenupharis, sete crude ana drachmas duas; seminis, grane, spadii, portulace, scariole, lactuce, endibie ana drachmam unam; coriandri praeparati, ossis de corde cervi, boli Armenici praeparati, lignialoës ana drachmae semissem; camphore scrupulum unum; panes auri et argenti ana numero sex: fiat pulvis, ut artis est. Queda también á voluntad del que lo ordenare aromatizarlo con algún grano de musco ó ambra, si viere que conviene.» En Villalobos (Poes., p. 357) es medicina cordial contra el tremor de corazón, llamado cardiaca y de él habla Jubera (Dechado y reform., f. 161). Tras esto bien podían chuparse los cinco mandamientos. ¿No se burlará aquí el Arcipreste de médicos, farmacopeas y tecnicismo tan endiablado de unos y otras? Del Triasandalos dice Jubera (c. 133): «El Triasandalos de Nicolao se sigue, el qual lleva Sandalorum alborum, rubeorum, citrinorum, rosarum, çucari ana solidos duos; rhabarbari, spadii, sueci liquiritie, seminis portulace ana solidum unum et semissem; amydi, gummi Arabiçi, tragacanthi, quatour seminum frigidorum maiorum scariole ana solidum unum; camphore scrupulum unum et semissem; syrupi rosati quod sufficiat: fiat electuarium.» En S tria sandalix, en G tria sandel, en T cria sandaly. Todos estos nombres están trabucados en los códices; corríjolos por Jubera y otros autores. Diasaturion, en S diasanturion, en T diasatagicon, debía ser bebida hecha con el satyrion ó trifolium, σατὑριον τρἱφυλλον, del que dice Dioscórides (Lag., 3, 137): La flor blanca y como aquella del lirio; la raíz bulbosa, gruesa como una manzana, roja por de fuera, por de dentro blanca, ni más ni menos que un hueso y dulce y sabrosa al gusto; la cual conviene beber con vino negro y austro, contra el opistotono. Usaras también della, si quisieres satisfacer á la dama, porque, según dicen, despierta y aguijonea la virtud genital. Sirve, pues para doñear, en el sentido que da á este verbo Monardes y en el que en sí lleva el nombre griego de esta planta, propia de sátiros ó doñeadores, y es el que dice Dioscórides. R. Cota, Dial.: «Convertir el impotencia | en muy potente virtud... | estincos, sateriones, | atincar nin otros gastos.» Saterion es el saturion y el atincar ya lo vimos.

[1337]

Baldonado en T, bolando en S, bollando en G. Tirado y rodando por lo abundante, despreciado, echado á la balda. Celest., 3, p. 41: Como viviría siempre pobre e baldonado. Candy, azúcar piedra ó cristalizado. Según esto no sólo era conocido entonces en España el azúcar refinado, sino el cristalizado, cuando en Francia no se conoció hasta mediado el siglo XVI. Pero no se puede asegurar tuviera entonces el valor que ahora. El azúcar refinado traíase sobre todo de las islas de Grecia y de la de Candía. Era el azúcar cocido cuatro ó cinco veces, con lo que quedaba duro, blanco y cristalizado: era el que había sustituido al saccharum de los antiguos. Azucar rrosado se hacía como los esponjados, volados ó azucarillos de hoy y se usaba para tomar con él agua fría. En la obra de Farmacia de Dorvault es el azúcar cocido con agua teñido, con la cochinilla y aromatizado con rosas. En Jubera se habla de los jarabes rosado (c. 9 á 11) y violado (c. 12). Por ejemplo: «Conserve violate infuse in aqua ferventi quantitate sufficienti, per horas tres, libram unam, colature adde saccari albi libras duas, fiat syropus, ut decet.» Açucar de confites debió de ser como el de pila, unos piloncitos como bellotas grandes, especie de golosina que se traía en escarcelas ó pequeñas cajas de grajea.

[1338]

De estas poblaciones se traían y Monpelier es bien conocida por su escuela médica. Especia y especie ó clase era entonces todo uno. Las especias traídas de Oriente por los cruzados llegaron á España por los puertos de Levante, Valencia sobre todo. Llama el Maestro Chírino especias agudas á la pimienta, el clavo, nuez moscada, etc. Servían, no sólo para sazonar los manjares, sino que se mezclaban con el vino y otras bebidas, como se vé en Monardes. Et vi ab piment que cita Pedro IV de Aragón en sus Ordinations se estudia en la Sevillana Medicina, y Arnaldo de Villanova dió recetas para el nectar, en que entraban la canela, el gengibre, el clavo, grano del paraíso ó malagueta de África (amomum grana paradisi), azúcar ó miel y un grano de almizcle. Usábase además el anís, cubeba, garingal (raíces de galanga, planta indiana), y bayas de cedro rojo, guindillas, resina y bayas de enebro. Colón añadió á todas éstas el pimentón al volver de América. Hemencia, vehemencia.

[1339]

«El mejor vino que se a aqui bermejo es el de Toro; este es caliente y seco en segundo grado, y es de gran esfuerço y de gran govierno» (Monard., Sev. med., c. 25). «El primer catamiento segun la natura de las viñas, ca el que es de uva valadí es bermejo y dulce y es bueno luego para lo bever y malo para adelante, ca se torna malo» (ibid.). El mejor vino blanco de por allá añade que era el de Madrigal, así como el de Toro el mejor tinto. Hy, allí. Por valadi de S y T, trae G. de Valladolid.

[1340]

Ssyn, además de. Dueñas de sueras, eran las damas aristocráticas, como quien dice, que cavalgaban en ellas (c. 449).

[1341]

Largas, generosas. Doneaderas, que dicen donaires, que donean.

[1345]

Byenandante, afortunado. Conde Luc., c. 45: Non ha en el mundo tan grand desventura como ser home malandante el que suele ser bienandante. Cadaldia, cada día, todos los días, H. Núñ.: No es cadaldia pascua ó santa Maria.

[1346]

Garoça, nombre de la monja en T y S, Garçota en G; pero ha de ser Garoça, para que consuene (c. 1392). Garoça parece ser el arábigo عروُسَة, gharāsa, desposada, esposa del Señor, como quien dice, Me lo comedí, me lo tramé, pensé.

[1348]

Ortelano en G, ortolano en S, hortelano, de hortulanus, S. Badaj., 2, p. 133: Entra el ortolano con una azada al hombro.

[1350]

Cabe, junto á. Abivo, en S, rrebevió en T, revivió. Forado, agujero, de foratu(m). Celest. VII, p. 94: No ay cosa mas perdida, hija, que el mur que no sabe sino un forado. Rrasa, llana, por donde pudo deslizarse.

[1352]

La siesta, bien entrado el calor del estivo ó estío, de aestivu(m).

[1355]

Donde, de onde. Adama, arbitrio conveniente, remedio apto, del mismo tema que adeza, conveniencia (Alex., 1714) y adiano, etc. La l no impide la rima en alma, etc. (c. 1442).

[1356]

Malesculcada, pisoteada, despreciada, de esculcar, buscar escarbando con los pies, como inculcare y conculcare, de calcare (Rosal), de donde inquirir, espiar, esculca, espía. Lope, Prim. rey Cast., VIII, 64: Y dende yo esculcaré | en adelante el monte. En T descolcada, por eso corrijo el escultada de los códices S y G.

[1357]

Lebrero, lebrel.

[1360]

¡Halo, halo!, de animación, como ¡hala!, ¡ala! Cid, 2351: ¡Ala, Pero Vermuez, el myo sobrino caro!

[1361]

Irsele por piés. Comed. Florin, 12: Viene enojado de unos que se le fueron por pies. Esquivar, huir de. Quev., Mus. 4, s. 44: La gente esquivo y me es horror el día.

[1362]

De rrehez, fácilmente, como rafez, rahez, raez, rece. Vald., Dial, leng.: De raez hacemos rece, que vale tanto como fácil y está celebrado en el refrán que dice: Huesped que se convida, rece es de hartar. Berc., S.D., 246: Qui buscar la quisiere, rehez la trobará.

[1363]

Peoría, daño mayor. Leruela, Restaur., p. 2, causa 2, 2. Vinieron en peoria y á tal extremo que.

[1364]

Atura, dura, persevera. Cal. Dimna, 3: Si mucho atura el agua por encima face rastro en ella. Corr., 218: No hay bien que dure ni mal que á cien años llegue y ature.

[1365]

Grado, como agrado y gracias. L. Rueda, Camil.: Sin querer comunicar una pequeñuela parte con quien tu grado desea. Cast., Canc., 1, p. 206: Antes le debeis dar grado | porque os ha hecho maestro.

[1366]

Non sse mienbran, en S nienbran, no se acuerdan, de nembrarse vulgar antiguo por membrarse Alex., 70: Nembrete cuemo peches á Dario la mudada.

[1369]

Enplea, como emplette en fr. y emple-o, posverbales de emplear, llenar el trajinero que viene de vacío, hacer sus compras en el mercado. Navarrete, Casa d. juego, f. 64: Iban de vacío á emplear en Cordoba... Volvían con su empleo de trigo.

