Una Zorra cazaba;
Y al seguir á un gazapo,
Entre aquí se escabulle, allí lo atrapo,
En un pozo cayó que al paso estaba.
Cuando más la afligía su tristeza,
Por no hallar la infeliz salida alguna,
Vió asomarse al brocal por su fortuna
Del Chivo padre la gentil cabeza.
—¿Qué tal? dijo el barbón, ¿la agua es salada?
—Es tan dulce, tan fresca y deliciosa,
Respondió la Raposa,
Que en el tal pozo estoy como encantada.
Al agua el Chivo se arrojó sediento:
Monta sobre él la Zorra, de manera
Que, haciendo de sus cuernos escalera,
Pilla el brocal y sale en el momento.
Quedó el pobre atollado ¡cosa dura!
¿Mas quién podrá á la Zorra dar castigo
Cuando el hombre, aun á costa de su amigo,
Del peligro mayor salir procura?