XCVI. Motivos de esperanza para los justos: ayes para los malvados.

CAPÍTULO XCVI.


1. Tened esperanza, vosotros justos; porque de repente los pecadores perecerán delante de ti,

Y os enseñorearéis de ellos según vuestros deseos.


[2. Y en el día de la tribulación de los pecadores,

Tus hijos montarán y se levantarán como águilas,

Y más alto que los buitres será tu nido,

Y ascenderéis y entraréis en las hendiduras de la tierra,

y las hendiduras de las peñas para siempre como conejos delante de los injustos,

Y las sirenas suspirarán por ti y llorarán.]


3. Por tanto, no temáis, vosotros que habéis sufrido;

Porque la sanidad será vuestra porción,

Y una luz brillante te iluminará,

Y la voz del descanso oiréis desde el cielo.


4. ¡Ay de vosotros, pecadores, porque vuestras riquezas os hacen aparecer como justos,

Pero vuestros corazones os convencen de ser pecadores,

Y este hecho será un testimonio contra vosotros para un memorial de (vuestras) malas acciones.


5. ¡Ay de vosotros que devoráis lo mejor del trigo,

y beber vino en copas grandes,

Y pisotea a los humildes con tu poder.


6. ¡Ay de vosotros que bebéis agua de toda fuente,

Porque de repente seréis consumidos y os marchitaréis,

Porque habéis dejado la fuente de la vida.


7. ¡Ay de los que obran la injusticia!

y el engaño y la blasfemia:

Será un memorial contra vosotros por mal.

8. ¡Ay de vosotros, poderosos!

Quien con poder oprime a los justos;

Porque viene el día de vuestra destrucción.


En aquellos días vendrán muchos y buenos días para los justos, en el día de vuestro juicio.

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