[1370]

Véase en sustancia este ejemplo en el Libro de los gatos, 11, y en Esopo. Mur, ratón.

[1371]

Buen gesto, expresión adverbial, como el acusativo griego y como: Estaba orillas del río.

[1373]

Byenapreso, feliz, como malapreso, infeliz.

[1376]

Palaçio, sala mayormente de comer y sobre todo en alcázares y casas de señores. En las Ordinations de Pedro IV de Aragón palau passim. En Fern. Gómez Cibdarreal: del palacio á la cocina, y es frase corriente en el juego de niños conocido, donde se añade: ¿cuantos dedos hay encima? Conde Luc., 4: Envió por su mujer et por sus fijos et asentose en un palacio muy bueno, donde parecia la mar et la tierra. Libr. engañus, p. 65: Vete e escondete en aquel palacio fasta de día. Fuxieron al andar de la señora.

[1377]

Estido, estuvo. Deserrado, y c. 1385, sin saberse qué hacer, errado. Bocad. oro, f. 27: No podras enderezar tu pueblo no siendo tu enderezado, ni podrás guiarlo siendo deserrado. Manparar, aparar con la mano, amparar. Torr., Fil. mor., 10, 3: Por guardar la cabeza mampáranse los golpes con el brazo. Selvag., 198: Mamparándote de todo el mundo, que sobre el caso te quiera dañar.

[1378]

Tremox, temblor miedoso.

[1383]

Tiene miedo el ratón de que le pisen las personas y le rascañe el gato, de rasc-añar, rascar.

[1387]

Muradal, de donde muladar, por echarse junto al muro la basura que en bacines sacaban de sus casas los vecinos. Çerca un rrío, así en T; en S ajevio, en G auviando. Golpado golpeado, cascado. Baena, p. 267: Que vos golpe en el barquino. Sandío se decía.

[1391]

Pujar, medrar. J. Enc., 254: El que llega á bachiller, | llugo quiere mas pujar.

[1392]

A la roça, muy pegado, como en Aragón de roza, que significa andar muy pegado á faldas, etc., y rocero, el demasiado familiar con sus inferiores y el aficionado á mujeres, del rozarse demasiado, del cual roza es posverbal.

[1394]

Melinas, Malinas, célebre por sus encajes y tejidos.

[1396]

Monjía las monjas como frailía los frailes. ¡Yuy!, exclamación de asombro. ¡Qué largo rezo! Ledanía, letanía.

[1397]

A como, á lo que veo, según veo.

[1399]

Parlador, locutorio. Tajador, lugar donde se taja ó trincha; tajadero, plato trinchero.

[1400]

Cuenta, de contir, pongo por el contesca de S y G, porque en T hay cuentan: vale lo mismo. Alex., 8: Grandes signos contiron quando est infant nasció. Id., 251: Una cosa contió. Blanchete, pronúnciese blanquete, nombre de un perrillo blanco. Baena, p. 97: A linda blancheta lançan grant mastyn. ¡Ojala dierais una carcajada y os alegrarais! Tapete, tapiz, alfombra. Esta fábula andaba entre las esópicas y está ya en el Hitopadeça.

[1402]

Ponerse en pino, hacer pino ó levantarse en pie. Trag. Policiana, 9. Que en la mañana todo el mundo haga pino. Zamor., Mon 3 Expect.: Y dando él tantos pasos los negocios no hacen pino.

[1404]

So su peña, debajo de su abrigo.

[1405]

Garañon, asno padre. Caçorria, acción y broma pesada del cazurro.

[1409]

Arrufarse, enojarse, embravecerse y todavía se usa en Venezuela. J. Enc., 160: Un garzon muy repicado | y arrufado. Baena. p. 288: Desque modo liberal | entendió y Pero Rruys, | arrufó su grant naris.

[1411]

Surugiano, cirujano. Por de mano, primero. En sustancia hállase este cuento en el Conde Lucanor (cap. 29), en Esopo, Lokman é Hitopadeça.

[1412]

Vezada, acostumbrada, avezada. S. Badaj., 1, p. 127: Vézala a rezar contigo. Entrem., s. XVII, 120: Que como yo no estaba vezado allá en mi tierra de llevarla, que no la sabría llevar.

[1413]

Chufar, malchufar, burlar. A. Veneg., Difer., 3, 40: Me escarnecieron y se chufaron de mí. Feniestra ventana, de fenestra(m).

[1414]

Regañar la boca, enseñar los dientes, aquí como muerta. Alex., 1699: Ferian muy fuerte los dientes regannados. ¡Tente esa trasnochada! ¡ahí tienes esa trasnochada! burlando.

[1415]

Falta el texto en G hasta la c. 1440. Traynel aquí como traina, cordón para el calzado, de traer o tirar. En el libro de Caza de D. Juan Manuel tiene traina el sentido de cordel y el de acción de encarnizar al halcón y enseñarle a acometer a la garza, no el de pájaro, como dice Baist. «Et entonçe deven le echar (á la garza) una trayna muy reçia e los ojos descosidos e dexar la yr tanto volando porque se puede acoger al agua ante que el falcon la alcançe» (cap. 6). «Como les deven fazer traynas de la garça (a los halcones), que les quieren meter en ella» (a los cualles se quiere enseñar a que embistan como se debe á la garza).

[1416]

Alfajeme, sangrador, del arábigo. Quexar, quijar; quijal, quijada, J. Polo, Humor: Pasto de tu quijal lo hubieras hecho. De quijar salió quijar-udo. P. Aguil., Jineta, f. 14: Si estos conejunos acertaren a ser quijarudos.

[1417]

Aojado, que le aojaron, que tiene mal de aojo. P. Vega, 3, 9, 2: Pues hay aojados de ojos malos, que causan muerte a los vivos, con mayor razón aolados de ojos tan buenos como los de Dios, causan vida a los muertos. L. Zamora, Mon., 2, 3, 2, 8: A quien por herencia les viene el aojar a los niños. Madrina parece ser mal de madre. Huerta, Plin., 8, 29 not.: Sus compañoncillos tienen las damas por gran remedio para el mal de madre, poniendolos encima del vientre.

[1419]

Coso, carrera, calle o lugar donde se corre, de cursu(m). Monter., p. 40: Un caballo no parece bien si entra luego en la carrera en llegando al coso, que antes lo pasea y galopea un rato.

[1421]

Retraer, dar en cara con algo ya olvidado.

[1422]

Aborrida, aborrecida, como aburrida. La pajara dicen los muchachos que aburre el nido y los huevos que se han manoseado, de abhorrere.

[1425]

Este ejemplo está en Hitopadeça. Leon pardo, leopardo. Frida, fría, de fri(gi)da(m). Presta conpaña de mures, tropel de ligeros ratones, como compañia. Burla por juego, entretenimiento.

[1428]

Desfallydo, como fallido. Debatir, pelear. Cast., Canc., 1, p. 176: Esta siempre nos guerrea, | esta siempre nos debate.

[1429]

Morescillo, ratoncillo, de mur, de aquí morcillo, como músculo es diminutivo de mur.

[1430]

Entropezar, como tropezar. H. Núñ.: Madeja entropezada, quien te aspó ¿por qué no te devana? Retazar, de donde retazo, como tazar, cortar, despedazar, y se dice de la carne y leña en Extremadura y Salamanca.

[1436]

Fiel, hiel, que es como sonaba. Trasfagos, tratos, posverbal de trasfagar, de transficare, de donde trafagar y tráfago. (Cejador, Tesoro Silbant., 181). J. Tolosa, Disc., 1, 10: Tanto trafago como traen en sus casas.

[1437]

Véase en sustancia en el Conde Lucanor (c. 5).

[1439]

En punto, al punto, passim. Ensayo, empeño, actividad, eficacia. T. Naharro, 1, 115: Lechuza me soy tornado | contra el sol y sus ensayos | que temiendo vuestros rayos.

[1440]

Gasnar, gaznar, de donde graznar y gaznate, P. Vega, 2, 3, 2: Y la zorra á la gallina, porque no pueda gaznar.

[1441]

Erçer ó erger, alzar, de er(i)ger(e). Berc., Mil., 654: Erçió á Dios los oios con grant humildat.

[1442]

Syn traspaso en S, sin trabajo en G y T: vale aquí trueque, sin daño del otro. D. Vega, Disc. Fer. 3 dom., 1: Que acontece andar en traspasos y venderse diez ó doce veces. Muchos creen que es el viñadero el que guarda la viña, y es el dominguillo que está en alto. Magadaña en S, madagana en G, magdagaña en T y magadaña puesto por el corrector, engaño; cadahalso, tablado alto, como el que se hacía para ver torneos y fiestas y para ahorcar al ajusticiado. Entre las variantes hay magadaña, que es el aragonés malagaña, industria para sentar los enjambres que salen de las colmenas, por trasposición de magadaña.

[1445]

Esta fábula es de las esópicas.

