Entren FINEA y CLARA.
FINEA Hasta agora, bien nos va.
CLARA No hayas miedo que se entienda. 900
FINEA ¡Oh, cuánto a mi amada prenda
deben mis sentidos ya!
CLARA ¡Con la humildad que se pone
en el desván...!
FINEA No te espantes;
que es propia casa de amantes, 905
aunque Laurencio perdone.
CLARA ¡Y quién no vive en desván
de cuantos hoy han nacido!...
FINEA Algún humilde que ha sido
de los que en lo bajo están. 910
CLARA ¡En el desván vive el hombre
que se tiene por más sabio
que Platón!
FINEA Hácele agravio;
que fue divino su nombre.
CLARA ¡En el desván, el que anima 915
a grandezas su desprecio!
¡En el desván más de un necio
que por discreto se estima!...
FINEA ¿Quieres que te diga yo
cómo es falta natural 920
de necios, no pensar mal
de sí mismos?
CLARA ¿Cómo no?
FINEA La confianza secreta
tanto el sentido les roba,
que, cuando era yo muy boba, 925
me tuve por muy discreta;
y como es tan semejante
el saber con la humildad,
ya que tengo habilidad,
me tengo por ignorante. 930
CLARA ¡En el desván vive bien
un matador criminal,
cuya muerte natural
ninguno o pocos la ven!
¡En el desván, de mil modos, 935
y sujeto a mil desgracias,
aquel que diciendo gracias
es desgraciado con todos!
¡En el desván, una dama
que, creyendo a quien la inquieta, 940
por una hora de discreta,
pierde mil años de fama!
¡En el desván, un preciado
de lindo, y es un caimán,
pero tiénele el desván, 945
como el espejo, engañado!
¡En el desván, el que canta
con voz de carro de bueyes,
y el que viene de Muleyes
y a los godos se levanta! 950
¡En el desván, el que escribe
versos legos y donados,
y el que, por vanos cuidados,
sujeto a peligros vive!
Finalmente...
FINEA Espera un poco; 955
que viene mi padre aquí.