- XVIII -

En el capítulo precedente se ha determinado cómo toda virtud moral procede de un solo principio, es decir, buena y habitual elección, y tal dice el texto presente hasta aquella parte que comienza: Digo que la nobleza en su razón. En esta parte, pues, se procede por vía probable para saber que toda virtud susodicha, singular o generalmente considerada, procede de nobleza, como efecto de su causa, y fúndase sobre una proposición filosófica que dice que cuando acaece que dos cosas se juntan en una, ambas se deben reducir a una tercera, o la una a la otra, como el efecto a la causa; porque una cosa tenida primero y por sí no puede serlo sino por uno, y si ambas no fueran efecto de una tercera, o la una de la otra, ambas tendrían aquella cosa primeramente, y por sí, lo cual es imposible.

Digo, pues, que nobleza y tal virtud, es decir, moral, tienen de común que una y otra llevan consigo la alabanza de aquel a quien se les atribuye, y esto, cuando dice: porque en el mismo dicho convienen ambas y en el mismo efecto; es decir, alabar y creer ensalzado a quien dice pertenecer.

Y luego concluye tomando la virtud de la proposición antedicha, y dice que por eso es menester que la una proceda de la otra o ambas de una tercera, y añade que más bien se ha de presumir que la una proceda de la otra, que las dos de una tercera, si se ve que la una tanto como la otra vale y aún más, y dice así: Mas si la una lo que la otra vale.

Donde se ha de saber que aquí no se procede por demostración necesaria, como sería el decir que el frío engendra el agua y nosotros vemos las nubes; significa bella y conveniente inducción; porque si en nosotros hay muchas cosas de alabar y en nosotros reside el principio de nuestras alabanzas, es de razón deducir éstas a tal principio, y aquel que comprende más cosas, es de razón que sea tenido por principio de ellas y no ellas por principio de aquél. Y así el tronco del árbol que a todas las demás ramas comprendes debe llamársele principio y causa de éstas y no de aquél; y así la nobleza, que comprende toda virtud -como la causa comprende el efecto- y otras muchas obras nuestras de alabar, debe tenerse por tal que la virtud se reduzca a ello, antes que a otra tercera que en nosotros resida.

Por último, dice que lo que se ha dicho -es decir, que toda virtud moral procede de una raíz y que tal Virtud y Nobleza convengan en una cosa. como se ha dicho más arriba, y que por eso es menester reducir la una a la otra o ambas a una tercera, y que si la una vale lo que la otra y más procede de ella y no de otra tercera- todo está presupuesto, es decir, ordenado y preparado, para lo que antes se pretende. Y así termina este verso y esta parte.

Share on Twitter Share on Facebook