LXXXIX. 10-27. Desde la muerte de Noé hasta el Éxodo.

10. Y comenzaron a producir bestias del campo y pájaros, de modo que surgieron diferentes géneros: leones, tigres, lobos, perros, hienas, jabalíes, zorros, ardillas, cerdos, halcones, buitres, milanos, águilas y cuervos; y entre ellos nació un toro blanco. 11. Y comenzaron a morderse unos a otros; pero aquel toro blanco que nació entre ellos engendró un asno salvaje y un toro blanco con él, y los asnos salvajes se multiplicaron. 12. Pero ese toro que nació de él engendró un jabalí negro y una oveja blanca; y la primera engendró muchos jabalíes, pero aquella oveja engendró doce ovejas. 13. Y cuando esas doce ovejas habían crecido, entregaron una de ellas a los asnos, y esos asnos entregaron otra vez esa oveja a los lobos, y esa oveja creció entre los lobos. 14. Y el Señor trajo las once ovejas para vivir con ella y para apacentar con ella entre los lobos: y se multiplicaron y se convirtieron en muchos rebaños de ovejas. 15. Y los lobos comenzaron a temerlas, y las oprimieron hasta que destruyeron a sus pequeños, y arrojaron sus crías en un río de muchas aguas; pero aquellas ovejas comenzaron a gritar a causa de sus pequeños, y a quejarse. a su Señor. 16. Y una oveja que había sido salvada de los lobos huyó y escapó a los asnos salvajes; y vi a las ovejas cómo se lamentaban y lloraban, y suplicaban a su Señor con todas sus fuerzas, hasta que el Señor de las ovejas descendió a la voz de las ovejas desde una morada elevada, y vino a ellas y las apacentó. 17. Y llamó a la oveja que había escapado de los lobos, y le habló acerca de los lobos para que les advirtiera que no tocaran a las ovejas. 18. Y las ovejas fueron a los lobos de acuerdo a la palabra del Señor, y otra oveja la encontró y fue con ella, y las dos fueron y entraron juntas en la asamblea de esos lobos, y hablaron con ellos y les advirtieron que no tocar las ovejas de ahora en adelante. 19. Entonces vi a los lobos, y cómo oprimían a las ovejas en gran manera con todo su poder; y las ovejas gritaron en voz alta. 20. Y el Señor vino a las ovejas y comenzaron a herir a esos lobos: y los lobos comenzaron a hacer lamentación; pero las ovejas se quedaron quietas e inmediatamente dejaron de gritar. 21. Y vi las ovejas hasta que se apartaron de entre los lobos; pero los ojos de los lobos fueron cegados, y aquellos lobos partieron en persecución de las ovejas con todo su poder. 22. Y el Señor de las ovejas iba con ellas, como su líder, y todas Sus ovejas lo seguían: y Su rostro era deslumbrante y glorioso y terrible de contemplar. 23. Pero los lobos comenzaron a perseguir a aquellas ovejas hasta que llegaron a un mar de agua. 24. Y ese mar se dividió, y el agua se paró de un lado y otro delante de su cara, y su Señor los condujo y se colocó entre ellos y los lobos. 25. Y como aquellos lobos aún no habían visto a las ovejas, se internaron en medio de ese mar, y los lobos siguieron a las ovejas, y [esos lobos] corrieron tras ellas hacia ese mar. 26. Y cuando vieron al Señor de las ovejas, se volvieron para huir ante Su faz, pero ese mar se juntó y se volvió como había sido creado, y el agua se hinchó y subió hasta cubrir a esos lobos. 27. Y vi hasta que todos los lobos que perseguían aquellas ovejas perecían y se ahogaban.

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