Fábula VII. El Viejo y el Chalán.

Fabio está, no lo niego, muy notado

De una cierta pasión que le domina;

¿Mas qué importa, señor? si se examina

Se verá que es un mozo muy honrado,

Generoso, cortés, hábil, activo,

Y que de todo entiende

Cuanto pide el empleo que pretende.

Y qué, ¿no se le dan?... ¿por qué motivo?...

Trataba un Viejo de comprar un perro

Para que le guardase los doblones.

Le decía el Chalán estas razones:

—Con un collar de hierro

Que tenga el animal, échenle gente:

Es hermoso, pujante,

Leal, bravo, arrogante;

Y aunque tiene la falta solamente

De ser algo goloso...

—¿Goloso? dice el Rico; no le quiero.

—No es para marmitón, ni despensero,

Continúa el Chalán muy presuroso,

Sino para valiente centinela.

—Menos, concluye el Viejo:

Dejará que me quiten el pellejo

Por lamer entre tanto la cazuela.