XIV. Los males reservados para los pecadores y los poseedores de riquezas injustas.

CAPÍTULO XIV.


1. Creed, vosotros justos, que los pecadores se convertirán en una vergüenza

y perecerá en el día de la injusticia.

2. Os sea notorio (pecadores) que el Altísimo se acuerda de vuestra destrucción,

Y los ángeles del cielo se regocijan por tu destrucción.

3. ¿Qué haréis, pecadores,

¿Y adónde huiréis el día del juicio,

¿Cuando oís la voz de la oración de los justos?


4. Sí, os irá como a ellos,

Contra los cuales será testimonio esta palabra:

'Habéis sido compañeros de pecadores.'


5. Y en aquellos días la oración de los justos llegará al Señor,

Y para ti vendrán los días de tu juicio.

6. Y todas las palabras de vuestra injusticia serán leídas ante el Gran Santo,

y vuestros rostros se cubrirán de vergüenza,

Y rechazará toda obra basada en la injusticia.


7. ¡Ay de vosotros, pecadores, que habitáis en medio del océano y en la tierra seca!

cuyo recuerdo es malo contra vosotros.


8. ¡Ay de los que adquieren plata y oro sin justicia y dicen:

'Nos hemos enriquecido con riquezas y tenemos posesiones;

Y hemos adquirido todo lo que hemos deseado.

9. Y ahora hagamos lo que nos propusimos:

porque hemos juntado plata,

Y muchos son los labradores en nuestras casas.

Y nuestros graneros están (hasta el borde) llenos como con agua.'


10. Sí, y como agua correrán vuestras mentiras;

Porque tus riquezas no permanecerán

Pero asciende rápidamente de ti;


Porque todo lo adquiristeis con injusticia,

Y seréis entregados a una gran maldición.

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