III

Suelto el ropaje y la melena al viento,

cual se agrupan en torno de la luna...

locas en incesante movimiento,

remedan el vaivén de la fortuna.

Pasan, vuelven y corren desatadas,

hijas del aire en forma caprichosa,

al viento de la noche abandonadas

en la profunda oscuridad medrosa.

Tal en mi triste corazón inquietas,

mis locas esperanzas se agitaron,

y a un débil hilo de placer sujetas,

locas... locas también se quebrantaron.