Suelto el ropaje y la melena al viento,
cual se agrupan en torno de la luna...
locas en incesante movimiento,
remedan el vaivén de la fortuna.
Pasan, vuelven y corren desatadas,
hijas del aire en forma caprichosa,
al viento de la noche abandonadas
en la profunda oscuridad medrosa.
Tal en mi triste corazón inquietas,
mis locas esperanzas se agitaron,
y a un débil hilo de placer sujetas,
locas... locas también se quebrantaron.