Fábula VI. La Cierva y el León

Más ligera que el viento

Precipitada huía

Una inocente Cierva

De un cazador seguida.

En una obscura gruta,

Entre espesas encinas,

Atropelladamente

Entró la fugitiva.

Mas ¡ay! que un León sañudo,

Que allí mismo tenía

Su albergue, y era susto

De la selva vecina,

Cogiendo entre sus garras

Á la res fugitiva,

Dió con cruel fiereza

Fin sangriento á su vida.

Si al evitar los riesgos

La razón no nos guía,

Por huir de un tropiezo

Damos mortal caída.