II

De Frascati difunta Vestal enamorada;

Sacerdotisa de Talía, ¡ah!, de la que el apuntador

Enterrado sabe el nombre; célebre evaporada

Que Tívole antaño sombreaba en su flor,

¡Todas me embriagan! Pero, entre esos seres débiles

Los hay que, haciendo del dolor una miel,

Han dicho al Sacrificio que les prestaba sus alas:

Hipógrifo poderoso, ¡llévame hasta el cielo!

La una, por su patria en la desdicha ejercitada,

La otra, que el esposo sobrecargó de dolores,

La otra, por su hijo Madona traspasada,

¡Todas habrían podido formar un río con sus lágrimas!

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