XXX

Una vez ausente de este mundo mi gentilísima amada, quedó la ciudad antes aludida como viuda despojada, por lo que yo, llorando en medio de tanta desolación, escribí a los principales de la ciudad acerca de su condición, citando aquellas palabras iniciales de Jeremías que dicen: Quomodo sedet sola civitas. Y digo esto para que nadie se maraville de que las haya mencionado antes como introducción de la nueva materia que seguía. Y si alguien me reprochara no escribir las palabras que siguen a las citadas, me excusaría con que mi propósito, ya desde el principio, fue solamente escribir en lengua vulgar; por lo cual, comoquiera que las palabras que siguen a las citadas son todas latinas, saldríame de mi propósito transcribiéndolas. A más, idéntica intenciónque yo escribiera solamente en vulgar sé que tuvo aquel mi primer amigo a quien escribo.

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