Epilogo

El viaje de regreso sin mayores inconvenientes.

Hicieron una primera etapa en Makovir, sobre la margen occidental del lago Tanganyka, donde existe una misión inglesa.

La travesía del Ukonongo y del Ugongo se efectuó con felicidad. Solamente en el Ugongo, tuvieron algunas escaramuzas con tribus belicosas, que seguían el trayecto del dirigible con la esperanza de capturarlo.

Quince días después el “Germania”, casi exhausto, llegó por fin a Bagamoyo entre los

¡hurra! de la población de origen germano.

Luego de descansar algunos días, durante los cuales desarmaron el dirigible, los aeronautas se embarcaron para Zanzíbar, donde se repartieron el tesoro encontrado en la caverna.

Al efectuar el reparto no se olvidaron de Heggia, entregando al fiel esclavo una parte suficiente como para comprarse una pequeña granja.

Ahora el germano, con Mateo y el inglés, están estudiando la posibilidad de efectuar la travesía del África con el “Germania”.

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