[1447]

De balde, en balde, sin qué ni para qué, en vano, Roa, Ecija, 13: No de balde se dice que dió lugar al proverbio español.

[1453]

Dar mal cabo, mal fin, acabar mal. En su cabo en su fin.

[1454]

Falta el texto en G hasta la c. 1467. La sustancia de este cuento hállase en el Conde Lucanor (c. 45), que escribió D. Juan Manuel, contemporáneo del Arcipreste y es popular, pues yo lo tengo oído contar de niño á una vieja devota. Merino, juez puesto por el rey donde tenía amplia jurisdición y era el Merino mayor, á distinción del puesto por el Adelantado ó Merino menor, el cual tiene jurisdición para aquello sólo que se le delega. Partid., 2, 9, 23: Merino es nome antiguo de España, que quiere tanto decir como home que ha mayoria para facer justicia sobre algun lugar señalado. Sayon era el verdugo y también el alguacil. Salaz. Mendoza, Dign., 1, 18: Está nombrado el Mayorino del Rey como juez mayor, y el sayón como su ejecutor y ministro.

[1455]

Desorejaban por pena al ladrón y malhechor, porque fuese conocido y solía hacerse en Martes, de donde se dijo: No hay orejas para cada martes. (Respondió el desorejado escarmentado) Correas, 217: y no menos lo de La menor tajada la oreja. Juan de la Sal (Carta inédita de la Bibl. Real): Que la oreja había de ser la menor tajada de los que no sienten lo que ellos. Quev., Rom., 72. Por ladron desorejado.

[1456]

Presiese, tomase, del tema priso, en T pediese.

[1457]

Dende, de ello; enartar, coger y engañar con arte. Cambio en S, al camino en G. Cambio era lo que hoy decimos casa de banca, donde se hacen cambios y el banquero que los hace, el oficio y el ejercicio de la profesión. Guevara, Ep. Razon. á la Emperatr., pl. 568: A san Mateo, que estaba en el cambio, Cristo le buscó. En Medina, durante las famosas ferias, los cambios sacaban á la calle de la Rua un tablón grande y un banco de respaldar. El espacio estaba asegurado con cadenas contra atropellos. Como gente adinerada y con buenas fianzas para ejercer el oficio, los mercaderes fiaban más de ellos que de tener el dinero en arcas, y así había quien tenía en los cambios 2.000, 4.000 y más ducados (López Osorio, Hist. Medin.; Espejo y Paz, Ferias de Med., p. 76). Alfonso XI por necesidades apremiantes embargaba los fondos de los cambios, causando con ello grave quebranto á las ciudades, villas y lugares, á los romeros de Santiago, á los mercaderes y á los viandantes, «por razón que non fallaban presto el cambio, cuando les era mester». Prometía D. Alfonso que correrían de nuevo con entera libertad conforme á las urgencias de la contratacion; pero el cumplimiento de esta promesa, hecha en las Cortes de Alcalá de 1348, estaba reservado á su hijo D. Pedro, tres años más tarde, de modo que todos pudieran usar de ellos como solían antes del estanco (Cort. Vallad., 1351). También por esto llama el Arcipreste á Alfonso XI monedero y masillero, cuando fué á Alcalá, nuestra ciudad, dice; frase que confirma haber sido de allí el Arcipreste (326).

[1458]

Morrás, de mor(i)rás.

[1461]

Ribalde, ribaldo, bellaco. Quito, libre, de quitar.

[1463]

El malo, el diablo, nombre común que se le da.

[1464]

Falló negro fallado, halló negro ó mal hallazgo.

[1465]

Non t' engorres, no te detengas. S. Badaj., 2, p. 72: Si un tantico me engorro, | ¿no creeis que engarrafara | como gato de tripera? J. Enc., 217: Muerte, no cures de mas engorrar; | ven prestamente, que alegre te pido.

[1466]

Pintura de lo más recio, realista y expresivo. A quien te fay, fayle, es frase proverbial, imperativo hoy vulgar. Corr., 16: A quien te la fai, faila. A quien te la faz, fazla. Vayle en G, bayle en S, era el que cogía á los malhechores y recogía las rentas reales (Yanguas, Dicc. Antigüed. Navarra), y aun hoy en Navarra y Aragón el que recoge las aguas torrenciales en balsas para el riego. Zurit., Anal., 3, 11, 41: Ramón de Mur, baile general de Aragón, Ayora, Cart., 12: Lo que aquel baile cree es que si la hueste de V.A. llegase á Narbona.

[1467]

¡Ya...!, ¡ojalá! Far, hacer.

[1468]

So-tener, tener por debajo, so-terné metátesis por so-ten-ré, so-ten-d-ré.

[1469]

Derramaron, se fueron, se desparramaron.

[1470]

Porque tu me sospesas, por lo que tú me sostienes en peso. L. Grac., Crit., 2, 12: Tomándola en sus manos y sospesandola decia: A gran peso, gran pesar.

[1471]

Otea, mira. Col. perr.: Y desde allí oteé y ví que.

[1472]

Hatos, vestidos. Gatas e gatos, los ladrones y ladronas que engarrafó el diablo.

[1473]

Dies tanto en T, diez veces otro tanto; en S y G dos tanto, doble; como tres tanto, triple, que era la manera de expresarse en castellano los adjetivos y adverbios multiplicativos. Loz. andal., 16: Tres tanto pareceis mejor desa manera. En pos ty, ó en pues tí. Eugui., Cron., 12: Que corria enpues el ouso. En la c. 1474: En pos ellas. Cort. Jerez, 1268: Su hueste que yra en pos ellos en aquella mar.

[1477]

Sobre arigote, gente vil, despreciable, véase Cejador, Tesoro, R 59. Buenandança, felicidad. Galeote era el remero de la galea ó galera: quiere decir que al rico y poderoso todos prestan su ayuda porque esperan de él. Apostizos, falso, postizo, suppositicium (Nebrija) H. Nuñ.: Ni pariente apostizo ni cochino invernizo. Baena, p. 405: E assi trahe apostizo | la muger el avayalde. Que quieren pasar por ser sus parientes, sin serlo. Amigos paviotes, amigos de pico, que lo chillan mucho, sin serlo de veras. Mote, sentencia, palabrilla, en francés mot. Santillana, p. 15: Del qual se podia decir aquello que en loor de Ovidio... que todos sus motes e palabras eran metro. J. Lucena, Vit. beat., p. 1: Esto es lo que siento en pocos motes de la vida beata en esta vida.

[1478]

Alrrotes en S, ó arlotes como traen G y T (c. 439), baldío, holgazán (Tesor., R 28). Amagotes, es del tema mag, que indica mengua y engaño (véase magadaña, maguer ó magar y amagar), es, pues, engañifa, como las falsas lysonjas y como amigotes ó amigos despreciables.

[1479]

Malqueriente, el que malquiere; sobejo, mucho. En trebejo, en los pasatiempos y deportes. So capa, con solapería, teniéndote bajo su capa y amparo cual excelente amigo. No l' salves en conçejo, no le tengas por bueno en público, pues salvarle es abonarle, tenerle ó darle por bueno.

[1481]

Dexarm' yas, me dejar-ias, yas del verbo haber.

[1482]

En mi caya el prejuro. Corr., 274: Jura mala en piedra caiga.

[1483]

Agüero, de agorar.

[1485]

Las figuras ó facha del enamorado y acaso del Arcipreste, cuando era mozo, es lo que quiso él pintar aquí, pues al escribir esto era machucho y ya sabemos hablaba en primera persona por traza artística. Lo que pretende es pintar á tantos arciprestes galanes y rebosando vida, como andaban en esos tráfagos, y contra quienes muy principalmente va el libro. Cabel' prieto, pelo negro. Trefudo, c. 1008.

[1487]

Esto de la fabla tunbal, que suena cual hueca tumba, aplicado á un arcipreste ó canónigo, que ejercita su vozarrón en el coro, es epíteto tan propio como del Arcipreste. Hay en Galicia la gaita tumbal, ó en si bemol, ó por otro nombre roncadora, la de dos bordones, ronco y ronquillo ó tónica y dominante, y su voz es cavernosa. Además de la tumbal, hay la gaita redonda en do y la grileira en re ó chilladora y que carece de ronco pequeño. En Berceo (Duelo 192) se lee: «Que non cantaban alto nin cantaban tuval,» errata acaso por tumbal. Y en Baena, p. 79: Que tengan las tronpas é los atabales | e yo suba quintas en boses tunbales. Ibid., p. 289: Con un grant laud tunbal.

[1488]

Baço, moreno, negro. Tafur, 110: La color de los onbres de la India mayor es un poco mas baços que nosotros, é viniendo á la Etiopia, mucho mas baços, é todavía fasta los negros atezados. Delanteros, que se adelantan, salientes. Non vy más, callando lo que no dice más que con un abrazo, la artera vieja dice más que mil descripciones y ponderaciones.

