Si te falta el buen nombre,
Fabio en vano presumes
Que en el mundo te tengan por grande hombre
Si más que por tus galas y perfumes.
Demetrio el faleriano se apodera
De Atenas; y aunque fué con tiranía,
De agradable manera
Los del vulgo le aclaman á porfía.
Los grandes y los nobles distinguidos
Con fingido placer la mano besan
Que los tiene oprimidos.
Aun á los que en el ocio se embelesan,
Y á la poltrona gente
Los arrastra el temor al cumplimiento:
Con ellos va Menandro juntamente,
Dramático escritor de gran talento,
Cuyas obras leyó, sin conocerle,
Demetrio. Con perfumes olorosos
Y pasos afectados entra: al verle
Llegar entre los tardos perezosos,
El nuevo arconte prorrumpió enojado:
—¿Con qué valor se pone en mi presencia
Ese hombre afeminado?
—Señor, le respondió la concurrencia,
Es Menandro, el autor.—Al punto muda
De semblante el tirano:
Al escritor saluda,
Y con grata expresión le da la mano.