El rey permite a los castellanos irse con el Cid
“Minaya, con todo esto algo me queda que hablar: de todos estos mis reinos podrán, si quieren, marchar hombres buenos y valientes y a Mío Cid ayudar.
Libres los dejo, y prometo no confiscar su heredad”.
El buen Minaya Álvar Fáñez las manos le fue a besar:
“Gracias os doy, rey Alfonso, nuestro señor natural; esto concedéis ahora, otra vez cederéis mas.
Siempre nos contentaremos, rey, con vuestra voluntad”.
Díjole el rey: “Álvar Fáñez, de esto ya no hay más que hablar.
Marchad libre por Castilla, todos os dejen andar, y sin temor a castigo, al Cid iréis a buscar”.