[1489]

Mançebo de días, joven maduro. J. Pin., Agr., 18, 10: Lo cual es mas facil al hombre de días y de experiencia. Juglaria, arte del juglar. ¡Por las çapatas mías!, juramento ponderativo, bien de aquel tiempo, que tanto empeño ponían en la galanura del calzado puntiagudo, fino, de seda de colores, y más en la trotera, cuyo oficio es gastar zapatas, así como el clérigo por su corona y el caballero por sus barbas.

[1490]

Y ¡qué lindamente supo mi vieja engatusar á la dueña! Enduxo, indujo. Señora, dé credito al refran que sin duda inventó alguno que huyó de la feria por no haberle ido bien en ella. «Cada uno dice de la feria, como le va en ella» (Corr., 327: Santillana, Celestina, 4). Lo que mercas en la puerta de tu casa, Dios te lo trajo, quiere decir que de Dios viene lo comprado á la puerta, donde no hay las trampas que en la feria. Mierca, acción de mercar; huço en G, uço en S y T, puerta de casa; aduxo, adujo, adducere, traer. Yo, viene á decir la vieja, que sé lo que en las ferias pasa, os aconsejo no vayais á buscar por ahí mancebos; á casa os traigo á quien bien conozco, como de la mano de Dios debeis preferirlo á otros. Cid, 3: Vió puertas abiertas e uços sin cañados. Bolet. Acad. Hist., XIV, 308: Los uzos et las finiestras de cal et de canto. Sahagun año 1092, n. 1255: Vuestras portas et vestros uscios. En ant. fr. uys (Discipl. clerical., edic. París, 1824, pág. 63, 67, etc.).

[1491]

Las ufanas, las que alardean y no están tan encerradas como vosotras, á esas prefieren los clérigos; aunque unas y otras, todas deseáis nadar: y nótese la fuerza de este verbo! Las que no hallan amante, apechugan con cualquiera que se les presente, como para comer pan duro es menester buena hambre. A pan... (Corr., 18).

[1492]

Verme hé, lo pensaré, verse en ello, recapacitar. ¡Alahé!, á la fe, ¡gracias á Dios! del afianzarse en su parecer. L. Rueda, Camil.: Nó, á la hé, porque no lo he de costumbre. Quij. 1 prol.: A la fe, esto no nace de. Laçio, flojo, perezoso, tardo. Viaj. parn., 7: Daba ya indicios de cansado y lácio | el brío, de la bárbara canalla. Engraciarselo, ganarle su gracia: ¡cómo me lo va á agradecer! Palacio, sala. Cras, mañana.

[1493]

Picañas, picardías, bromas del picaño.

[1494]

El que al lobo..., por no decir: Buenas albricias, pues he logrado no poco: déme lo que he ganado con mi trabajo, que la buena corredera ó corredora así es como sabe recabar y obrar. Santill., Quien al lobo envía, carne espera.

[1495]

Non señero, pero no a solas, sino ante buenas conpañas (c. 1493). Chufas, bromas de chocarrero (c. 784). Abbad fasañero, clérigo ponderador, chismoso. L. Grac., Crit., 1, 12: Algun hazañero, que suelen hacer mucho del hombre y son nada. Malo, S. Mat.: Algunas mujeres hazañeras, que traen en cuentos y en parlerias á Dios. Y tal es el valor de fazañas en la copla 1493.

[1497]

Nemiga en G, como dice el pueblo, en S y T enemiga, palabras de enemigo, manifestaciones de odio, enemistad. La carta iba en verso, como luego dice (ryma, c. 1498).

[1498]

De prima, de madrugada, hora de rezar prima. Esgrima, espada negra, que tiene guardas. Çima, lo que hoy dicen éxito, dar cima, cabo, lograr. Guarda en los conventos de monjas la religiosa que acompaña á los hombres que entran en él; en la espada lo que resguarda el puño.

[1499]

Alto cuello, pintura al fresco en dos pinceladas como de tal artista. Pero el epifonema ¡Desaguisado fiso... es más natural todavía y fresca exclamación. Las tres coplas siguientes no tienen par en la literatura herótica. ¿Cuántas veces habrán descrito los poetas el encuentro de dos que se enamoran? Ninguno alcanzó á decirlo con más brío, color, sentimiento y en menos palabras.

[1500]

Apretarse las manos, de admiracion y espanto. ¡Velo negro, á ella, que era una rosa blanca!

[1501]

Aunque sea errança, especie de adulterio contra Dios para el que peca con monja ¡ay Dios! ¡Quisiera haber sido yo ese pecador dichoso; después de hecho el pecado, haría penitencia! Pensamiento que el Arcipreste atribuye al clérigo mundano, que quiere juntar la Fe y el miedo al infierno con tan horrendo sacrilegio. Que esto acaezca y tales pensamientos y deseos pasen por cabezas clericales, es un hecho; pero ¿dónde está el hombre que con la valentía del Arcipreste lo diga y con la fuerza de su pincel lo pinte?

[1502]

Candela, fuego, como dicen los aduluces. Los dos últimos versos dicen tanto y tan bien como el Veni, vidi, vici de Julio César; pero con una armonía y suavidad incomparable.

[1503]

Mandado, obediente, como bien mandado.

[1504]

Trabajarse. Lag., Diosc., 2, 133: A esta causa no me trabajaré en referir sus fuerzas ó cualidades.

[1505]

Escuseras, rezongonas, que dan escusas. La delicadeza del Arcipreste en idealizar el amor de la monja, haciéndolo enteramente platónico, nos deja ver toda la grandeza de su alma. Alguien habrá que no crea en tales platonismos y acaso acaso el hondón de ellos sea pura fisiología sexual; pero el Arcipreste sabía muy bien que se dan á veces y, si alguna, en religiosas como la que ha pintado desde que la puso á razonar con la Trotaconventos. Virginal mujer, que no deja de ser mujer, pues siente el amor y lo siente como una virgen.

[1506]

A morir han, han de morir, morir + an; nados, nacidos, natos.

[1507]

Todo ome e quien tiene amor de Dios, buen amor, el virtuoso, entenderá esta delicadísima endecha, que acabo de hacer del amor platónico, y no se deje engañar por él sino enmiéndese, si en él cayere.

[1508]

Casar, aquí amancebar. Estas cinco coplas son originalísimas, un idilio en diálogo de lo más delicado. En el Ordenamiento de Burgos de 1315 se dice: «Otrosi que los christianos non vivan con judíos ni con moros, nin crien sus fijos; et los que lo ficieren, que los jueces de las villas e de los logares do acaesciere, que fagan escarmiento en ellos e en sus cuerpos como aquellos que quebrantan su ley. Otrosí que los moros no trayan copete, mas que anden cabel partidos ó cercenados en derredor». Este bendito clérigo creíase libre de esa ley y de los Cánones y buscaba ayuntamiento con mora placentera. La lección, que la mora le da rechazándole con la ley común, es lo que pretende hacer notar el Arcipreste. De aquí la sequedad brusca con que pinta á la mora, firme en su ley religiosa y en la ley civil, ella mora y mujer, mientras salta por una y otra él, varón esforzado, cristiano y devotísimo cura de almas. Resalta todavía más este cuadrito de cinco coplas junto al que acaba de pintarnos del amor platónico de la monja. Monja y mora cumplen con su deber, mientras el clérigo se despeña de lujuria en lujuria.

[1509]

En S yznedri, en G lesnedir, en T lesnedri. En árabe vulgar debió decir lesh-nēdr-i. Lesh de la negación y -sh (ch francesa) de shai cosa en literario, que así se junta á la negación en árabe vulgar: ma fish, no hay dicen en Siria, lesh no cosa, no, con verbos, como aquí. El verbo نطر nathara, ver, mirar, en el participio presente y con la dentolingual, como en vulgar se articula, nāder, nēder, y con la tercera persona vulgar -hi, -i: nēdr-i. Significa no le he visto, no lo tengo visto. La lección verdadera es, pues, lexnedri ó lesnedri.

[1510]

En esta lectura de S se fundan con razón los que creen era de Alcalá el Arcipreste; en G que mora en Alcalá; en T es en la villa; pero ni uno ni otro consuenan. Alvala, ó alvará, escritura, cédula, del arábigo البرا albarā. Aquí es billete, como en Aben Jaldun, (Hist. Bereber. 2, 351) y en Aben Batuta (IV, 268). Cort. Vallad., 1325: Nin de alvalá con mio nombre, et si alguno mostrare tal carta ó tal alvalá. Çoda en G, açodra en T, çodra en S. ¿Estarán estas voces por çidra? Poca cosa es para regalar á una mora; además que el convenir todos los códices en poner çoda, aunque corrompidamente los dos de ellos con una r, me hacen sospechar si será voz arábiga. Supongo es el arábigo سعُود sughūd, que al castellanizarse había de sonar sud ó sod, pues el ع medial desaparece: acerola, alarabe, alarde, alarife, alazor, laud, noria. Vale buen agüero, buena dicha que se desea á uno, de سعد saghada ser próspero, dichoso, labbaīk ua saghdaīk estoy á vuestro servicio, min saghadi por dicha, saghīd dichoso. Son frases usadas todavía en el árabe del norte de Africa, así como saghad por dicha, felicidad: ghandu es-saghad tiene dicha. Enbiavos una çoda, «os envía sus felicitaciones y saludos con este billete», que es lo que acaba de decir en romance: Saludavos..., mucho vos saluda, y lo de después: El Criador... Dios sea con vos, que él es muy bien afortunado. Tomatlo, el albalá ó billete. Legualá en G y T, pronunciada la sílada , como , guá al modo que en guardar de warton, aguelo = avuelo = ahuelo; en S le alá. Significa: ¡No, por Alá! ó , no; u y; Alá, nombre de Dios, que añaden para dar fuerza á la negación, como ¡no, á fé!

