Sobre una loma, entre granados y palmas,
mirando al vasto mar y al sol poniente,
encendía los azulejos de sus redondas cúpulas
coloniales San Martín de los Mostenses. En el
campanario sin campanas levantaba el brillo de
su bayoneta un centinela. San Martín de los
Mostenses, aquel desmantelado convento de
donde una lejana revolución había expulsado a
los frailes, era, por mudanzas del tiempo,
Cuartel del Presidente Don Santos Banderas. —
Tirano Banderas—.