XXXVII-XLIV. La Primera Parábola.

XXXVIII. El juicio venidero de los malvados.

CAPÍTULO XXXVIII.


1. La Primera Parábola.

Cuando aparezca la congregación de los justos,

Y los pecadores serán juzgados por sus pecados,

y será echado de la faz de la tierra:


2. Y cuando el Justo aparezca ante los ojos de los justos,

Cuyas obras elegidas dependen del Señor de los espíritus,

Y la luz aparecerá a los justos ya los elegidos que moran en la tierra, p. 57

¿Dónde, pues, estará la morada de los pecadores,

¿Y dónde el lugar de descanso de aquellos que han negado al Señor de los Espíritus?

Bien les hubiera ido si no hubieran nacido.


3. Cuando los secretos de los justos sean revelados y los pecadores juzgados,

y los impíos expulsados de la presencia de los justos y escogidos,

4. Desde entonces los que poseen la tierra ya no serán poderosos y exaltados:


y no podrán ver el rostro del santo,

Porque el Señor de los Espíritus ha hecho aparecer Su luz

Sobre el rostro de los santos, justos y elegidos.


5. Entonces perecerán los reyes y los poderosos

y sea entregado en manos de los justos y santos.

6. Y de ahí en adelante nadie buscará para sí la misericordia del Señor de los Espíritus.

Porque su vida ha llegado a su fin.

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