[1511]

¡Sí el Criador, ¡así..., ¡ojalá... Paz y salud en las frases islámicas corrientes, as-salām, as-salauāt. Aducho, cosa traída, envío, de ad-ductus, ad-ducere; vos adugo, os traigo, aducir. Habladme á laud, á gusto, como con música. ¡Ascut!, ¡silencio!, interjección para hacer calar, اسکت, del verbo sakata, callar.

[1512]

Bien atento, otro tanto, cuanto os he dicho. ¡Amxy!, ¡vete!, participio del verbo مشى masha, iamshi partirse. En el Quijote amexi (1, 41), que suena ámshi, mientras que en Hita amshí, por ser femenino, enderezado a la vieja.

[1513]

Cántigas troteras, como trotallas, como quien dice embateria griegas, marchas, pasacalles. Entendederas, ensalmadoras ó curanderas con ensalmos. El canto ó tonada de esas cántigas oyeselo á las cantaderas, si no lo conoces.

[1514]

Nocharniego ó nocherniego, de noche. Caçurros, de burlas, como troba cazurra, de bromas y chanzas.

[1515]

Para que vengan bien los instrumentos han de acomodarse á la clase de cantares: diré los que convienen para cada clase.

[1516]

Marco, medida, clase. La cítola y odrecillo no son para los versos arábigos, que S llama caguyl hallaco (hallaço por errata), G açaghulaco; en T: non aman atan vellaco. Sin duda es el metro llamado largo, attaūīl, de ocho pies en dos hemistiquios, y es el primero de que tratan los árabes (véase en Caspari, Gram. árabe, 488 y 492). Es, pues, ataguyl como lo pronunció y escribió el Arcipreste; la segunda parte -aco de G ó hallaco de S, acaso sea terminación adjetiva, que le añadió para meterlo en la copla. Son, dice, instrumentos de taberna y de baile villano. Esto confirma lo que dije de la cítola (c. 1213).

[1517]

Bolonia, por haber sido su Universidad, en el siglo XII sobre todo, el centro principal de los graves estudios de Derecho de todas las naciones con hasta 12.000 estudiantes. Había colegios de todas las naciones y el Colegio mayor de San Clemente de los Españoles fundólo el Cardenal Albornoz, según testamento otorgado en 1364, y en él estudiaron Agustín, Fortuny de Arteaga, Fernando de Loaces, Nebrija y Luis Vives. Murió don Gil Alvarez Carrillo de Albornoz en Viterbo año 1367 y nació en Cuenca año 1310: fué el que encarceló á nuestro Arcipreste, grande estadista, capellán de corte, consejero de Estado y su abanderado y Arzobispo de Toledo desde 1337, y de quien tanta cuenta hizo Alfonso XI. Habiendo reprendido sus desarreglos á Don Pedro el Cruel hubo de huir á Aviñón, donde Clemente VI le hizo cardenal en 1350, renunciando entonces al arzobispado y sirviendo al Papa como cabeza militar de su ejército. Su sepulcro en la catedral de Toledo. Suyas fueron las Constituciones Egidianas (Aegidius=Gil) y hubiera sido papa, si no evitara el concurrir al cónclave. Como quier, da á entender que no les sabía bien á los juglares se les dijese tal cosa. Vergoña, vergüenza. Pechar caloña, pagar pena pecuniaria, como los delincuentes. Cron. gral., 4, f. 272: Que matasen aquel que lo metiesen sin caloña ninguna.

[1519]

Me desconfuerta, me desconforta.

[1520]

Fuera de la Biblia, jamás hombre se alzó en vuelos tan sublimes acerca de la muerte, que simboliza al pecado, como su natural fruto y conforme con la más honda teología católica, y acerca del poder de Cristo, que entregándose á su guadaña la desarmó y venció para cuantos crean en él. El triunfo de la cruz sobre la muerte y el pecado es lo que canta el Arcipreste en este trozo, que no sólo es el más teológico y filosófico y de más poder poético y hondura de ideas, fuerza de sentimiento, escultórico de expresión, de cuanto escribió el poeta del siglo XIV, sino de los trozos más sublimes y sentidos que han cantado los más soberanos poetas. Esta elegía a la humanidad, condenada a la muerte, que luego se trueca en himno triunfal, no tiene par ni parecido ni aun en el mismo Dante, no ya en Virgilio ú Homero, y hay que llegar hasta los Profetas hebraicos, sin quedar entre ellos oscurecido nuestro poeta. Este arranque es realmente de un primitivo, de un vate natural y recio: sus ecos rebotan de los peñascales del Cáucaso, donde retumbaron las voces de Prometeo encadenado. Enante y denantes, que de él salió, formas todavía vulgares en España y América por antes (Tesoro, N, 13).

[1521]

De belmez, arrastrándole de las caídas del jubón, así llamado, que sobresalían por debajo de la cota. Alex., 1845: Los de parte de Poro de voluntat feríen, | más ellos en todo el belmez les tenien. Cid, 3635: Las dos le desmanchan e la terçera finco: | el belmez con la camisa e con la guarnizon. Acaso del arábigo, مُلْبُس malbus, vestido, de talabbasa, vestirse, con metátesis balmus ó belmes.

[1522]

Debdo, deudo. En-amistad, de amistad.

[1524]

Fuesa, la huesa, que así sonaba. Aviesa, torcida. Berc., S.D., 235: Eran aviessas las passadas (los caminos).

[1530]

Cras, el cuervo en cuanto dice mañana; dejar las obras para mañana, y en cuanto viene tras la muerte á roer cadáveres.

[1533]

Sobra en T, vence, subyuga. Corvacho, 4, 2: Tentola de sacaliña por ver sy la vençeria, e non la pudo sobrar. En S sonbra, en G asonbra, déjala á oscuras.

[1534]

¡A todo!, copar en la banca. Azar, en los dados lo que hace perder. En rodo, abundantemente, rodando, como á rodo. Valderr., Ej., 2, 8: Cosas de regalo y deleite, que aun apenas se hallaron en la ciudad tan de sobra y á rodo. Llegar y allegar valen aquí juntar, alcanzar, de plicare, plegar, que se usa juntamente con llegar en este sentido en Aragón: allega el hombre tesoros por alcanzar estima, que esto vale apodo, luego comparación estimativa y calificativa; de apodar, de ad-putare, estimar, tener por. Herr., Agr., 2, 34: Un balaj que le apodaban en una ciudad. D. Vega, Asunc.: Que allí enmudeció y que faltó el apodo á que poder comparar tanta dulzura.

[1536]

Repuntar, reprobar, del punzar como repuntarse, ponerse de punta con otro... Les sabe mal que les diga el médico que sanará.

[1539]

Desferrar, descerrajar, de hierro. Axuar, ó ajuar, como sonaba: la menor mortaja posible.

[1540]

Dar voces al sordo, al difunto con endechas y voces: ¡terrible desengaño! Es refrán. Rebull., Teatr., p. 386: Viendo que nadie le está atento y que canta villancicos al sordo. Tejad., León, 1, 35: Mas persuadir á un avaro es dar música a un sordo y pedir que cante un mudo.

[1541]

Después que han recogido lo que les tocó de gracia en herencia ó en mandas, van a la fuerza (amidos) á misa por su alma, porque ya tienen aquello por lo que antes se movían tanto.

[1542]

Trentanario, duelo del primer mes. «Me podrá con razon reprender el docto y bienenseñado lector, más que tengo de hacer viendo que las mujeres de nuestro tiempo luego me citan la autoridad del Apóstol, y que apenas han enterrado el primer marido, cuando cantan de memoria las reglas y preceptos de la bigamia» (Epist. S. Jeron., I. 2 ep. 6).

[1545]

Falta G hasta la c. 1649.

[1546]

Convierte su pecho en huerco ó infierno.

[1547]

Tañer, tocar; sesos, sentidos. Acostarse, inclinarse. Gran., Adic. mem., 1, 1, 7: Adonde se acostare el amor, allí se acostará la voluntad y eso abrazará todo el hombre. Gastar, echar á perder, que es su valor etimológico, como gâter.

[1548]

Des-fear, poner feo. Preciosos contrastes. Desadonar, quitar el donaire y gracia.

[1550]

A nadie agradas; pero tu te agradas con el que mata ó muere, hiere o hace mal: esos son tus amigos.

[1551]

Requerir, buscar.

