Fábula XXI. El León y la Rana.

Una lóbrega noche silenciosa,

Iba un León horroroso,

Con mesurado paso majestuoso

Por una selva: oyó una voz ruidosa,

Que con tono molesto y continuado

Llamaba la atención, y aun el cuidado

Del reinante animal, que no sabía

De qué bestia feroz quizá saldría

Aquella voz, que tanto más sonaba

Cuanto más en silencio todo estaba.

Su Majestad leonesa

La selva toda registrar procura;

Mas nada encuentra con la noche obscura,

Hasta que pudo ver, ¡oh qué sorpresa!

Que sale de un estanque, á la mañana,

La tal bestia feroz, y era una Rana.

Llamará la atención de mucha gente

El charlatán con su manía loca;

Mas ¿qué logra, si al fin verá el prudente

Que no es sino una Rana, todo boca?