CAPÍTULO C.
1. Y en aquellos días en un lugar los padres junto con sus hijos serán heridos
Y hermanos unos con otros caerán en la muerte
Hasta que los arroyos fluyan con su sangre.
2. Porque el hombre no detendrá su mano de matar a sus hijos y a los hijos de sus hijos,
Y el pecador no apartará su mano de su hermano honrado:
Desde el alba hasta la puesta del sol se matarán unos a otros.
3. Y el caballo andará hasta el pecho en la sangre de los pecadores,
Y el carro será sumergido hasta su altura.
4. En aquellos días los ángeles descenderán a los lugares secretos
y reunir en un solo lugar a todos los que abatieron el pecado,
Y el Altísimo se levantará en el día del juicio
Para ejecutar gran juicio entre los pecadores.
5. Y sobre todos los justos y santos Él nombrará guardianes de entre los santos ángeles.
para cuidarlos como a la niña de un ojo,
hasta que acabe con toda maldad y todo pecado,
Y aunque los justos duerman mucho, no tienen nada que temer.
6. Y (entonces) los hijos de la tierra verán a los sabios en seguridad,
y entenderá todas las palabras de este libro,
Y reconozcan que sus riquezas no podrán salvarlos
En la destrucción de sus pecados.
7. ¡Ay de vosotros, pecadores, en el día de fuerte angustia,
Vosotros que aflijéis a los justos y los quemáis con fuego:
Seréis recompensados según vuestras obras.
8. ¡Ay de vosotros, obstinados de corazón!
que velan para tramar iniquidad:
Por tanto, te sobrevendrá el temor
Y no habrá nadie que te ayude.
9. ¡Ay de vosotros, pecadores, por las palabras de vuestra boca,
Y a causa de las obras de vuestras manos que ha obrado vuestra impiedad,
En llamas abrasadoras que arden peor que el fuego os quemaréis.
10. Y ahora, sabed que de los ángeles Él consultará vuestras obras en el cielo, del sol y de la luna y de las estrellas en referencia a vuestros pecados porque sobre la tierra ejecutáis juicio sobre los justos. 11. Y llamará para que testifiquen contra vosotros toda nube, niebla, rocío y lluvia; porque a todos ellos se les impedirá descender sobre ti por causa de ti, y se acordarán de tus pecados. 12. Y ahora dad presentes a la lluvia para que no deje de descender sobre vosotros, ni tampoco al rocío, cuando haya recibido de vosotros oro y plata para que descienda. 13. Cuando la escarcha y la nieve con su frialdad, y todas las tormentas de nieve con todas sus plagas caigan sobre vosotros, en aquellos días no podréis estar de pie delante de ellos.