[1553]

El miedo a la muerte dice el mundano, inventó el infierno y el rezo (salterios): tal interpreta este paso el señor Puyol. No es menester mucha teología para ver cuán errada y grosera es semejante interpretación. La muerte es fruto é hija del pecado: el pecado y, por consiguiente, la muerte es el que puebla el infierno; viviendo siempre, el hombre viviría en la gracia del Paraíso terrenal y no tendría miedo al pecado, y por lo tanto ni a la muerte. El miedo al pecado, y si se quiere el miedo a la muerte de por sí, pero no el miedo servil, sino el reverancial llevó á los anacoretas al yermo y á los monjes al claustro para encomendarse á Dios y cantarle noche y día. No cabe en un siglo creyente, como aquel, ni menos en el Arcipreste, el desplante de decir que el miedo inventó todo eso.

[1555]

El pecado convirtió en demonios á los ángeles del cielo: bien claro se ve cómo el gran poeta cristiano pasa de la muerte á su causa el pecado, «per peccatum mors». A dobladas é sensyllas, alude á las monedas, de donde las doblas y doblones y reales sencillos y dobles. Escotart, pagar.

[1556]

Lucha Dios hecho hombre con el pecado y la muerte. Aqui comienza el magnífico himno á Cristo, que la venció muriendo.

[1559]

Mill tanto, como dos tanto, tres tanto, etc., multiplicativos.

[1560]

Bajó Cristo á los infiernos á libertar de la muerte, de quien quedó vencedor, á los justos, que ella tenía aherrojados por derecho de conquista y de esclavitud desde que Adán pecó. Cegóse queriendo matar al autor de la vida y en él perdió sus aceros la guadaña. Ermar, dejar yermo, despoblado.

[1563]

Apremir, de premir. Alex., 1975: Alzando e apremiendo facien cantos suaves (apretando ó bajando las cuerdas).

[1567]

Diezmo, la décima parte.

[1568]

Tras este magnífico himno, que pone el Arcipreste en boca del otro arcipreste ó clérigo mujeriego, le hace bajar de golpe y porrazo á las más broncas notas del bordón, para que campee mejor el contraste de los pensamientos religiosos con los raheces y bodegonescos del loco amor. Del himno á Dios se hunde en el himno á su alcahueta. Y todavía le hace decir que la tal mala hembra ha sido perdonada y comprada por la sangre de Cristo y está en el paraíso con los mártires, porque ¡en el mundo fué por Dios martirizada! Pide á Dios dé la gloria a tan ruin sabandija, porque fué leal trotera, esto es, fina alcahueta! Así enloquece el loco amor, como poco ha sublimaba el buen amor al clérigo, en quien el Arcipreste se reviste. ¿Dola? ¿dónde ella? Barahona, p. 813: ¿Do está vuestra presencia? ¿Dola, dola? Igualmente adola. L. Rueda, Eufem.: Pues ¿adola?

[1570]

La locura del loco amor llega hasta canonizar, bendecir sacerdotalmente y cantar en epitafio, que resulta bufonesco, á la podrida vieja, divinizándola casi casi, como graciosamente levantó á los cuernos de la luna el oficio de alcahuete don Quijote (1, 22). Socarroneria es esta que á algunos se les antoja ser cosa de misterio, digo á los que llevan á aquellos tiempos de fé religiosa el descreimiento de estos que corremos y quieren hacer del Arcipreste un precursor de Lutero y á Cervantes un sectario enmascarado. ¡Bonitas antiparras para leer la historia y desaforado enaltecimiento de los grandes hombres que pasaron!

[1573]

La ironía de las coplas siguientes creo no puede ser más clara como no puede ser más sangrienta, y con todo la ceguera les hace á algunos tener por un tonto de capirote al Arcipreste, cuando no por un impío y blasfemo, forrado de albardan y de borracho de baja estofa.

[1574]

Debatida en S, como batida de caza; en T abatyda. Perdida, concertando con dueña, por perdido, que diríamos hoy.

[1577]

Non me corredes? Irónicamente del correrla y acorrerla.

[1578]

Que le dé Dios buen amor, esto es amor de Dios, y plaser de amiga, esto es loco amor: as¡ pintan los extremos las tales y los clérigos sus admiradores. ¡Sí..., optativo, ¡así...

[1579]

Saca ya, hablando en veras el propio Arcipreste, la moraleja de las blasfemias y caminos del loco amor, que ha venido pintando y enhebra con lo de los pecados capitales, de que arriba trató, lo de sus remedios y armas para combatirlos. No son apuntes de sermones, que le ocurrió enjerir aquí, como pensó Menéndez y Pelayo; es la moraleja del libro, el alma de él para sus lectores, que supone cristianos de buena fe. De estas armas escribió Don Sancho en los Castigos y documentos (c. 1).

[1585]

Nenbrar ó membrar, recordar, y sobrar ó vencer son aquí infinitivos imperativos.

[1587]

Follya, locura. Tranzar, partir por el eje. Buena y malandanza, dicha y desdicha.

[1588]

Sobrar, vencer en S, bueno en T.

[1592]

Imitando a San Pablo, compara las virtudes a las piezas de la armadura. Brafuneras ó brahoneras, lo que hacía de brahones en la armadura, ó como bragas de acero para los muslos hasta la rodilla: en los muslos pone la Biblia la virilidad y á ellos ha de aplicarse la armadura de la castidad. Romancero Sepúlveda, 1551: Parecían brafoneras de las que el Cid se calçava.

[1593]

Quixotes e cañilleras, armaduras de rodillas y canillas.

[1598]

Las tabletas del escudo, encordadas ó trenzadas de cuerdas.

[1599]

Meter ó poner nosotros, los clérigos, el sacramento de la extrema unción. E soterrenos, y enterremos á los difuntos.]

[1601]

Devallar, como aballar, (c. 1010) y baliar, echar abajo, pegar (en Germania). Ordin. Barbastro (Rev. Arag., 1903, p. 58): Que los ganados e cabanyas que deuallyaran de la montanya e puyaran ad iquellya por erbagar.

[1603]

Deyuso, en el único códice (!). Acaso de uno.

[1605]

Arrancar, vencer. Cron. P. Niño, p. 127: La batalla fué muy ferida de amas las partes, e arrancaban ya los flamencos á los franceses.

[1606]

Como tantas otras veces, el clérigo mundano, después de volverse á elevados pensamientos y á Dios, merced á los desengaños de la vida, torna á los amoríos, que á su sino atribuye. Aquí a propósito de haberse alargado y diciendo que se pagó siempre de pequeño sermón, se acuerda de la dueña pequeña, y escribe un regocijado juguete, que acaba por un golpe humorístico de ironía, que es todo del Arcipreste, olvidado ya del papel que hacía de enamoradizo: Del mal, tomar lo menos, por end' de las mugeres la menor es mijor (c. 1617).

[1610]

Girgonça, piedra fina. Villena, Cis., 3: Asy como rubi e diamante e girgonça.

[1615]

Orior ú oriol, pajarito de color rojo bajo, que tiene enemistad con el cuervo y el cuervo con él, quebrándose mutuamente los huevos. Papagayos hay grandes y pequeños, llámanse además loros los menores como una polla; catalnicas, los como un perdigón; pericos, como una codorniz. Las guacamayas son doble de grandes que los papagayos. Cantador, gritador, usábanse igualmente como femenino.

[1618]

Ffuron, ó huron, como sonaba, por meterse en las madrigueras y traer la caza al amo. El pecado, por el diablo. Rretaço, pedazo y aquí como atajo de ganado: aunque siendo ellas carne de abades no está mal el retazar.

[1619]

Traynel, recadista en Germanía. El chiste del apostado donçel, sin tacha, fuera de catorce, lo repitió después Clement Marot:

«J'avois un jour un valet de Gascogne,

Gourmand, ivrogne et assuré menteur,

Pipeur, larron, jureur, blasphémateur,

Sentant la hard de cent pas à la ronde;

Au demeurant le meilleur fils du monde.»

[1622]

Faz, haz; menester, necesidad.

[1623]

Hunda ó funda, bolsa de cuero ó lienzo con que algo se cubre; aquí una prójima como el scortium ó cuero de los romanos. Quij., 1, 49: Dicen que está metida en una funda de vaqueta, para que no se tome de moho.

[1624]

Por mal cabo, mal, como por el cabo, muy bien, acabada ó extremadamente.

[1625]

De aquí malhadar, echar á perder (Segovia). Pecado, demonio.

[1626]

Quatro cantares, las cuatro canticas á la Virgen, después de los gozos. Çerrar, acabar. Quij., 2, 18: Con estas razones acabó don Quijote de cerrar el proceso de su locura.

[1627]

Ironías delicadas. Al leer amores tan galanos y tan galanas dueñas en el libro, los que tengan mujer fea y las que tengan feos maridos, se entregarán al servicio de Dios, que es el Buen Amor, que pretende el libro.

[1629]

Como cuando las dueñas juegan á la pelota, que se la echan una á otra, peloteen así mi libro y lo lean todos.

[1630]

Pues el libro es de Buen Amor ha de tratarse amorosamente, prestándolo; no vendiéndolo. Ni grado ni gracias era frase común. Quij., 1, 25: Que volverse loco un caballero andante con causa, ni grado ni gracias.

[1631]

En las fábulas hay la moraleja además del cuento, y tras las demás narraciones (la rasón fermosa) viene igualmente su moralidad. Sobre, además. J. Pin., Agr., 30, 1: Porque como han pasado tantos inviernos sobre otros tantos veranos después que no nos vimos.

[1633]

Jograría en T, juglería en S, el mester así llamado, propio del pueblo, de los juglares, en oposición al de clerecía de los clérigos letrados.

[1634]

Era de César ó española de 1381, ó año de Cristo 1343, y todo concuerda para asegurar que este año se compuso (c. 1088). Rromance era el hablar vulgar y cualquiera escrito en ella. Escribiólo para desengaños de muchos, que pueden ser engañados, como el Sendebar o Libro de los engannos e assayamiento de las mugeres, que tradujo D. Fadrique, y para entretener y enseñar nuevas maneras de versificar á los sencillos de corazón que no corrían tales peligros. Esta copla es del mismo Arcipreste y se halla en S y en T. Pero en T se lee: «Era de mill e tresyentos e sesenta e ocho años | fué acabado este lybro por munchos males e daños...» Y aquí acaba T; lo que sigue es sólo de S. Esta fecha de T, ó sea el año 1330, está errada, pues escribió su libro el Arcipreste estando preso y siendo arzobispo de Toledo D. Gil de Albornoz (c. 1709), el cual sólo lo fué desde el año 1337. Desde la c. 1635 el texto es de S hasta la 1648.

[1637]

Rremanecer, permanecer.

[1638]

Por o, por donde.

[1640]

Pujaste, subiste. Vald., Dial. leng.: Tampoco usamos pujar por subir. Bien los aldeanos.

[1648]

Gento, gracioso, como gentil; en antiguo francés gente, como escribió para su epitafio Margarita de Austria, hija de Maximiliano I, hallándose en una borrasca, antes de casar con Don Juan, príncipe de España:

«Cy git Margot, la gente demoiselle,

Qu'eut deux maris, et si mourut pucelle.»

[1661]

Sólo de S.

[1664]

Sin egualança, sin igual.

[1665]

Anparança, amparo.

[1670]

Estas canticas están llenas de sentimiento y candor. Bien se ve que las escribía estando preso y con toda la unción y fervor que le salía del alma atribulada.

[1671]

Çibdad, es Toledo, pues Alcalá y Guadalajara todavía no eran más que villas, bien que ciudad parece llamó á Alcalá en la copla 326.

[1678]

Primeros endecasílabos castellanos que se conocen, si se juntan los dos primeros versos y los dos segundos de cada estrofa. Es de lo más delicado y poético, aéreo y sentido que pudo escribir el más alado poeta.

[1679]

Tribulança pide el verso por tribulaçión del códice, que se ve escribió mal los versos.

[1680]

E me espanta, corrijo lo que el códice dice: En tu esperança.

[1681]

E pesar pongo por conplido del texto, que no consta.

[1684]

Fiança, fe, confianza. Señor decíase en femenino.

[1688]

Tribulança, tribulación. Estança, estado de uno.

[1690]

El severo arzobispo de Toledo D. Gil de Albornoz (c. 1516) encargó á nuestro Arcipreste llevase las cartas del papa á Talavera y las leyese á aquellos clérigos de vida desgarrada. Cómo recibieron estas órdenes es lo que el Arcipreste pinta en esta sátira, que chorrea ironía por todas partes, aunque sin amargura ni ensañamiento, como escrita con el sano propósito de que se enmendasen. No es posible que aquellos clérigos se quedasen sin dar coces contra el aguijón. Piensan, pues, acertadamente los que suponen que ellos fueron los que indispusieron al Arzobispo contra nuestro Arcipreste, haciendo llegar sin duda hasta él chismes y cuentos, acaso que tampoco su Excelencia se libraba de las críticas del que tan vivas sabía escribirlas. D. Gil de Albornoz, hecho á mandar y á ser respetado, de genio recio y hasta tiránico, daría crédito á las hablillas. Ello es que puso en prisión al Arcipreste, sin que se sepan las razones, «por causas meramente curiales» supone Menéndez y Pelayo; injustamente y agraviado, dice el Arcipreste. En la prisión escribió el libro del Buen Amor, al fin del cual puso esta sátira, que yo tengo por un cómo boceto del libro. No que lo hiciera como preparación, sino que, viéndose preso, tomólo como tal para trazar el libro, esplayándose en la sátira del clero, que es la trama de todo él, pintando á un arcipreste que los simbolizase á todos, y para que fuera, no seca abstracción, sino persona viva y real púsose á sí mismo como protagonista. ¿Quién va á creer que todas esas aventuras le pasaron al mismo Arcipreste, cuando consta de lo contrario de algunas, como la de D. Melón de la Huerta? ¿Con qué autoridad hubiera pretendido enmendar á los demás, si él hubiera sido uno de tantos? ¿Cómo el severo D. Gil de Albornoz le hubiera encomendado cargo tan grave y delicado como el de llevar las cartas del Papa á la clerecía de Talavera? Juan Ruiz, era pues, un Arcipreste muy respetable, á pesar de su regocijado natural, de tan austeras costumbres como pedía la confianza que en él puso su prelado el famoso Albornoz, persona de entereza y gravedad bien conocidas. Este juicio personal del Arcipreste lo hemos ido viendo en todo su libro. Hora es ya de no colgar el sambenito de hombre perdido á un autor, sin otros motivos para juzgar de él que una obra, en que algunos sólo han visto los chispazos más salientes, figurándose salían de un volcán de pasiones mundanas desapoderadas. Para Menéndez y Pelayo fué el Arcipreste un «clérigo juglar, una especie de goliardo, un escolar nocherniego, incansurable tañedor de todo género de instrumentos y gran frecuentador de tabernas.» (Antolog. III, p. LXIX), «un clérigo libertino y tabernario» (p. LXIV); fué «su vida inhonesta y anticanónica» (p. LXVII), y su obra «una autobiografía picaresca, sin la menor señal de arrepentimiento» (p. LXVI). Cuanto al intento «fué un cultivador del arte puro, sin más propósito que el de hacer reir y dar rienda suelta á la alegría que rebosaba en su alma aun á través de los hierros de la cárcel: y á la malicia picaresca, pero en el fondo muy indulgente, aunque contemplaba las ridiculeces y aberraciones humanas, como quien se reconocía cómplice de todas ellas» (p. LXVII). «De esta levadura herética creemos inmune al Arcipreste, si bien confesaremos sinceramente que hay pasajes de sus obras que hacen cavilar mucho, y hasta sospechar en él segundas y muy diabólicas intenciones» (p. XCIII). Para Puymaigre fué el Arcipreste «un precursor de Rabelais, un libre pensador en embrión, un enemigo solapado de la misma Iglesia á quien servía» (Men. Pelayo, ibid., LXV). No juzgaré yo á estos dos ilustres escritores: el lector habrá formado juicio del Arcipreste leyendo su libro, y esto basta. Lea ahora el boceto del mismo, lo que para mí fué como un incentivo para pintar el alma podrida de aquella desalmada clerigalla con solo ensanchar el marco de este pequeño cuadro de costumbres de los de Talavera. El asunto mismo le llevó á meter en él á toda la sociedad de su tiempo, resultando la gran Comedia Humana del siglo XIV, como el Quijote, sátira de la fantasmagórica caballería, resultó la Comedia Humana del tiempo de Cervantes, ingenio gemelo del del Arcipreste de Hita. Si plugo á uno, sin duda al Arcipreste, que veía con lágrimas en los ojos la depravación de costumbres que tan gallardamente satirizó.

[1691]

Amidos, bien á su pesar, que le daba el corazón lo que había de venirle por ello, el odio de todos aquellos señores y la prisión. En la Historia de Talavera, por Cosme Gómez de Tejada (Bibliot. nac. MS. 2039) se lee en el capítulo 20: «Cavildo de curas y beneficiados... Conponesse de los curas y beneficiados de las parroquias de Talavera: suele llegar el número de los capitulares á veinte y pudieran pasar de treinta mas, como son Beneficios simples, provision del Arzobispo de Toledo. Gózanlos sus dueños aunque estan ausentes. Preside el más antiguo cura ó beneficiado, no obstante que el Arcipreste de Talavera en negocios que tocan al comun de toda la clerecía puede presidir... es la junta de grande importancia y autoridad, porque en este Cavildo se consulta y dispone todo lo que conviene á la religion y culto divino de las Parroquias para que se celebren los oficios y se cumplan los actos parroquiales con la decencia y ceremonias, que manda la Santa iglesia Romana y las Constituciones sinodales de el Arzobispado de Toledo... Asisten los prebendados en forma de Cavildo á las festividades de sus vocaciones, vísperas y Missas.» Y en el capítulo 12: «La iglesia colegial la lograron tener del Arzobispo Don Rodrigo Jimenez, era de 1249 ó 1211 de Cristo. El cual puso cuatro dignidades, Dean, sodean, chantre y tesorero, la Dignidad de sodean los años adelante se extinguió y despues cumplió este número y fué admitido el Arcipreste de Talavera. Puso más doce canónigos; los dos pasados algunos años se dividieron en ocho raciones por estar la iglesia muy necesitada de Ministros.»

[1692]

En ver lo que veo que va aquí á acontecer con esta gente y lo que ví, su depravación hasta el día de hoy.

[1693]

La rabia de su corazón fuera pueril atribuirla á que le comprendía á él la orden, pues el Arzobispo no le hubiera encargado á él llevarla; es el hondo sentimiento de tener que poner el bisturí en tan encancerada llaga. Las constituciones contra amancebados ya vimos que eran sinodales, de modo que aquí Papa se pone por ser su delegado el Arzobispo de Toledo, como se dice en la copla 337: Descomunion por costitución de legado. No era tan ignorante de los Cánones el gran Albornoz que encomendara como á subdelegado suyo al Arcipreste la promulgación de esta costitución, si él estuviera incurso en la excomunión y fuera tan amancebado como aquellos clérigos talaveranos. Hago hincapié en esto porque es la clave de todo el libro y de la persona moral de su autor. Corr., 288: Dígolo con la boca y lloro con el corazón. (Contando una lástima.)

[1694]

En la escritura de «fundacion del Monasterio de Sancta Catalina Virgen y Martir, orden de San Geronimo», de Talavera, dice D. Pedro, Arzobispo de Toledo el 1397: «que bien sabian, en cómo la dicha iglesia era muy mal servida, y los canónigos por morar apartados no vivían casta ni limpiamente, e por esto fuera su propósito de mudar la dicha iglesia colegial seglar, en iglesia regular, entendiendola de dotar suficientemente para un maior, que en ella estubiesse en uno con doçe canónigos reglares.» Así en la citada Historia de Talavera, cap. 16.

[1695]

Asedia, acedia, desabrimiento. Zamora, Mon., 3, 86, 4: Ni las cóleras ni las venganzas ni las acedias, sino la misericordia. Legos dice el texto donde corrijo clérigos.

[1696]

Apellasemos. Este deán no se pára en barras poniendo cismáticamente y aun heréticamente al rey sobre el papa. ¡Bien que quadrilla de barbianes estaban hechos aquellos señores!

[1697]

Nótese la ironía con que pinta la asedia que tomaron (c. 1695). Carnales, que tenemos como hombres la naturaleza inclinada a la carne.

[1698]

Orabuena, nombre de su prójima, la Dichosa, por estar con él y la que dichoso le hacía. Darle de mano, darle anticipadamente, del ser mano en el juego, jugar de mano. El regalo del paño se entenderá por estas palabras de las Cortes de Alcalá de 1348: «A los desposorios, quando algunos se desposaren, que non den pannos nin joas á la esposa»... «en razon de los pannos e dellas siellas, que an á dar á las bodas el rico ome ó cavallero ó escudero que y casare.» Para la mi corona, por la corona de clérigo que llevo, á la que acude como símbolo de su autoridad al afirmar y aseverar. Baño, ni está bien el texto, alude al refrán Callar como negra en baño, disimular sin responder á denuestos ó quejas; quiere decir que estaba malhumorada de algo contra el deán y que ¡buena ocasión era aquella para darle otro peor rato, lloviendo sobre mojado!

[1699]

Desí, después, además, des y, como des que, y locativo, allí. Flores d. filos., p. 11: E desi acabolo Séneca (después). Libr. engannos, p. 62: Desi asentose el e perdió el mercader. Id., 63: E desi fué el ome para allá. Renda, renta. Alex., 1617: De tí nunca quisiera otra renda levar. Tal escatima prenda, reciba tal denuesto ó reproche, que es lo que significó (Oudin).

[1700]

Puso por testigos á S. Pedro y S. Pablo, como el Papa en sus conminatorias para darles fuerza. Vobis... ¡cuan suave se os hará el dejar vuestras buenas mozas! Esta ironía es un botón de fuego. Añado el dixoles, que completa el verso. Parece aludir á lo de Cristo Iugum enim meum suave est, pues las tales hacían las veces de coniuges, como si la Iglesia les hubiera puesto el yugo de casados.

[1701]

Desta orden, de la gente abarraganada. Confadre sonaba ó cofrade. Derechero, justo, que obra según ley, aquí conforme á las leyes de la tal cofradía. Berc., Mil., 90: Madre eres de fijo, alcalde derechero (justo juez). Este son, esto que suena y dicen las cartas.

[1703]

Historia amorosa de Flores y Blanca Flor y Libro del esforzado don Tristan de Leonis: y eran los dechados de amor constante. Por el agora se insinúa que corría entonces como relativamente nuevo el libro de Tristán. (Véase Bonilla, Anal. de la liter. españ.) Que fase... Hétela á la buena de Teresa convertida en bombero de incendios intestinos del tesorero.

[1704]

Angosto, angostura, aprieto. ¿Qué diría el Arzobispo, cuando leyera esta brutal amenaza del tesorero? ¡Valor grande el del Arcipreste!

[1705]

En post aqueste, después de este. Acaloñar, achacar como delito, imputar, ó caloñar, de caloña. Part., 2, 19, 2: Como home que puede desviar ó acaloñar muerte de su señor. Lo que perdonó Dios, lo que Dios nos dió como cosa natural y por consiguiente no puede tenerse por delito, el apetito carnal. Semejantes argumentos bien se ve que solían traerlos, cuando los pone el Arcipreste en su boca. ¡Abivad! estad ojo alerta vosotros.

[1706]

Es como si fuera mi parienta, pues la crié siendo huérfana. Esto: aquí el devoto chantre hizo la cruz con el índice y pulgar besándola para afirmar el juramento de que no mentía.

[1707]

Si cree el arzobispo que eso es malo, dejemos á estas mancebas que son buenas hembras y vayámonos a las que no lo son, á las de la mancebía.

[1708]

Este otro, que ahora se levanta es..., el que gasta sus alhajas con fulana, que dicen las vecinas la acoge de noche (en casa, añade el texto) y eso que se lo tengo prohibido. Esta última frase parece indicar que el Arcipreste llevaba más amplios poderes del arzobispo que la simple comunicación de sus letras, pues quien habla es el Arcipreste, no el Chantre, que no tenía por qué defendérselo á un canónigo, además de que se ve por lo que sigue, que lo dice el mismo Arcipreste.

[1709]

Esas çiertas procuraciones ó serían sobornos de los privados ó ministros del Rey para que amansase al arzobispo y les dejase en paz con sus Teresas y Orabuenas, ó acaso alude ya á las ocultas y falsas delaciones, que por medio de cortesanos hicieron llegar al arzobispo contra el mismo Arcipreste, pues lo de mirar por sí se encierra en las buenas appellaciones, que son las de la copla 1696.

[L]

Aquí acaba el códice S; el G añade después del cantar de estudiantes (c. 1660) estos dos de ciegos, que Janer puso allí á continuación. El colofón de S es del copista: «Este es el libro...

[1711]

Pasada, modo de pasar la vida. Fons., Am. Dios, 37: Estimando en mas una pasada honrada, que contenta y regalada.

[1712]

En esta copla y las dos siguientes se alude á la costumbre de ciegos y pobres de llamar estrenarse y estrenarles al recibir la primera limosna, sobre lo cual forman agüeros, como los romanos del comenzar bien el año, de donde vino el regalarse estrenas, porque comenzase felizmente.

[1713]

Meaja, cierta moneda menuda, como quien dice un cuarto ú ochavo.

[1714]

San Julián, obispo de Cuenca, gran limosnero. En quanto començare, emprendiere. Buena estrena, feliz comienzo. P. Vega, 7, 91: Algún seceso favorable, que sea buen principio, buena estrena de los otros. Rinc. Cort.: Vuestra merced me estrena (en el servicio). De plan, de lleno, de plano, enteramente. Baena, n. 162: E ben fol de pran. Id., n. 566: E pois me leixaron de pran | cruel pesar e grand afan.

[1715]

Su conpaña, su mujer, su compañía. S. Badaj., 1, p. 298: Mas de mujer mala en cabo | no espereis compaña fiel. Atamaña, de atan maña. S, Antón, abogado de los animales. Cabaña, conjunto de ganados de un propietario.

[1718]

Adestrar al ciego, ser su lazarillo, llevándole de la diestra.

[1724]

Que de, así las tres veces, indefinido vulgar, cada uno de ellos.

[M]

Este colofón del códice G es del copista, el cual acabó de copiar el libro el año 1389.

[N]

El número es de la copla y nota.

[O]

Orden alfabético del primer nombre, como si estuviese con ortografía moderna, y no habiéndolo, del primer verbo.

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